Las Rías Baixas desde los mejores puntos de vista
El serpenteante trazado de la costa de la provincia de Pontevedra y su generosa naturaleza brindan la oportunidad de admirar panorámicas espectaculares desde un buen puñado de miradores naturales
A lo largo del serpenteante trazado de las Rías Baixas, la generosa naturaleza ofrece al espectador numerosos miradores desde los que se puede disfrutar de un espectáculo visual protagonizado por el verde del monte y el azul del mar, y salpicado por elementos del patrimonio histórico, entornos fluviales y cascos urbanos.
Ofrecemos algunos de los mejores balcones naturales que permiten ver la costa de la provincia de Pontevedra desde los mejores puntos de vista de las tres rías, de norte a sur: desde la comarca de O Salnés hasta la frontera con Portugal.
Cruz de Xiabre

Cruz de Xiabre, en Vilagarcía / Iñaki Abella
El sistema montañoso Monte Xiabre se extiende entre Caldas de Reis, Catoira y Vilagarcía de Arousa, municipio donde se ubica el Mirador Cruz de Xiabre, conocido así por la gran cruz instalada a unos 400 metros de altura en el lugar, reinaugurado en 2022 y dotado de plataforma metálica con barandillas y un banco. Ofrece una visión de 360 grados del entorno de la comarca de O Salnés, del municipio de Vilagarcía, de la ría de Arousa, de las tierras del valle del Ulla e incluso, en los días más despejados se pueden ver las Illas Cíes.
Lobeira

Cruz del Monte Lobeira, en Vilanova de Arousa / Iñaki Abella
En Vilanova de Arousa, a 290 de altura, el mirador de Monte Lobeira es un enclave repleto de leyendas, historia y unas magníficas vistas de la ría de Arousa, la península de o Barbanza y parte del valle do Salnés. Ubicado sobre asentamientos de antiguas civilizaciones y restos de la antigua fortaleza medieval, está presidido por una cruz en honor a los desaparecidos del buque escuela británico ‘Serpent’.
A Siradella

Vistas desde el mirador A Siradella, en O Grove / Iñaki Abella
A 167 metros de altura, la cima del monte A Siradella es el punto más elevado de la península de O Grove y un balcón natural para contemplar la ría de Arousa, el océano Atlántico, el complejo intermareal Umia-O Grove y el itsmo de A Lanzada, punto de referencia para el avistamiento de aves, con las Cíes y Ons como telón de fondo.
A Caeira

Panorámica de la ciudad de Pontevedra desde A Caeira / Gustavo Santos
Localizado en el linde entre los municipios de Pontevedra y Poio, el mirador de A Caeira regala una de las mejores panorámicas de la capital de la provincia, tanto de su casco urbano como del río Lérez y de los puentes que lo atraviesan mostrando el transcurso del tiempo, desde O Burgo, por donde transcurre el Camino Portugués, pasando por A Barca y el moderno Os Tirantes. El área arqueológica muestra una serie de petroglifos encontrados en la zona, mientras que una pasarela de madera permite ascender recorriendo el conjunto patrimonial y disfrutando de las vistas.
Couto das Forcadas

Mirador de A Canicouva, en el monte das Frachas / Gustavo Santos
El Parque Forestal del Monte da Fracha, repartido entre las parroquias de Marcón, Tomeza y A Canicouva a lo largo y ancho de 400 hectáreas en el ayuntamiento de Pontevedra, cuenta con una cuatro miradores de altitudes comprendidas entre los 200 y 540 metros. El más privilegiado es el Couto das Forcadas, con vistas a la zona más interna de la ría de Vigo, desde la ensenada de San Simón al puente de Rande. Sendas peatonales y ciclistas han convertido a esta zona en un área de recreo instalada sobre un balcón a las rías.
Monte do Facho

Panorámica desde Monte do Facho, en Cangas / Santos Álvarez
El mirador Monte do Facho, en Cangas, presume de uno de los atardeceres más fotografiados de las Rías Baixas. Situado a 184 metros de altura en el punto más elevado de la Costa da Vela, ofrece una amplia vista de las bocanas de la rías de Pontevedra y Vigo, con las Cíes y Ons como telón de fondo. Está sobre uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Galicia.
En las inmediaciones, la Caracola de Cabo Home, obra del escultor Lito Portela, se ha convertido en icono de la Costa da Vela, con los acantilados de Donón a sus pies.
Monte do Faro

La ría de Vigo desde el mirador de Domaio / Santos Álvarez
La parroquia de Domaio, en Moaña, alberga uno de los miradores panorámicos más impresionantes de las Rías Baixas, en la cima de Monte do Faro, a 600 metros de altitud, desde el cual los días más despejados se pueden ver la tres rías de la provincia de Pontevedra. Situado en las inmediaciones del área recreativa Chan da Arquiña, que también da nombre a un dolmen hallado en el lugar, este balcón natural ha sido adecentado con una balconada y dos enormes bancos giratorios de madera en forma de mano, actualmente retirados para su restauración.
Campo da Rata

Panorámica de la ría de Vigo desde el mirador Cova das Ratas, en Redondela / Pablo H. Gamarra
Un banco con la inscripción «Galicia is diferent» en la parte trasera de su respaldo convirtió a este enclave en viral. El mirador natural Campo da Rata, en Redondela, está ubicado a más de 250 metros de altitud sobre el nivel de mar, en el monte de Trasmañó, localización que le permite ofrecer una de las mejores vistas panorámicas de toda Galicia: la de gran parte de la Ría de Vigo, con el puente de Rande en primer plano, la comarca de Morrazo al frente y las islas San Simón y Cíes en los extremos.
A Madroa

Vistas de la ciudad, la ría de Vigo y Morrazo desde A Madroa / Marta G. Brea
En lo alto del monte de A Madroa, entre las parroquias viguesas de Candeán y Teis y a escasos metros de Vigozoo, se encuentra habilitado desde los años 90 un precioso mirador. Unas escaleras nos invitan a subir a esta loma para disfrutar de las vistas hacia la ría de Vigo, con el océano de fondo, las Islas Cíes y la península del Morrazo hasta Cabo Home en una amplia superficie protegida con una amplia barandilla de piedra. El mirador está construido a los pies de un castro.
O Castro

Imagen de la torre del Concello, parte del puerto y de la ría de Vigo desde el mirador de O Castro / Marta G. Brea
La generosa orografía de Vigo permite el lujo de disponer en pleno casco urbano de uno de los miradores con mejores vistas sobre la Ría. Desde la cima del monte de O Castro se puede disfrutar de una panorámica de la bahía al completo, con la comarca de O Morrazo de fondo y las Cíes en el horizonte. Situado a 190 metros sobre el nivel del mar, este balcón sobrevuela el edificio del Concello y el puerto. Para llegar hasta él hay que atravesar los muros de la antigua fortaleza del castillo. Recorrer esa colina es viajar por la historia de la ciudad, desde los asentamientos de los primeros moradores.
Montes Alba y Cepudo

Vistas desde el monte Alba, en Vigo / Alba Villar
La parroquia de Valladares alberga dos de las grandes miradores de Vigo, ubicados en dos montes gemelos, Alba y Cepudo, que coronan el límite sur del municipio, en el cinturón verde que envuelve a la ciudad . Ambos son una alternativa perfecta para pasar un día en familia, con niños o entre amigos.
Ubicados a 500 metros sobre el nivel del mar, las vistas que estos promontorios ofrecen sobre el Val do Fragoso y el Val Miñor deleitan a los visitantes, que aprovechan el buen tiempo para pasar el día una amplia zona verde de arbolado que abarca 40 hectáreas.
El Monte Alba está coronado por una pequeña capilla que ocupa el lugar donde en la Edad Media se alzaba un castillo, tal como muestra el escudo nobiliario de su fachada. Pertenecía a la casa de Valladares y lo llamaba el Castillo del Alba. Pero siglos atrás ya se había establecido en esa cima un castro, aprovechando su estratégica y privilegiada ubicación.

Una de las vistas desde el vigués Monte Cepudo / Alba Villar
A su lado se alza el Monte Cepudo, 20 metros más alto que él, alcanzando los 527 metros. Actualmente existe en él un concurrido restaurante-mirador con amplias cristaleras desde las que se divisa la ría de Vigo y las Islas Cíes. También hay una zona de mesas de piedra y fuentes para aquellos que prefieran las comidas campestres, así como una decena de esculturas diseminadas por el terreno situadas en puntos de gran belleza. Además, hay también un pequeño parque infantil.
Desde él se tiene la mejor perspectiva del Alba y la ermita que lo corona. En sus inmediaciones se encuentra el Monte dos Pozos, otro gran parque forestal.
Pulmones de Chandebrito

Escultura «Rexurdimento» en uno de los miradores del Monte do Castro, en Chandebrito / Alba Villar
Una escultura de tres metros de unos pulmones negros de los que brotan un árbol verde, realizada con restos de madera calcinada, preside el mirador de Chandebrito, en Nigrán, simbolizando el ‘Rexurdimento’ (así se llama) que tuvo que vivir la zona, devastada por los incendios forestales de 2017. Esta obra, realizada por el colectivo Arte no Queimado, se erige en una de las cimas del Monte do Castro, donde se erigen otros miradores naturales que brindan unas hermosas vistas del Val Miñor y de la Ría de Vigo.
Monte Aloia

Mirador de A Gran Cruz, en el Monte Aloia / Marta G. Brea
El Parque Natural Monte Aloia, en Tui, integrado en la Serra do Galiñeiro, cuenta con una red de miradores que salpican sus lomas más elevadas, recogidas bajo el nombre Alto de San Xiao. Son seis las balconadas naturales desde las que se pueden admirar panorámicas de enorme belleza paisajística mientras realizamos una senda señalizada: el mirador Rafael Areses, el González Páramos, el de A Oliva, el de O Castelo, el Celta y el de A Gran Cruz. Cada uno de ellos brinda una perspectiva del entorno sobre el que se asiente esta atalaya de casi 630 metros de altitud.
Destaca el de la Gran Cruz de San Xiao, levantada en el año 1900 y visible desde el núcleo de Tui.
Desde él se contempla el curso del río Miño, los bosques de ambas riberas (gallega y portuguesa) y la extensión del valle fluvial. La amplitud de vistas abarca desde Salvaterra de Miño hasta el monte de Santa Trega, ya en la desembocadura. Ejercicio de interés es reconocer los pueblos que se extienden por O Baixo Miño: Tui, Valença do Minho, Goián, Vilanova de Cerveira, etc.
Santa Trega

Vistas desde Santa Trega, en A Guarda / Marta G. Brea
El mirador del monte de Santa Trega, en A Guarda, proporciona una panorámica de 360 grados de la frontera natural entre Galicia y Portugal. Ubicado a 341 de altitud sobre el nivel del mar, es un enclave privilegiado para observar la confluencia del río Miño con el Atlántico, uno de los paisajes de mayor belleza de Galicia. La fusión de los distintos tonos de azules del océano, el río y el cielo, del dorado de la arena de las playas y del verde del monte conforman una idílica y colorida estampa emplazada en un lugar de interés histórico, pues ahí se encuentra el Castro de Santa Trega, un conjunto arqueológico de viviendas prehistóricas que constituyen uno de los tesoros patrimoniales más valiosos de España.
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