El pintor y la modelo: Raimundo de Madrazo, en la Fundación Mapfre
Se expone la mayor muestra de Raimundo de Madrazo, en la que figuran numerosos cuadros de su modelo Aline Masson

«Salida del baile de máscaras 1878» / Raimundo de Madrazo
Una de las grandes exposiciones de esta temporada en Madrid es la del español Raimundo Madrazo. Aquí están sus cuadros de género, que cambió por sus escenas de Historia con gran enfado de su padre, y los retratos, que ocuparon la mayor parte de su producción, poco conocida a pesar de su calidad y de su éxito en París y en Estados Unidos durante los años de transición entre los siglos XIX y XX. En la biografía de Raimundo Madrazo siempre me han interesado sus relaciones con la modelo Aline Masson, a quien esta exposición dedica una de las ocho secciones en las que se organiza el recorrido de la muestra. Allí están algunos de los mejores retratos que Madrazo hizo de esta mujer cuyo misterio se acrecentó después de su alejamiento del pintor.
El pintor y la modelo
Raimundo de Madrazo y Garreta no podía ser otra cosa que pintor. Miembro de una dinastía de tres generaciones de artistas que abarca desde el Neoclasicismo al Impresionismo, era hijo del famoso retratista y director del Museo del Prado Federico Madrazo y Kuntz, nieto del pintor de cámara José Madrazo y Agudo, sobrino de Luis de Madrazo, cuñado de Mariano Fortuny (que se casó con su hermana Cecilia), y hermano de Ricardo Madrazo. Nació en Roma en 1841 y fue bautizado en la iglesia de San Carlino alle Quattro Fontane, apadrinado por el pintor francés Raymond Balzé (por quien le pusieron de nombre Raimundo) y por su tía Carlota Kuntz. Dio sus primeros pasos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y completó su formación en París, donde se instaló siendo muy joven y donde participó en las Exposiciones Universales de 1860 y 1889. En esta última presentó 14 obras y obtuvo la Medalla de Primera Clase y el nombramiento de Oficial de la Legión de Honor. Asiduo a los salones como el de Paulina de Metternich y el de la princesa Matilde Bonaparte, amigo de escritores como los Goncourt y Alexandre Dumas, en la capital francesa, después de varios amoríos, en 1874 se casó, tras la pertinente dispensa papal, con su prima Eugenia de Ochoa, hija del escritor del Romanticismo español Eugenio de Ochoa y de Carlota de Madrazo, tía de Raimundo. Eugenia murió ocho días después del parto de su único hijo, Federico Carlos de Madrazo y Ochoa, conocido como Cocó de Madrazo, también pintor y un excelente retratista, además de músico, que se suicidó en 1935. Cocó era amigo de Marcel Proust y cuando en 1904 el escritor hizo llegar un revólver a Armand, duque de Guiche, como regalo de boda con Élaine de Greffhulhe, Cocó pintó la funda de cuero del arma.
Aline, bella y miesteriosa
Raimundo de Madrazo conoció en París a su modelo Aline Masson poco después de la muerte de su esposa Eugenia de Ochoa. Hija del portero del palacete en el que vivía Alejandro Mora y Riera, marqués de Casa Riera, Aline se convirtió desde 1875 en la modelo favorita y casi única del pintor, a la que inmortalizó obsesivamente en numerosos cuadros, vestida, desnuda o disfrazada. Además de modelo, Aline fue también su musa y posiblemente su amante («Aline Masson después de una cita placentera»). La conoció en aquella casa del marqués, en el 29 de la rue de Berri, lugar de reunión al que acudían los artistas e intelectuales españoles que vivían o pasaban por París. Madrazo tenía su estudio al otro lado del jardín trasero de este edificio, en la rue Brillault, por lo que se insinúan encuentros furtivos y clandestinos entre el pintor y la joven Aline en aquel espacio.

«Aline Masson», finales de 1870 / Raimundo de Madrazo
Raimundo Madrazo utilizó la figura esbelta de Aline y su belleza para escenificar el ideal estético femenino en los ambientes de lujo y elegancia de las clases altas del París del último tercio del siglo XIX, con trajes que se ponían inmediatamente de moda una vez exhibidos los retratos de Aline. También la retrató en actitudes sensuales y cotidianas que hoy cuelgan en museos como El Prado de Madrid, el Nacional de Bellas Artes de Argentina, varios Thyssen Bornemisza y el Metropolitano de Nueva York, casi siempre figurando su nombre en el título de los cuadros: «La modelo Aline Masson con mantilla blanca», «Aline Masson en azul», «Aline Masson en blanco y rosa», «Aline Masson sujetando un sombrero», «Retrato de Aline con abanico», «Aline Masson apoyada en un sofá», «Aline a la salida de un baile de máscaras», «Aline jugando solitario», «Aline Masson con tocado de gasa», «Aline Masson vestida de novia, besando al hijo del pintor»… Además es la protagonista de otras obras de Madrazo como «La lectura», «La mascarada», «Muchacha en columpio», «Muchacha en hamaca», «El chocolate» o «Travesuras de la modelo». Sirvió también a Madrazo como modelo para otros retratos, como el de la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, cuyo rostro es el de la soberana, a quien retrató en dos bocetos en Aranjuez y terminó en París, pero cuyo cuerpo es el de Aline Masson, según revelaba el periodista Pedro de Prat en uno de sus artículos en La Ilustración Española y Americana. A pesar de que había sido un encargo del Ministerio de Fomento para el Palacio Real, debido a aquella circunstancia el marqués de la Vega Armijo rechazó el retrato alegando la postura impropia en que se representaba a la reina viuda. El cuadro lo adquirió el diplomático Eduardo Sancho, quien a su muerte lo donó a la embajada española en Francia.
Aline de Masson y Raimundo Madrazo se separaron cuando el pintor se casó en 1899 en Nueva York con María Hahn Echenagucia, hermana del músico y compositor venezolano Reynaldo Hahn, a la que había conocido cinco años antes en Biarritz. Con ella pasaba los inviernos en Nueva York entre 1897 y 1910 y a partir de 1914 se instalaron en un suntuoso hotel de Versalles, en la rue d’Angivillers, hasta la muerte del pintor en 1920. De Aline nunca más se supo, aunque no hay que descartar que la boda de Raimundo Madrazo debió ser para ella un golpe inesperado, una tragedia, pues habría confiado en que su futuro estaría ligado para siempre al del pintor, a quien había servido de modelo durante más de diez años durante los que se sospecha que también habían sido amantes.
En los últimos años de su vida, la obra de Raimundo Madrazo cayó en el desprestigio, superada por las nuevas corrientes artísticas de finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo su muerte provocó aún una gran conmoción en París y en Londres, donde la Royal Academy celebró una gran exposición en su memoria. En Madrid, sin embargo, la noticia pasó desapercibida.
- Título: «Raimundo de Madrazo»
- Lugar: Fundación Mapfre. Madrid
- Fechas: Hasta el 18 de enero de 2026
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