Los viejos oficios: Raquel Álvarez, joyera
La ciudad que se lleva
Desde su taller vigués Cascabel, Raquel Álvarez crea piezas únicas y personalizadas en plata, oro y piedras naturales. Famosas en todo el país son sus pulseras con emblemas locales como las Cíes, las luces o el Sireno, que a petición de los clientes va ampliando todos los años

Los viejos oficios: Raquel Álvarez, joyera / José Lores
Para Raquel las joyas son mucho más que objetos, reivindica las piezas como el arte que se lleva y que dice mucho de la personalidad de cada uno. Y que habla también de la ciudad donde se crean. Esta artesana viguesa empezó en 2019 – aunque lleva en la joyería muchos años más– diseñando los emblemas más representativos de la urbe, inspiradores de una parte de su trabajo. Primero fue una moneda con el Dinoseto y la imagen del Sireno en el reverso, un pin con la noria… Con los años el catálogo se ha ido ampliando y en 2022 inició el proyecto de crear una pulsera con los iconos locales, con siete exactamente. Desde entonces ha recibido encargos de todas partes para regalarla con diferentes figuras alusivas al municipio. Aparte, Raquel brilla en el mundo de la artesanía con su apuesta por joyas llenas de sentimiento y creatividad.
Cuando estaba a punto de decantarse por Bellas Artes, el destino hizo uno de sus giros y la llevó a encaminar los estudios hasta formarse como Artífice Joyera y después como Gemóloga por la Universidad de Barcelona a través de la Escuela de Joyería del Atlántico, en la que también ha realizado cursos de modelaje en ceras, engaste, enfilado de collares, esmalte a fuego, microfusión y mokume. A la hora de crear -dice- se inspira en la piedra “y en las sensaciones de cada momento, porque cada pieza está impregnada de espíritu y sentimiento y eso es lo más importante”.
Esta artesana -integrada en Artesanía de Galicia- tiene su local en las conocidas galerías Durán de la calle del Príncipe, aunque sus productos pueden verse también en su web tallercascabel.es. Ahí está un amplio catálogo en el que hay desde anillos a colgantes, pendientes, pulseras, creaciones personalizadas o la serie Vigo, entre otras. En este muestrario, la primera fue una moneda de plata de Dinoseto rodeada por la frase ya conocida “La mejor ciudad del mundo”.
Después siguió el proyecto de crear la pulsera con piezas alusivas en la que figuran los caballos de la plaza de España, el puente de Rande, las Cíes, Dinoseto, el Sireno, el escudo de la ciudad y una placa con el nombre de Vigo. A Raquel le divierte crear estos trabajos que además tienen gran demanda entre los clientes, que muchas veces proponen el recuerdo que se quieren llevar. Por eso pueden hacerse a gusto del consumidor, que propone lo que quiere que cuelgue en la pulsera de los siete elementos. Primero se diseñan y luego viene el proceso de impresión en resina, fundición en plata y, tras ello, acabado, lijado, pulido, soldadura y montaje en la pieza que casi siempre elabora en plata, aunque puede encargarse en oro. Raquel también ha hecho pulseras con motivo del Día das Letras Galegas y a la villa de Porriño en homenaje al 150 aniversario del nacimiento del arquitecto Antonio Palacios. Actualmente lo que más le piden y donde invierte la mayor parte de su tiempo es en piezas personalizadas y arreglos de joyas o bisutería de familia que se quieren guardar como recuerdo por el valor sentimental que entrañan. Y si vuelve O Feito a man, allí estará.
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