Opinión | Salud&Placer

El efecto Dunning-Kruger

@A2C_ILUSTRACIONS

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En la era de la inteligencia artificial, el acceso rápido a la información, las redes sociales y los manuales de cómo hacer o aprender absolutamente todo con un video de 4 minutos, encontramos muchas personas expertas en «todo», «todológos», o como dice un amigo mío, nacidos en Tolosa porque «Tolosaben». Hace poco me encontré un Tolosa en el gimnasio, se acercó a corregirme y os aseguro que no era monitor ni empleado del gimnasio; también recomendaba dietas extremas a cualquiera que estaba por allí sin pedírselo; y seguro que si le pregunto por cualquier conflicto socio-económico, también tendría una aseveración fundamentada. Por supuesto, el sujeto no tenía ninguna formación al respecto de esos temas, pero no lo parecía por su forma de expresarse con tanta seguridad, por lo que podría afirmar que está afectado por el Efecto Dunning-Kruger.

En el año 1999, dos psicólogos (Dunning y Kruger) investigaron sobre cómo las personas con bajos niveles de habilidad en áreas como el razonamiento lógico, el humor o la gramática sobreestimaban su desempeño, a diferencia de las personas con más competencias, a las que les pasaba todo lo contrario, asumiendo que el resto de participantes tenían el mismo nivel que ellos. Lo curioso de los resultados es que las personas con pocas competencias no sólo puntuaban bajo en rendimiento sino también en la capacidad de reconocer que no saben; sin embargo, al ser entrenados o aprender genuinamente conseguían entrar en él «sólo sé que no sé nada» y reconocer sus limitaciones.

En realidad, este efecto es un sesgo cognitivo, es decir, un «error» o atajo del cerebro que distorsiona la realidad y, como hemos dicho, el efecto contrario sería el famoso «síndrome del impostor» o la sensación casi constante de no ser lo suficientemente competente.

Por supuesto, en el terreno sexual y de la seducción también existen (o existimos) los afectados por este sesgo del «saber». A todos los niveles, el tener una experiencia concreta, haber tenido muchas experiencias sexuales variadas, etc., no te convierte en experto, porque la sexualidad es demasiado compleja y una experiencia diversa y personal: lo que te gusta a ti o lo que te parece «normal» va a diferir mucho del resto. Una persona que se considere gran amante y punto tiene el problema de que no va a explorar más allá y va a acabar siendo todo lo contrario, y va a seguir perpetuando mitos sexuales sobre el orgasmo, la regularidad conveniente, el coito, etc. Si queremos evitar el efecto D-K. en el terreno sexual, os dejo estas recomendaciones:

  • Pregunta a tu pareja sexual qué le gusta y qué le apetece (no dés por hecho nada).
  • No te compares: sobre todo con la idea pornográfica del sexo, conecta y escucha a tu cuerpo, sin expectativas formadas.
  • Explora: lee, curiosea, infórmate, pregunta a otras personas, acepta que siempre estamos aprendiendo y cambiando, sobre todo en nuestra vida sexual.

¡Placeres, gracias por estar ahí! Nos leemos y escuchamos en www.saludplacer.com

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