Los viejos oficios: Laura Villanueva, ceramista
El latido de la arcilla, en las manos de Laura Villanueva
De sus manos salen piezas utilitarias y decorativas con reconocimiento dentro y fuera de Galicia. Tradición y creatividad se alían en Alén das Olas, el taller de cerámica de Laura Villanueva en Marín que perpetúa un oficio secular

Los viejos oficios: Laura Villanueva, ceramista / Gustavo Santos
La alfarería es una de las artes más antiguas de la historia de la humanidad y, el barro, materia primigenia. En el concello de Marín, Laura Villanueva perpetúa una tradición secular en su taller Alén das Olas, un espacio creativo que ha llevado sus piezas dentro y fuera de Galicia. También imparte clases sobre un material y unas técnicas que permiten un sinfín de diseños.
Entre tornos, hornos y estanterías, Laura encuentra cada día la misma fascinación que descubrió siendo niña, cuando empezó a modelar el barro con apenas ocho años. Aquella afición temprana, nacida casi como un juego, ha terminado moldeando su vida. Se formó con maestros del oficio, perfeccionó técnicas y ya sus primeras obras de juventud eran reconocidas en los concursos a los que se presentaba. De sus manos salen todo tipo de creaciones, desde funcionales como tazas, platos, jarrones o fuentes -entre otros- a elementos de decoración.
Las piezas que hace Laura son de diversas gamas cromáticas, con diversos tipos de arcillas, tradicionales o contemporáneas. Platos, tazas o jarras que encajan en la vida cotidiana, pero también elementos decorativos en los que se nota una identidad propia. Crear a mano es una manera de hacer que convierte a los objetos en únicos y diferentes. Y eso lo sabe la gente que acude a sus talleres porque una de las vertientes del trabajo de esta ceramista es ser docente en el oficio. Lo es desde que con 16 años daba cursos en campamentos y desde entonces no ha parado, impartiendo tanto talleres itinerantes como muestras en vivo en ferias y mercados.
Alén das Olas, que cuenta con el sello de Artesanía de Galicia -un reconocimiento que certifica la calidad y la autenticidad de su trabajo- comenzó a abrirse al público tras la pandemia. Laura percibió la necesidad que tenía la gente de volver a la normalidad de la que tanto se hablaba y, desde entonces, el que era local de trabajo propio abrió sus puertas a todos aquellos que quieren disfrutar de una actividad relajante e incluso a los que quieren iniciarse en la cerámica como oficio. Laura observa cómo sus clases están llenas y la distancia no es obstáculo para acudir a ellas, porque hasta el obradoiro llegan alumnos de toda la provincia. Y cuenta que, aunque se enseñan métodos tradicionales, le gusta dar libertad creativa a cada uno con un material que encierra la naturaleza misma y que está presente en todas las facetas de la vida.
A esta artesana de Marín le encargan un poco de todo, desde particulares a hoteles, casas de turismo rural, tiendas o restaurantes. Apasionada de su oficio, Laura relata otras ventajas de modelar con barro, como su nulo impacto ambiental. Después, abrir el horno para ver el resultado, es siempre emocionante. Su trabajo puede verse en alendasolas.es
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