Las corales gallegas dan el do de pecho

Más de ocho mil coralistas integran las más de 230 formaciones federadas que existen en la comunidad autónoma, donde conviven agrupaciones históricas con otras de reciente creación integradas por gente joven

«La presencia de corales en prácticamente todos los rincones de Galicia es una prueba de la vitalidad de esta actividad cultural», comenta Pablo Rico, presidente de la Federación Coral Galega (FECOGA), una entidad que integra a 233 de estas agrupaciones en las que participan más de ocho mil coralistas. «Sirven como elementos dinamizadores culturales, fomentando la identidad local y regional a través de la música y de la participación comunitaria», añade.

Si bien existen numerosas agrupaciones no federadas, lo cual añade relevancia al impacto de la música coral en Galicia, los datos aportados por FECOGA sirven para realizar una radiografía de su distribución por la comunidad autónoma. Pontevedra, con 92 agrupaciones federadas, es la provincia con mayor concentración de corales, siendo Vigo y su área metropolitana uno de los principales focos de actividad, junto con otras localidades como Vilagarcía. A Coruña cuenta con 84 corales, la mayoría concentradas en las áreas metropolitanas de la capital de la provincia, Santiago y Ferrol, así como en poblaciones costeras como Noia y del interior (Melide). Lugo, con 31, cuenta con una menor densidad de corales comparada con las provincias atlánticas, pero las existentes destacan por su actividad en la capital de la provincia en municipios próximos como Monforte de Lemos, Vilalba o Meira, y en las villas de la Mariña lucense. Ourense, con 26, concentra su actividad coral en la capital y en villas culturales clave como Ribadavia o Verín.

La coral gallega en activo más veterana es la Polifónica de Pontevedra, que celebrará su centenario en 2025. Su historia, rica y significativa, incluye un director ilustre, pues Castelao llevó sus riendas durante una etapa.

Encuentro del coro
 de la Federación
 Coral Galega. 
// FECOGA

Encuentro del coro de la Federación Coral Galega. / FECOGA

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Junto a esas formaciones tan longevas,  hay otras que inician ahora su andadura, implicando a nuevas generaciones en la música coral y garantizando así el futuro de esta arraigada tradición. En FECOGA ven con satisfacción la aparición de tres nuevas corales: el coro infantil y juvenil EnHarmonía, de O Carballiño, apoyado económicamente por FECOGA, que participará en la segunda edición del festival ‘Nadal Coral’, un evento intergeneracional que reúne a más de 150 coristas de diferentes edades en torno a instrumentos y repertorios navideños; el Coro Xuvenil de Lugo, que debutó el pasado día 15 de este mes e integra a componentes entre 20 y 27 años, y el Coro Infantil San Roque A Paz, de Vigo, que aspira a garantizar el relevo generacional de esta formación.

El tamaño medio de una coral suele oscilar entre los 20 y los 30 componentes, aunque hay algunas, como la mencionada San Roque de Vigo, con 60 componentes, de mayor dimensión y especialización vocal. En general, predominan las voces agudas, debido a la mayor participación femenina en este tipo de agrupaciones, si bien hay alguna coral dedicada exclusivamente a voces grados, como el Orfeón Xoán Montes de Lugo, que lleva más de cuarenta años de trayectoria.

En cuanto al perfil de sus componentes, la mayoría son personas adultas que encuentran en la música coral un espacio de socialización, expresión artística y cohesión social. Un desafío importante es el del relevo generacional: la incorporación de jóvenes es un reto constante, y en ese contexto cobran especial relevancia iniciativas como la reciente creación de tres coros infantiles y juveniles, algo que non sucede en otras comunidades del territorio estatal en las que han desaparecido estas formaciones juveniles, como es el caso del País Vasco.

El reto de atraer a los jóvenes

Con el objetivo de atraer a nuevas generaciones, FECOGA lleva a cabo estrategias innovadoras, como su presencia en redes sociales, en plataformas como Facebook, Instagram o TikTok, donde sus contenidos en formato reel superan las miles de visualizaciones por parte de seguidores de Galicia, otras partes de España y países como Argentina, en el que la emigración gallega mantiene viva la conexión con nuestra cultura. El equipo directivo de la federación, formado mayoritariamente por gente joven, entiende la importancia de estos canales para conectar con el público de menor edad: «Estas acciones en redes sociales, junto con el apoyo a la creación de corales juveniles, forman pare de una estrategia amplia para asegurar el futuro de la música coral gallega y promover la continuidad de esta tradición cultural entre las nuevas generaciones», explica Rico.

Ensayo de la coral Casablanca y orquesta.

Ensayo de la coral Casablanca y orquesta. / Pablo Hernández

La gran mayoría de las corales federadas gallegas son asociaciones culturales sin ánimo de lucro, lo que «refleja su compromiso con la promoción de la música coral y la dinamización cultural de sus comunidades», tal y como indica el presidente de FECOGA. También existen formaciones vinculadas a centros sociales o a colectivos profesionales, como el Coro del Colegio Provincial de Abogados de Pontevedra, o la Coral de Mayores de Telefónica de A Coruña.

Mayor apoyo institucional

Los Concellos desempeñan un papel clave en el apoyo de las corales, ofreciendo recursos, financiación para actividades y eventos locales, y espacios para ensayos y actuaciones. Del mismo modo, las diputaciones provinciales también contribuyen al fomento de esta práctica cultural mediante redes de conciertos, festivales y eventos, mientras que el convenio que mantiene la Xunta con FECOGA les permite organizar actividades y desarrollar proyectos. No obstante, «este convenio es actualmente insuficiente para cubrir las necesidades de las 233 corales federadas y apoyar sus iniciativas», por eso «esperamos firmar el próximo año un convenio más ambicioso que permita una mayor financiación para las corales gallegas, fomentando así su crecimiento e impacto cultural», manifiesta Pablo Rico.

El momento en que actualmente se encuentra esta actividad cultural en Galicia es «excelente», según indica el presidente de FECOGA, quien hace hincapié en la consolidación de las corales como un «elemento fundamental de la cultura gallega» y de «conexión con la comunidad», a la vez que destaca estas agrupaciones como «espacios de cohesión social, preservación de la cultura y de la lengua gallega, y de difusión de la música a nivel local, nacional e internacional».

Estabilidad y renovación

Esa buena situación de la música coral se ve respalda por el interés del público, tal y como demuestran los «llenos absolutos» que se registran en conciertos y certámenes a lo largo de todo el territorio autonómico. «Comparando con décadas anteriores, el momento actual es una mezcla de estabilidad y renovación. La música coral ya no es el único espacio cultural disponible, pero sigue compitiendo con éxito gracias a su impacto emocional y su conexión con la comunidad», sostiene Pablo Rico.

Los circuitos habituales en los que actúan los coralistas integrados en la federación incluyen auditorios y teatros (el Auditorio de Veterinaria de Lugo ha sido el escenario de la XVIII Romaría Coral de FECOGA), iglesias y espacios religiosos donde intervienen en misas, romerías y festivales de música sacra (recientemente se celebró un certamen en la Iglesia de Conxo, en Santiago), fiestas y eventos culturales locales promovidas por los Concellos, hermandades de fiestas patronales o relacionados con la identidad cultural gallega, redes promovidas por las diputaciones provinciales que consiguen llevar la música coral a localidades más pequeñas y menos accesibles, y conciertos en espacios al aire libre, especialmente durante el verano. «Estos circuitos aseguran que la música coral esté presente tanto en grandes ciudades como en villas pequeñas, manteniendo vivo el vínculo cultural entre las corales y sus comunidades», expresa Rico.

El repertorio que interpretan actualmente combina piezas de música sacra y tradicional con temas contemporáneos y populares, incluso adaptaciones de canciones internacionales

El repertorio de piezas que interpretan ha ido evolucionando con el paso del tiempo, adaptándose a los cambios sociales y culturales sin por ello perder su esencia. Tradicionalmente, las corales gallegas centraban su repertorio en música sacra y tradicional gallega, reflejando las raíces culturales y religiosas de la comunidad.

Actualmente, y desde hace unos años, se ha producido una diversificación y modernización del repertorio, de tal modo que ahora las corales gallegas interpretan una combinación de música tradicional, sacra, contemporánea y popular, incluyendo adaptaciones de obras internacionales y piezas temáticas en eventos como festivales navideños, entre otros. «Este equilibrio entre tradición y modernidad es clave para la relevancia actual de la música coral en Galicia», considera Pablo Rico, quien destaca el uso del idioma gallego como una de las contribuciones más valiosas a la sociedad gallega: «Las corales son instrumentos cruciales para la promoción y difusión del gallego, tanto en las interpretaciones de obras tradicionales como en la adaptación de repertorios contemporáneos», expone.

Para fomentar la creación de música coral en gallego, la directiva de FECOGA trabaja en el proyecto de crear un certamen de composición para música coral, iniciativa que ya llevan a cabo otras federaciones autonómicas.

La Coral Casablanca, un valor seguro en Castrelos

Marta G. Brea

Comprometida con la difusión, promoción y fortalecimiento de a música coral en Galicia, la nueva directiva de FECOGA centra sus objetivos en financiación, inclusión y dinamización, los tres ejes sobre los que se desarrollan actividades que buscan apoyar a las corales federadas y expandir su impacto en la sociedad.

Las iniciativas que se llevan a cabo desde la federación se dividen en seis bloques: organización de eventos y festivales, proyectos innovadores, formación y profesionalización, promoción de la lengua gallega, financiación e inclusión y uso de redes sociales.

En el apartado de proyectos novedosos, se encuentra la creación del coro de la federación, liderado por la reconocida directora Maddalen Dorronsoro con el objetivo de fomentar la excelencia musical, el primer certamen de canto coral de Galicia, que incluirá fases provinciales y una final, el certamen de composición para coro y la publicación de la revista de la federación.

En el área formativa y de profesionalización, organizan cursos para directores y cantantes y proyectan mejorar la web y promover el uso de nuevas tecnologías para la gestión interna de las corales.

El uso de las redes sociales, campañas para atraer más corales a la federación y la ampliación del convenio con la Xunta son otras de las líneas de trabajo de FECOGA.

La Coral Polifónica Casablanca y orquesta en el concierto navideño de este año.

La Coral Polifónica Casablanca y orquesta en el concierto navideño de este año. / Alba Villar

Casablanca, casi 70 años de idilio con los vigueses

Las voces de sus coralistas anuncian cada año la llegada de la navidad a la ciudad y atraen a miles de personas a sus conciertos en Castrelos

La historia de la Coral Polifónica Casablanca, una institución en la ciudad olívica, es la singular historia de un idilio entre un coro y los vigueses. La semana pasada ofreció su 67 concierto de Navidad y, como es habitual año tras año, el auditorio del Teatro Afundación registró un lleno absoluto. Sobre el escenario 180 personas: 120 coralistas y sesenta músicos que integran la orquesta.

Y no solo son bien recibidos en estas fechas: desde el año 2005 casi de manera ininterrumpida ofrecen un concierto en el auditorio al aire libre de Castrelos, escenario reservado para los grandes artistas. Uno de ellos, C. Tangana, se fijó en la coral para hacerlos intérpretes de su Oliveira dos cen anos, el laureado y bien recibido himno del centenario del Celta.

«El secreto es la ilusión de todos los componentes, la acogida del público y lógicamente el trabajo de Óscar Villar, que lleva a los coros a la excelencia» comenta Nacho Amoedo, presidente de la Fundación Coral Casablanca.

La salud de esta formación no siempre fue buena. Integrada en el Círculo Mercantil desde 1966, cuando esta entidad vendió su sede de la calle del Príncipe al Celta, donde los coralistas tenían su local de ensayos, la coral estuvo al borde de la desaparición. En 2011 se creó la fundación para darle a la agrupación seguridad jurídica y hoy en día es una entidad completamente desvinculada del Círculo Mercantil que utiliza un local del Club Náutico para ensayar. Además, a la ‘coral grande’ se le han añadido otros cinco coros: el Peque, de niños de tres a doce años, el Juvenil, cuyos integrantes tienen entre trece y 21 años, el Gepetto, de mayores de 65, Sonidos de la Memoria, compuesto por enfermos de alzhéimer, sus cuidadores y voluntarios, y Concepción Arenal, de mujeres y dirigido por Lucía Pestana, actualmente de baja y sustituida por Silvia Gómez. Suman entre todos 450 personas.

«Hay gente que lleva 56 años cantando en la coral y otros, como una chica que debutó el otro día, que ofrecieron sus primeros conciertos en la barriga de sus madres», comenta Amoedo, a quien su madre, primera mujer directiva del Mercantil le advirtió que tuviera cuidado con la coral cuando él llegó a la directiva de esa entidad que más tarde presidió.

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