Opinión | A los pies de los caballos
Informaciones con trastadas

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE de la calle Ferraz, a 16 de junio de 2025, en Madrid (España). / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press
Las unidades de quemados y de traumatología han trabajado a destajo esta semana. Han tenido que atender a los políticos del PSOE que hasta hace unos días ponían la mano en el fuego por Santos Cerdán y a los periodistas que se acaban de caer del guindo tras la publicación de los grandes éxitos de Koldo, de los que la eficaz discográfica UCO promete nuevas recopilaciones.
Los cirujanos maxilofaciales deberían ponerse en alerta también, por si a alguno se le cae la cara de vergüenza. Se supone que perro no come perro, pero hemos venido a jugar: no olvidamos a «las y los (sic) periodistas abajo firmantes» que el pasado año suscribieron el manifiesto «contra el golpismo judicial y mediático», «la ultraderecha mediática y judicial» y la «máquina del fango». Tal vez consideren un pseudomedio «The Times», que esta semana ha llamado a Sánchez Don Teflón, como el gánster John Gotti, por su antiadherencia: los escándalos le resbalan como un huevo frito sobre una sartén nueva.
Pero nos equivocaríamos si pensáramos que solo se deben avergonzar los de la «opinión sincronizada» más sectaria. Demasiados medios han mirado por encima del hombro a los despectivamente considerados «tabloides digitales» –uno de ellos llamado «The Ojete» por el ministro Puente– que llevan años destapando las trastadas de los cuatro del Peugeot, Begoña y el hermanísimo.
En los periódicos regionales, como este que está usted leyendo, conocemos bien esos aires de superioridad de quienes se creen los guardianes de las esencias periodísticas y obvian informaciones relevantes si las publica la prensa digital o de provincias. Tan grave ha sido la dejación de funciones que las irregularidades de la trama en Navarra –por ejemplo– las ha señalado mucho antes un simple tuitero en sus ratos libres –véase Juan O., alias @urederriano en X, periodista de formación– que el principal diario navarro.
Decía Thomas Jefferson que es preferible tener «periódicos sin gobierno» que «gobierno sin periódicos». Ya nada puede salvar a este (des)gobierno. Tratemos, al menos, que los periodistas cumplamos nuestro deber de fiscalizar los poderes públicos.
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