Entrevista | Baby Pantera (Antón Cardalda Monsonís) Productor musical y DJ

«Mis padres intentaron alejarme del mundo de la música»

El joven artista vigués se ha convertido en un referente de los sonidos electrónicos a nivel internacional

Baby Pantera es un productor musical y DJ de referencia en el ámbito de la música electrónica

Pedro Fernández

A sus 27 años, Baby Pantera, nombre artístico del vigués-madrileño Antón Cardalda, se ha convertido en un productor musical y DJ de referencia en el ámbito de la música electrónica. A punto de sacar su quinto álbum, que ha venido a ultimar a la casa familiar en Gondomar este verano, sus sonidos trance han traspasado lenguajes y culturas no solo en España, sino también en buena parte de Europa y Estados Unidos. Hijo de Teo Cardalda y María Monsonís, integrantes de Cómplices, mamó la música desde que estaba en el útero materno sobre los escenarios de las giras del legendario dúo de la Movida viguesa. Y pese a que sus padres intentaron que sus derroteros discurrieran ajenos al mundo de la música, ya llevaba el germen dentro y eclosionó cuando estaba punto de dejar atrás la adolescencia. Sus comienzos fueron con el artista de rap Gloosito, con el que ha formado un tándem de éxito, pero enseguida inició su proyecto personal de experimentación en la música trance con el que ha puesto a bailar a medio mundo.

– ¿Quién es Baby Pantera: músico, compositor, productor, DJ, cantante o todo ello?

– Pues ahora mismo es productor y DJ. También he ayudado en varias ocasiones a escribir letras, a proponer canciones, pero eso lo englobo también en el trabajo de productor. He publicado cuatro trabajos individuales, ‘Nonchalant’, ‘Amirino’ y dos ‘BCM’ (Baby Club Music I y II) y ahora estoy preparando el quinto álbum.

– Un youtuber del Reino Unido le ha dedicado un extenso documental en el que cuenta toda su vida, lo bailan en Helsinki y colabora con músicos de Oregon. ¿Cómo se hace para llegar a medio mundo con 27 años?

– Hoy en día contamos con internet, que al fin y al cabo es donde se distribuye la música y donde todo artista se construye su universo individual. Así es muy fácil conectar, en realidad. He colaborado con varios artistas de Estados Unidos, de Los Ángeles, de Oregón, y también de Londres porque compartimos las mismas referencias y apuntamos en la misma dirección.

– ¿De dónde viene su nombre artístico?

– Podría contar una historia alucinante, pero la realidad es que tengo tatuado en los muslos una Pantera Rosa, porque era muy fan de niño de los dibujos animados de Hanna Barbera, y un bebé en mi barriga. Así que un día viéndomelos salió el nombre. Pero puedes decir que un día por el bosque una cría de una pantera me dijo que tenía que hacer música.

– En verano, cuando otros músicos están en gira y festivales porque es temporada alta, usted se viene a la zona de Vigo desde Madrid. ¿A qué se debe?

– Por motivos personales necesitaba un poco de aire para poder terminar el álbum con el que estoy ahora, y también tengo la suerte, que otra gente no tiene, de no tener que quedarme en Madrid. Entonces le he dicho a mi manager que necesitaba un break y me he venido aquí a trabajar. Y lo que tenga que venir en el verano de 2026, sí que se hará. Este año me he abstenido de la temporada alta.

El productor musical y DJ Baby Pantera (Antón Cardalda).

El productor musical y DJ Baby Pantera (Antón Cardalda). / Alba Villar

– Hablemos de sus inicios. ¿Siendo hijo de Teo Cardalda y María Monsonís era inevitable que se dedicara a la música?

– Al principio era súper evitable, de hecho mis padres solían hablarme de lo podrido que está el mundo de la música, en general, de lo que conlleva, de las envidias que hay. Siempre intentaron alejarme del mundo de la música conscientemente, pero el problema es que mi habitación estaba al lado del estudio de mi padre, él se quedaba trabajando hasta tardísimo y no trabajaba en una sala acondicionada, o sea, yo oía todos los procesos de mezcla; creo que tiene que ver bastante con eso. Luego es que mi padre es un melómano y de camino al colegio, en casa, durante la comida, en todo momento siempre había algo de música. De niño me metí varias veces en el estudio de mi padre y tonteaba con el teclado, daba unos porrazos a la batería, pero no había una predisposición a dedicarme a esto.

– ¿Cuándo se dio cuenta de que esto era lo suyo?

– En 2018 estaba estudiando en Oporto una especie de maestría de diseño y cuando me di cuenta de que en clase el propio profesor nos ponía tutoriales de Youtube para aprender, me ponía delante del ordenador con los cascos y trasteaba con el GarageBand, un programa bastante primitivo para hacer música que había descubierto con mi amigo Álvaro en su casa de La Sierra (en Madrid), donde hacíamos como pasatiempo instrumentales chorra a los que poníamos un rap encima. Cuando quise darme cuenta ya me pasaba las clases enteras haciendo música y luego pasó algo que puedes llamar destino o una señal: mi compañera de piso en Oporto se suicidó en casa y se quedó una atmósfera muy extraña, así que me tenía que ir de ahí porque había mucha carga emocional. Me mudé a Barcelona y ahí empecé a hacer instrumentales con Gloosito, un artista de rap que ya era bastante conocido en España y yo ya conocía de Madrid. Trabajaba con él y luego yo tenía mi proyecto paralelo, más experimental, que era mi cuenta de SoundCloud, y ahí me desahogaba a gusto.

– Y de ese rap inicial se ha movido cada vez más a la música electrónica, que es un concepto muy amplio y engloba desde el ‘bacalao’ de los 90, la ‘máquina’ o el ‘dance’, ¿en qué espectro se encuentra Baby Pantera?

– Lo mío es el trance, pero no ese side trance hippy, sino el trance melódico, eufórico.

– ¿Qué le inspira a la hora de componer un tema?

– Muchas cosas, en realidad: la luz, la bondad, la idea de que se puede cambiar el mundo y la posibilidad de reinventar un género, el trance, que se ha quedado un poco en el pasado, traerlo a la actualidad pero de otra manera.

– Dicen que su música es pura, sincera y esotérica. ¿Concuerda?

– Sí, totalmente.

«Para mí es mucho más fácil crear desde la melancolía, desde la tristeza, porque es algo que siempre me acompaña desde que soy pequeño. Pretendo aprovecharme de ella o simplemente intento traducirla»

– También dicen que es muy emocional y le inspira la tristeza para componer temas que luego la gente baila dándolo todo en la pista. ¿Cómo puede ser esto?

– Para mí es mucho más fácil crear desde la melancolía, desde la tristeza, pero porque es algo que siento que me acompaña desde que soy pequeño. No sé por qué siento una melancolía así eterna, que no se va, y entonces pretendo aprovecharme de ella o simplemente intento traducirla. Creo que es más interesante cuando la felicidad no es tan explícita, como todas las emociones, que son una escala de grises. En realidad no considero que haya una cosa extremadamente feliz o extremadamente triste.

– Apuesta sobre todo por la parte instrumental y la reivindica. ¿Cuándo decide incorporar letra o no a sus piezas y qué dificultades encuentra al transmitir solo con melodías y ritmos?

– Es mucho más complicado, obviamente, empatizar con algo instrumental que con algo cantado. Yo me lo tomo como un reto y, además, como productor, puedo tirar de samples, descontextualizar las letras o las vocales de otras canciones y encajarlas en otra cosa completamente distinta para crear un nuevo sabor. También es cierto que hoy en día con las herramientas de inteligencia artificial cualquier persona puede cantar en realidad.

– Y también ‘hacer música’ diciéndole a Chat GPT qué ingredientes quieres. ¿Cómo afecta la inteligencia artificial a su labor como creador de música?, ¿la ve como una amenaza?

– A mi labor afecta, el primer pensamiento que le viene a un trabajador expuesto a competir con la IA es que parece que te va a quitar el trabajo. Pero yo creo que una persona inteligente simplemente la intenta adaptar para que se convierta en una herramienta más. La IA es muy útil y tienes dos opciones: mostrarte reticente y decir “esto es una mierda”, “esto me va a quitar el trabajo”, tenerle miedo al fin y al cabo, o verla como un pedazo de herramienta que contribuye también a que todo se democratice un poco más y que al final todo el mundo tenga acceso a hacer muchas cosas.

– ¿No le preocupa que la IA se alimente de creaciones suyas sin pagarle derechos de autor?

– Los derechos de autor ahí se diluyen, pero a mí no me importa. Lo que sí que es cierto es que a mucha gente le falta un poco de conciencia; siento que vivimos en la era de la música, en el sentido de que ahora está más presente que nunca por lo fácil que es consumirla y porque es algo que no ocupa espacio, hay una sensación de que todo el mundo puede hacerla, pero es que no hay una responsabilidad de no meterse en lo que no es lo tuyo. Yo, por ejemplo, que no soy bailarín, no me pongo a intentar bailar, sé que no soy un buen bailarín y sé que no es lo mío. Es un poco el problema de estos tiempos, que parece que podemos hacerlo todo.

Couso, Gondomar. Baby Pantera (Antón Cardala, hijo de Cómplices), productor musical y DJ

Baby Pantera, este fin de semana en Gondomar. / ALBA VILLAR

– ¿Qué lugares lejanos (y cercanos) ha recorrido en sus sesiones de DJ?

– Lo más lejos ha sido Helsinki, también he estado en Londres, en Lisboa, y por supuesto en España, creo que me he recorrido todas las comunidades autónomas a lo tonto.

– ¿Ha podido constatar lo que le decían sus padres de que el mundo de la música está podrido de envidias?

 – Sí, sí, absolutamente.

– Y pese a esas advertencias le compensa estar en él.

– Sí, porque pese a todo gana el amor, el amor por la música al final es lo que importa.

– ¿Qué opinan sus padres, referentes del pop de los años ochenta y noventa, de lo que hace?

– Ellos son como muy pop, muy de una época, pero les gusta bastante en general lo que hago, al fin y al cabo la música supera el tiempo, los lenguajes y cualquier barrera. Mi padre sigue teniendo dentro el germen Golpes Bajos, mantiene la mente joven.

«Me siento más orgulloso de ser vigués que madrileño»

– Vigués de nacimiento pero criado y residente en Madrid, ¿Cuál es su relación con Vigo?

– Es una relación estrecha porque me siento bastante más orgulloso de ser vigués que de ser madrileño, aunque las dos ciudades coexistan dentro de mí. Vigo es una ciudad nostálgica, muy bonita, muy inspiradora y muy auténtica, sobre todo, que es lo que hecho en falta en las grandes ciudades. Siento que le debo algo a Vigo de alguna manera, me gustaría poder traer aquí una escena, hacer otra vez Vigo grande, culturalmente hablando. Se hacen los conciertos de Castrelos, que están muy bien, luego está el Marisquiño, que lo respeto mucho porque empezó siendo una competición de monopatín y yo he sido skater en la Praza da Estrela los tres o cuatro años que viví en Vigo, pero siento que le falta una vuelta más. Por otra parte, cuando actuó en Vigo me siento bien, es como que los chavales y las chavalas de aquí empatizan con más facilidad. Al fin y al cabo yo creo en los estereotipos, puedo notar que una persona gallega no es igual que una andaluza o una catalana y cuando toco aquí eso lo siento en el público y al hablar con la gente.

«Tengo en mente hacer un festival enfocado a la cultura gallega y viguesa, que no se vea adulterado, y a la música independiente y electrónica»

– ¿Tiene algo en mente para esa vuelta de tuerca que le hace falta a Vigo?

– Tendría que venir por una propuesta más sólida que tenga que ver con la cultura gallega y viguesa, y que eso no se vea adulterado de ninguna manera: hay que realzar la autenticidad. En concreto, tengo la idea de hacer un festival de música en Vigo, con mi equipo, que ya esta bastante experimentado en eventos como el Festival B de Barcelona. Sería un festival enfocado a la cultura viguesa y a la música independiente y electrónica. Ya tengo el proyecto en un dossier y quiero presentarlo al Concello.

– Dicen que es muy obsesivo, que cuando se le mete una idea en la cabeza no para hasta que la resuelva. ¿Cómo se refleja eso en su proceso creativo?

– Sí, absolutamente, soy obsesivo. La mayoría de veces mi proceso creativo es estando en la cama o en un momento un poco privado, por así decirlo, y básicamente me viene una melodía a la cabeza, por lo que sea, la tarareo, la grabo en mis notas del móvil, y luego intento traducirlas, buscarles un principio, un nudo y un final.

– ¿Qué ingredientes mete en la coctelera para hacer un tema de éxito?

– En realidad no tengo ningún tipo de normas ni nada, es simplemente algo plausible, algo que me parezca a mí lógico y que tiene que ver. A veces en un mix quieres contar una historia o quieres darle un sentido, pero yo me dejo llevar bastante, confío mucho en la intuición.

– ¿Toca algún instrumento?

– Toco el teclado, aprendí de manera autodidacta.

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