Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Entrevista | Juan Gestal Catedrático emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC

«No creo que vaya a haber un aumento importante de antivacunas en España»

Según datos de la OMS y UNICEF, los esfuerzos mundiales de inmunización salvaron 154 millones de vidas entre 1974 y 2024. Pese a ello, las medidas de Trump, las de su secretario de Salud, Robert F. Kennedy, y de estados como Florida cuestionan la validez de las vacunas. El experto Juan Gestal evalúa la situación de la vacunación en España y en el mundo y los riesgos de abandonarla.

Juan Gestal Otero.

Juan Gestal Otero. / FDV

Rafa López

Rafa López

–¿Cree que las medidas y declaraciones realizadas por autoridades de Estados Unidos tendrán impacto en España?

España es uno de los países donde más se confía en la ciencia, como ha puesto de manifiesto un estudio sobre el «populismo científico», de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). En él se ha explorado la percepción sobre las vacunas, y ha dejado claro que los científicos y los médicos son las profesiones en las que más se confía en España, pero también que hay un 8,5% de la población que no confía. Son los negacionistas de las vacunas que hablan de una supuesta «élite científica» que nos engaña. A los que piensan así, los populistas anticientíficos como Trump, Kennedy Jr o Bolsonaro es posible que les influyan, pero no creo que esto vaya a suponer un aumento importante de los antivacunas en nuestro país. Lo que sí va a tener son muy malas consecuencias para la salud a nivel mundial es la reducción de la financiación a la OMS para vacunas y también en EE UU con una persona como Kennedy al frente de la Sanidad y las medidas que está tomando.

–¿Qué medidas pueden tomar las autoridades sanitarias para que la aceptación de las vacunas siga siendo muy mayoritaria?

–Aunque la confianza en las vacunas en España es una de las más altas del mundo, y los negacionistas de las vacunas no son muchos, es importante actuar sobre ellos para tratar de cambiar su actitud e impedir que su influencia se extienda. En la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología de 2024, también de la FECYT, se puso de manifiesto que existe un importante porcentaje de población (41,6%) que acepta afirmaciones relacionadas con teorías de la conspiración como que «se han producido virus en laboratorios gubernamentales para controlar su libertad», lo que se ha visto que está influenciado por el nivel educativo y socioeconómico, disminuyendo cuando estos mejoran. Pero hay otras afirmaciones como la de que «las compañías farmacéuticas ocultan los peligros de las vacunas» que es compartida por una parte significativa de la población, independientemente del nivel educativo o económico. Son necesarias medidas educativas de la población. Las vacunas de la infancia están bien asentadas, con elevadas coberturas, no así en las vacunaciones del adulto.

–¿Qué enfermedades son las más sensibles a un descenso de la cobertura vacunal?

–Sin duda, el sarampión. Cuando se estaba ya avanzando hacia la erradicación de la polio, en 1990 se pusieron en marcha programas de vacunación para la eliminación del sarampión con la idea de que fuese la siguiente enfermedad que se erradicase. Se consiguieron importantes reducciones de la incidencia y su eliminación en numerosos territorios, pero a partir de 2021 el rechazo a la vacunación supuso su regreso e incremento en muchos territorios, como es el caso de Europa y de España, aumento que se mantiene en 2025. Para su control es necesario conseguir coberturas vacunales superiores al 95% de dos dosis de la vacuna triple vírica, que protege a los individuos vacunados y crea inmunidad colectiva contra esta enfermedad altamente contagiosa. En España, las coberturas de la primera y segunda dosis están en torno al 97.83% y 94.42% respectivamente, acercándose al objetivo del 95% necesario para la eliminación de la enfermedad.

–¿Qué enfermedades están, o estaban, más cerca de ser erradicadas gracias a las vacunas?

–Sin duda, la poliomielitis, que tenía que haberse erradicado ya a principios de este siglo. Se ha avanzado mucho de cara a su erradicación, pero todavía se mantiene principalmente en Pakistán y Afganistán. Diversos factores lo han impedido, como la dificultad de llegar a comunidades remotas o afectadas por conflictos, como es el caso de Pakistán y Afganistán, lo que supone un gran desafío logístico y de seguridad para los vacunadores; la desinformación y desconfianza de la población por la difusión de información falsa por grupos extremistas opuestos a la vacunación; la manipulación de los registros de vacunación, falsificando las marcas de tinta en los dedos de los niños haciendo pasar por vacunados a niños que no lo están, y la circulación de poliovirus derivados de la vacuna que pueden causar brotes en zonas con bajas coberturas. Todo esto favorece la creación de «brechas vacunales» que favorecen la circulación del virus e incluso que resurja en países considerados libres de la enfermedad. La erradicación requiere llegar a cada niño, y ese es el mayor obstáculo en esta etapa.

«La poliomielitis tenía que haberse erradicado ya a principios de este siglo»

–¿El mayor enemigo de una vacuna es su propio éxito?

–En efecto, es así. Enfermedades como el tétanos, difteria, tosferina, sarampión, poliomielitis, varicela y parotiditis, que ocasionaron tanta enfermedad y muerte, fundamentalmente a los niños, en un pasado no muy lejano, han podido controlarse mediante las campañas de vacunación sistemática de la infancia iniciadas en nuestro país hace 60 años. Todavía los mayores recuerdan lo que ocurría con anterioridad. Ahora, como la incidencia es muy baja muchos piensan que ya no es necesario continuar protegiéndose con las vacunas o que están protegidos porque otros se vacunan. Un grave error, pues en tanto la enfermedad no esté erradicada el peligro sigue existiendo. La disminución de las coberturas vacunales y los movimientos de población durante la caída de la URSS provocó en 1990-1995 un enorme brote de difteria con más de 50.000 casos, y el rechazo a las vacunas la reaparición de la polio en determinados colectivos y zonas donde ya había desaparecido.

–En España, la vacunación no es obligatoria. ¿Debe seguir siendo así, pase lo que pase?

–En efecto, en España, la vacunación tanto para los menores como para los adultos no es obligatoria, salvo en determinadas circunstancias, como si corre riesgo la vida del niño o si el no vacunarse supone riesgo para la salud de otros, porque hay que controlar un brote o una epidemia. También puede ser necesario vacunarse para obtener el visado para viajar a ciertos países o para que les admitan en educación infantil, de 0 a 6 años, en algunos colegios privados. En España no se exige tener las vacunas para ir al colegio en la etapa de educación obligatoria entre los 6 y 16 años. En cualquier caso, casi el 100% de las familias pone las vacunas a sus hijos. Los fallos ocurren más con las dosis de recuerdo y en los niños mayores. También queda mucho trabajo por hacer en la vacunación del adulto y del anciano.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents