El retratista de recién nacidos
El vigués Diego Gómez es especialista en fotografía newborn, una práctica en alza en la que los protagonistas son bebés durante sus primeros días de vida. También retrata a embarazadas poco antes de dar a luz

Diego Gómez preparando una sesión con un bebé / Alba Villar
De la cuna al estudio fotográfico. Los protagonistas de los retratos que realiza el vigués Diego Gómez son recién nacidos de hasta dos semanas de vida, periodo en el que todavía conservan esa flexibilidad que tenían en el vientre materno. Es la fotografía newborn, una práctica en alza originaria de Estados Unidos y Australia que cada vez triunfa más en España. Se trata de plasmar las primeras imágenes de la vida de una persona y también la felicidad y el amor que ese acontecimiento conlleva para los padres del recién nacido. Por ello, además del bebé protagonista de la sesión, también se capta alguna instantánea con la familia y, en las semanas previas, la que posa es la mujer embarazada y el futuro padre.
Diego Gómez lleva diez años dedicándose a esta especialidad, cuando en España apenas se conocía. Formado en empresariales en la universidad, heredó su pasión por la fotografía de su madre, quien atesoraba infinidad de álbumes de sus hijos desde bien pequeños, por eso ha puesto su apellido materno –Gómez, el primero es Rodríguez– en su firma artística y en su estudio. El año que ella falleció, en 2008, su padre le regaló su primera cámara de fotos y gracias a un curso en Youtube Diego aprendió a manejarla. «Me dediqué durante un tiempo a entrar en fábricas y lugares abandonados, supongo que era el reflejo de cómo me sentía», recuerda.
Después de mucha práctica comenzó a cobrar por su trabajo de fotógrafo cubriendo eventos deportivos y de ocio nocturno, hasta que en un curso de fotografía coincidió con una compañera embarazada y le pidió retratar a su hija en cuanto naciera. Fue su primera clienta, hace ya diez años; luego vinieron otras, gratis o cobrando poco porque se estaba formando en la especialidad. «He tenido sesiones de cinco o seis horas con un recién nacido; ahora pueden durar entre una o dos horas, aunque normalmente reservo toda la mañana porque entre que llegan aquí, les dan la toma, hacen pis y caca y se duermen pasa bastante tiempo», indica.
El estudio tiene todas las comodidades para el recién nacido, al que coloca sobre una mesa con una burbuja de aire caliente para que no pase frío. Un cojín de lactancia, un cambiador de pañales y hasta alcohol para secar el ombligo son algunos de los materiales que aportan confortabilidad al bebé.
«Trabajo con el recién nacido desnudo; al principio, cuando estaba empezando, le ponía ropita, pero me gusta la foto más limpia y como mucho les pongo un gorro y una diadema; incluso cuando las hago con los padres es prácticamente piel con piel», explica Gómez.

Diego Gómez, en su estudio de Vigo. / Alba Villar
Las fotos newborn muestran al recién nacido dormido, de tal manera que así el fotógrafo puede colocarles las manos a su antojo sin molestar al bebé, que en esos primeros quince días de vida suele estar más aletargado. Pasado ese tiempo suelen mover más los brazos y hacer gestos, lo cual complica la sesión. «Les trato con mucho cariño, sin dejar de pensar que son seres humanos, respetando sus necesidades de sueño, hambre y tratando siempre de no ponerlos en posturas complicadas», relata el fotógrafo.
Si bien puede parecer que todos los bebés a esas edades son muy parecidos y ofrecen poco juego a la hora de hacerles fotografías, Gómez asegura que cada uno tiene sus características que lo hacen único, ya sea «si uno tiene el pelo más largo, si es rubio o más regordito», por lo que intenta sacar partido plasmando esas diferencias.
Gómez realiza más de cien sesiones de fotos de recién nacidos al año a clientes de diversas partes de Galicia, si bien el mayor volumen procede de Vigo y su área de influencia. Uno de sus retratos fue seleccionado como la mejor fotografía newborn del año 2022 en España y en ella aparecen tres trillizos dormidos, con sus manos bajo el mentón. «Fue el único certamen al que me presenté», comenta. La experiencia que le da la veteranía hace que sea escogido como formador por otros colegas fotógrafos que le contratan para enseñarles a sacar adelante una sesión newborn, en la que tienen la oportunidad de verle trabajar con recién nacidos reales bajo su supervisión. Son los cursos que se conocen como one to one.

Trillizos, mejor fotografía «newborn» del año 2022 en España. / Diego Gómez
El trabajo de la sesión al recién nacido que realiza Diego Gómez se materializa en una selección de imágenes digitales que el cliente se lleva en un pendrive y en fotos impresas, bien en una caja o bien, cada vez más, en un álbum. «Así tienen juntas las primeras fotos de su hijo, que es un regalo para que en un futuro se vea cómo era de pequeño, y también fotos de la familia junta, porque normalmente en casa o sale solo la madre o el padre con el bebé porque el otro es quien hace la foto».
Cuando tienen hermanos mayores, también salen en algunas de las fotos, normalmente a primera hora de la sesión, para que no estén cansados y luego el padre se los pueda llevar al parque mientras la madre se queda con el recién nacido en el estudio. «A los niños más mayores ya es más complicado entretenerlos para que no se cansen en el estudio; normalmente no les suelo hacer mucho caso al principio para ir ganándomelos poco a poco mediante juegos e intentar que se coloquen donde yo quiero y como quiero, nunca obligándolos», explica.
A la primera sesión fotográfica le suceden, si el cliente así lo desea y lo contrata, otras dos o tres que se realizan a lo largo de su primer año de vida y finalizan con el retrato de su primer cumpleaños. Para ese evento suelen triunfar las cakesmash, fotografías del bebé con trozos de tarta.
Luego también realiza fotos familiares y de hermanos en el exterior o en otra sala del estudio, que decora con escenarios temáticos según la época del año en que se realice la sesión. Estos días aún tiene instalada la de Navidad, con construcciones hechas en madera donde los niños pueden adentrarse.
De todo el trabajo que realiza Diego Gómez, en torno a un setenta por ciento es a recién nacidos, incluso antes de que salgan del vientre de sus madres. Los retratos a mujeres embarazadas se suelen hacer entre la semana 25 y 36 de la gestación. «Recomiendo reservar en el segundo trimestre del embarazo para fijar fecha y le solemos pedir una foto antes para ver cómo va la barriga».
En esos casos se trata también de inmortalizar la emoción y la felicidad en torno a uno de los momentos más felices de la vida de una pareja. Los retratos a embarazadas suelen ser en blanco y negro, «mucho más elegante y que realza más la figura de la mujer, al tiempo que me permite jugar con las luces y sombras, sabiendo lo que quieres tapar y lo que quieres realzar», comenta Gómez.

Maternidad de Atenea. / Diego Gómez
Lo normal es que el futuro padre acuda al estudio «obligado por su pareja» y se muestre reacio a salir en el retrato hasta que entra en el juego. «Al final le hago bromas, reímos y salen muy contentos».
Para mostrar el vientre de la mujer al natural en todo su esplendor, lo mejor es despojarse de la ropa y mostrarse desnuda. «Tengo clientas de todo tipo, normalmente les envío una encuesta antes, una indicaciones de vestuario y les pregunto si tienen alguna foto de referencia que les haya gustado. De todos modos en las sesiones les pregunto y van viendo cómo va y qué se les va a ver». Algunas optan por el desnudo, otras por la ropa interior y otras van al baño y se tumban con un batín.
A sus 39 años, Diego Gómez no es padre, «pero lo seré en breves». Su futuro hijo o hija «será el bebé que más fotos tenga del mundo», bromea.
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