Gallegas a la vanguardia

«El periodismo local es un servicio muy importante, no se debe perder nunca»

La ourensana María Fernández Blanco, afincada desde hace una década en Nueva York, cuenta con dos prestigiosos premios Emmy por su trabajo como productora ejecutiva en la cadena NY1

La periodista ourensana María F. Blanco, con su premio Emmy, en la bahía de Nueva York.

La periodista ourensana María F. Blanco, con su premio Emmy, en la bahía de Nueva York.

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Llegó «por cosas del destino» a la Gran Manzana hace diez años y como productora ejecutiva de la cadena NY1 ha cubierto elecciones presidenciales y estatales, desastres naturales y una pandemia. Gracias a su trabajo también ha vivido muchas anécdotas, como la entrevista a una de las protagonistas de «Sexo en Nueva York» que aspiró a la alcaldía, y ha aprendido a moverse por una ciudad de más de 8 millones de habitantes con la soltura de quienes han nacido allí. «Por un lado, está la imagen que se vende al mundo, pero luego sus diferentes microcosmos te enseñan que, en realidad, todos los lugares funcionan más o menos igual. El glamur de las películas existe en contadas ocasiones. Lo que la gente quiere es conocer al emprendedor que monta un negocio en su barrio o si le van a cortar la línea de metro. El periodismo local es un servicio muy importante y no se debe perder nunca», reivindica María Fernández Blanco (Ourense, 1980).

Antes de dar el salto a EE UU, desarrolló su trayectoria profesional en Cataluña, donde fue reportera económica en prensa, freelance y también trabajó en la agencia de comunicación y relaciones públicas Tinkle. No entraba en sus planes mudarse, pero su exmarido fue seleccionado en la «lotería de visas», llegó «por dos años» y ya lleva una década. De hecho, incluso tiene la doble ciudadanía. «Mi abuela, que emigró a Suiza, siempre me decía que cuantos más carnés y pasaportes tengas mejor, porque uno nunca sabe lo que puede ocurrir en la vida», relata entre risas.

No solo tuvo que adaptarse a otro país, aunque Nueva York constituye «una realidad totalmente diferente», sino también al periodismo audiovisual tras fichar por la NY1. «El primer año quería regresar cada día. Cuando llegas, da igual tu perfil, tienes que empezar de nuevo. Pero, al final, eso fue lo que más he agradecido. Si me hubiese quedado en Barcelona no habría estado en la misma situación de aprendizaje continuo, de reto constante», reflexiona.

También aprendió a darle valor a la oportunidad que había tenido y a realizar su trabajo «con mucha más dedicación» cuando empezó a cubrir temas de inmigración y vio «la realidad de quienes literalmente arriesgan su vida para tener un futuro mejor».

Y precisamente por uno de estos trabajos recibió a finales del año pasado dos premios NY Emmy, los más prestigiosos de la televisión estadounidense. «Crossing Borders: Inside the Migrant Crisis» fue una colaboración de las dos redacciones de la cadena, en inglés y en español, y triunfó en las categorías de documental de actualidad y excelencia informativa.

En una gala de los Premios NY Emmy Awards.

En una gala de los Premios NY Emmy Awards. / FDV

La pieza, de una hora de duración, aborda la situación generada en una de las «ciudades santuario» del país por el aluvión de inmigrantes, más de 200.000 desde 2022 hasta la actualidad. «Hay una protección legal y la población, que viene de todas partes del mundo, siempre ha sido acogedora. Pero ante la llegada masiva de personas, muchas en autobuses enviados por el gobernador de Texas, no había recursos suficientes para atenderlas a todas en tan poco tiempo y, al mismo tiempo, fueron ubicadas en hoteles. Y esto empezó a generar tensiones, incluso con personas que emigraron en su día pero que se quejaban de que ellos no habían tenido esa ayuda. Y en este especial informativo recogimos todos esos puntos de vista», resume.

Los dos Emmy supusieron además «el broche de oro» a su trabajo en la redacción en español de NY1, que dejó el pasado noviembre para emprender una nueva etapa profesional, alejada del frenético formato de breaking news y más centrada «en contar historias en profundidad».

«El papel de un productor ejecutivo es que todo salga bien. Decides titulares, a dónde enviar al reportero o le buscas un dato mientras está en directo, pero no es visible. Ganar un premio en el que aparece tu nombre es un orgullo por esa labor de cada día. Contamos una historia que valía la pena y el Emmy va también por las demás que no fueron distinguidas», reivindica.

«La historia de estos últimos diez años en EE UU ha sido bastante intensa. He cubierto elecciones presidenciales, a gobernador y a la alcaldía, además de muchas historias sociales y una pandemia. Ha sido muy exigente y era momento de parar y pensar qué hacer. El contenido televisivo se ha convertido en una plantilla que se rellena cada día y lo que me apetece ahora es escribir más allá de guiones de treinta líneas, hacer historias por mi cuenta. Me estoy orientando hacia la comunicación y también me he certificado para enseñar español», comenta sobre su futuro más inmediato.

Aunque ya no pise la redacción cada día, María sigue muy atenta la actualidad del país en este segundo mandato de Trump. «Sabe perfectamente cómo funcionan los medios y hay una voluntad de bombardearlos. El día de la investidura empezó a firmar órdenes ejecutivas en el prime time de informativos. Cada una de ellas necesitaría su propia cobertura y sé de primera mano que en las cadenas nacionales personas con muchos años de experiencia decidiendo los temas de apertura perdían los papeles. Llevo años digiriendo información compleja, pero hoy en día es más difícil que nunca analizar las consecuencias de cada decisión. Es un reto. Y creo que a los medios les toca reestructurarse y, en vez de tratar de contarlo todo, que es un poco la herencia de CNN, apostar por lo que creen más importante y profundizar en ello», propone.

Preparando una entrevista en Nueva York.

Preparando una entrevista en Nueva York. / FDV

También las redes obligan a cambios en el periodismo: «Hay una crisis de identidad en la televisión. Hacemos fact-checking, pero competimos con alguien que crea contenido y sube vídeos a TikTok sin verificar. Es muy complicado porque tú utilizas las herramientas de siempre, hay unos valores y una ética, y enfrente tienes un juego con unas reglas totalmente distintas. Lo que me preocupa, al margen del partido que gobierne, es que una sociedad no quiera informarse, algo que está ocurriendo ahora apelando a la salud mental ante todo lo que pasa, o que solo lo hagan a través de sus medios, o consideren que YouTube o las redes son como un informativo. Debemos navegar los nuevos medios, pero la esencia tiene que seguir ahí».

Y todo empieza por algo tan sencillo como preguntar. «La primera regla y quizá la más importante es la curiosidad. Yo siempre lo he sido», recuerda sobre aquella niña del barrio del Posío a la que le gustaba observar y que disfrutaba escribiendo. Por eso, y aunque su madre era profesora de Matemáticas y en su familia dominaban las ciencias, decidió iniciar la carrera de Periodismo en la facultad compostelana de Mazarelos. Y arrancar así una historia, como las que a ella le gusta contar, que seguirá escribiendo sus propios titulares.

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