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Más activo que acertado

Decente partido de Nolito, que fue sustituido en el 81 por Pedro ä Del Bosque insiste en emplearlo más por dentro

Debutó Nolito. El primer céltico que disputa con la selección española una Eurocopa, como tal en su contrato -Velasco, convocado, no llegó a debutar-. El andaluz estuvo 81 minutos sobre la cancha, hasta ser sustituido por Pedro. Más activo que acertado, siempre voluntarioso, merece el aprobado, con margen de mejora. Le toca a Del Bosque decidir si lo mantiene en el once inicial ante Turquía. El técnico necesita retocar la maquinaria, afinar sus mecanismos, acelerar el juego. Maneja un plan en el que Nolito encaja, pero todavía se siente algo desajustado. Su éxito depende de la capacidad de aclimatación que tenga a los matices de Del Bosque.

Nolito, en la pizarra, aparece en banda izquierda como durante toda su carrera. En el Celta es donde se espera que reciba el balón. En la selección, un simple punto de partida. Solo para la contra lo mantiene Del Bosque pegado a la cal. En estático lo quiere diez metros hacia el interior, más pegado al ariete, en una zona en la que Nolito se siente más cómodo irrumpiendo que residiendo.

Quizás influyese la contención checa. Lo cierto es que los laterales de la Roja se incrustan en la ofensiva como extremos. Jordi Alba está. Jonny llega. Nolito sigue en el proceso de comprender la diferencia. Él marca los biorritmos en el Celta. Sus socios, como Orellana o Aspas, se le ofrecen sin ahogarle el espacio. Se conocen de memoria sus trayectorias. En España manda Andrés Iniesta. Nolito debe construirse nuevos caminos.

Con todo, España se volcó más por su flanco y es lo que la República Checa aguardaba. Pavel Vrba, al estilo de Emery, se blindó doblando laterales diestros: Kaderabaek en lo propio y Gebra Selassie por delante. Nolito, cuando pudo encarar, siempre se encontró ayudas y no pudo desenredar la madeja a regates. Le venció además el frenesí en las contras. Tres se le frustraron por fuera de juego.

Son, en todo caso, defectos de acción; por querer, mostrarse, pedirla, intentarlo... Asistió a Morata, que estaba en órsay. Proporcionó a Cesc un buen pase interior. Le colgó un balón a Busquets para que este lo enviase de volea a las nubes. En el minuto 36 realizó su primer disparo, ansioso, desviado. La primera mitad se le escurrió de esta forma entre los dedos.

Nolito incrementó su actividad tras el descanso como todo el combinado en general, con Iniesta manejándole los hilos. Pero no acabó de encontrar ese segundo de pausa o ese metro vacío en sus merodeos por el área. El céltico estuvo al borde de casi todo. También del gol a la salida de un córner, en un balón suelto que cazó a ras de suelo. Disparó con premura, sin buscar su clásico efecto, y Cech detuvo.

Nolito había llegado al estreno de la Eurocopa 2016 como el goleador más en forma de la selección española, al menos el más atinado en los amistosos de preparación. Del Bosque prefirió retirar primero a Cesc y Morata cuando empezó a refrescar la fórmula. Al final, también retiró a Nolito, introduciendo a Pedro.

Si es el canario su principal rival por el puesto, lo que mostró en esos instantes no debe inquietar al céltico. El del Chelsea juega sin la chispa y el don de la oportunidad que le habían caracterizado en el Barcelona. Existen otras alternativas, claro. Nolito no concluye el encuentro completamente asentado entre los intocables. Pero con la actitud y la prestancia física a su favor y la insinuación de que podrá hacer mayor sangre a una defensa menos disciplinada, como se espera de Turquía.

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