Desde la victoria de Inglaterra sobre Dinamarca el pasado miércoles, una pregunta sarcástica, y más o menos ácida, según desde dónde se la mire, ha estado dando vueltas por Italia. “¿Qué hace Inglaterra compitiendo por la Eurocopa si el Reino Unido está fuera de la Unión Europea?”. La ironía, que estuvo presente toda esta semana en forma de decenas de memes y burlas sobre Inglaterra, finalmente también se coló en los despachos de más alto nivel y, más significativo aún, en las calles. El Brexit ha levantado ampollas en estos años en Italia, país que ha seguido de cerca todo incidente y dificultad sufrida por la comunidad de medio millón de italianos que viven en el país anglosajón. Así, con una competición tan popular como la Eurocopa, cierto sentimiento de revancha y orgullo europeísta ha salpicado también a las tertulias sobre la final de hoy. Lo reflejaba de manera elocuente un reciente tuit de Beppe Severgnini, un cronista muy conocido de Il Corriere, que publicó una fotografía del conjunto británico con una X sobre ocho de sus once jugadores ingleses, y la frase: “Inglaterra sin inmigración”.

Otros fueron aún más explícitos. “La Italia europeísta del primer ministro italiano Mario Draghi contra el Brexit de primer ministro británico Boris Johnson. No es una final. Es un choque de civilizaciones”, escribieron, en un tono jocoso pero no demasiado. Un debate que, mucho más veladamente, también remitió al proprio Draghi, quien en junio sugirió que la final de la Eurocopa no se jugase en Londres, «la capital de la variante Delta», como remató bravamente el analista deportivo Lorenzo Vendemiale, en referencia a las altas tasas de contagio por coronavirus que en estos momentos afectan al país anglosajón.

Las supuestas irregularidades en la semifinal de Inglaterra ante Dinamarca, entre ellos la utilización de un láser contra el portero danés que la UEFA ha decidido investigar y los abucheos al himno danés, alimentaron aún más este clima. “Si lo hubiéramos hecho nosotros, nos habrían dicho de todo”, llegó a decir algún comentarista transalpino.

Euro 2021, Inglaterra y el penalti. Los tifosi redescubren el Brexit, tituló asimismo AdnKronos, una agencia de noticias del país, que tan solo pocos días antes había elogiado, tras el partido Italia-España, a Luis Enrique. La selección italiana ha intentado, desde que empezó la Eurocopa, esquivar todo debate que tuviese una identidad política. Pero no tuvo particular éxito. Prueba notable ha sido la decisión del conjunto transalpino de no arrodillarse, si sus contrincantes no lo hacían, en referencia al gesto en apoyo del movimiento Black Lives Matter.

Pero Italia no ha sido la única excepción que ha confirmado la regla. También en otros países europeos la política ha sido un telón de fondo más o menos constante durante la competición. En Alemania, por ejemplo. Allí, antes del partido del 29 de junio ante Inglaterra, un diario alemán llevaba el siguiente titular: Todo listo para la Euro-Brexit. Y otro, el tabloide Abendzeitung, puso este irónico título: Tiempo de decir adiós.

Incluso la alemana Ursula von der Leyen y el belga Charles Michel, respectivamente presidenta de la Comisión Europea y presidente del Consejo Europeo, han hecho saber que desean que hoy gane Italia. «El corazón de la presidenta es para los azzurri», dijo Eric Mamer, el portavoz de Von der Leyen, sin pelos en la lengua.