Los viejos oficios: Flora Mouriño, collareira
El mar como tradición
Tercera generación de una saga de collareiras, Flora Mouriño innova en diseños y combinaciones para adecuar esta artesanía secular de O Grove a los gustos contemporáneos. Desde su taller Amare mantiene vivo un patrimonio cultural vinculado directamente con el Atlántico
Es continuadora de una actividad que nació hace casi dos siglos, de siempre vinculada a la isla de A Toxa y O Grove. Aquí la tradición de las collareiras sigue viva gracias al esfuerzo de artesanas como Flora Mouriño y su tienda Amare, Agasallos do Mar. La profesión nació de la relación directa de la comunidad local con el Atlántico, empleando las conchas de las playas para crear collares, pulseras y complementos decorativos que ya son todo un icono dentro y fuera de Galicia. Lo sabe como nadie Flora, perpetuadora de una saga -junto a su hermana Susana- que sigue revitalizando un oficio que comenzaron a ejercer las mujeres de esta villa marinera hace casi esos doscientos años.
Hoy la actividad de collareira está reconocida por Artesanía de Galicia, sello al que pertenece Amare y que da respaldo también al taller de Flora, que empezó con siete años ayudando a su abuela a recoger conchas en la playa. También su madre se dedicaba a ello, lo mismo que su hermana, su sobrina y su hijo, que ayuda cuando es necesario. El invierno es la mejor época para recoger el material de la playa, esas conchas que hay que levantar de la arena una a una. Después se lavan, se clasifican y,tras ardua y paciente labor, se convertirán en colgante, pulsera u otro complemento. El resultado es un trabajo artesano único en el que cada pieza resultante siempre será distinta.
Flora representa la tercera generación de una artesanía que ella ha sabido adecuar a los tiempos y que vaya pareja a los gustos contemporáneos. “Cada pieza es distinta, nunca hay dos iguales, es imposible porque, además de ser una labor artesana, se trabaja con piezas orgánicas, por lo que es la naturaleza la que dicta las reglas”, explica. Innovan en diseños y combinaciones de materiales para adecuar las piezas a las nuevas tendencias sin perder la esencia que caracteriza al oficio.
Amare no solo es un espacio de creación, es un homenaje al pasado de las collareiras, actividad reconocida como parte del patrimonio cultural gallego. Flora selecciona cuidadosamente los materiales, preservando el carácter sostenible y artesanal del proceso. De sus manos salen anillos, collares cortos y largos, pendientes, pulseras o complementos armoniosos para sombreros.
Gracias al empeño de mujeres como Flora y Susana, las collareiras no solo perpetúan un legado, sino que lo renuevan constantemente para mantenerlo vigente en el presente. Flora también acepta la posibilidad de encargos personalizados. Aquí nada se repite, siempre está cambiando, como las conchas que deja el mar y son la base de su trabajo. Algunas de sus creaciones pueden verse en su web agasallosdomar.com.
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