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Ángela Banzas Escritora

“La novela negra es un acto de legítima defensa”

La autora, considerada la nueva voz del thriller gallego, publica su tercera novela en tres años, “La sombra de la rosa”, ambientada en la isla de Cortegada

La autora santiaguesa Ángela Banzas. MARTA G. BREA

Considerada la nueva voz del thriller gallego y un nuevo referente del género a nivel estatal, la santiaguesa Ángela Banzas publicó su primera novela, “El silencio de la olas”, en 2021 y la segunda, “La conjura de la niebla”, en 2022. Ahora presenta “La sombra de la rosa” (Suma de Letras), un relato que transcurre en dos tiempos, a principios de los siglos XX y XXI, con la isla de Cortegada como telón de fondo, que une intriga con historia y enlaza a un asesino en serie obsesionado con los crímenes de la literatura con una investigadora literaria llegada a Galicia desde París con el encargo de estudiar unos cuadernos inéditos de un autor maldito.

– ¿Si echa la vista tres años atrás se imaginaba haciendo giras de promoción de sus novelas?

– Soy muy soñadora, al menos eso me gusta creer y no que sufro delirios. Años atrás, cuando escribía con el proyecto de abordar una novela en mente, tenía el sueño de ser leída, en algún momento me asomaba a esa rendija de futuro y soñaba con llegar a la gente; ahora me están pasando esas cosas. Lo más bonito es que te lean y te completen, hay un componente en el que tú escribes y solamente cuando llegas al final, a la otra parte, al lector, te das cuenta de cosas que has tratado en la novela y no te habías dado cuenta o de que les has ayudado a viajar con la mente.

– En “La sombra de la rosa” escoge como escenario por segunda vez la Ría de Arousa, en este caso la isla de Cortegada, ¿qué tiene esa zona para usted?

– Soy de Santiago y siempre me ha gustado mucho el mar, así que de adolescente cuando quería escaparme a escribir, me cogía un tren y me plantaba con mi mochila en Vilagarcía, donde ubiqué mi segunda novela (la primera tenía que ser en Santiago). Para esta novela escogí Cortegada porque documentándome para la anterior me contaron la historia de la isla, que fue propiedad de Alfonso XIII, quien quería construir allí un palacio. Hablé con descendientes de los últimos pobladores que me contaban sus recuerdos heredados de sus ancestros sobre cómo era la vida allí y me cautivó la dulzura con que evocaban lo perdido. Me pareció interesante, además, a nivel paisajístico, la ubicación es un lujo, dentro de la isla están los robles comepiedras (ahí vi una metáfora clara), y enfrente está el Centro Artístico y Deportivo O Gato Negro de Carril, que aunque no tiene nada que ver con el cuento gótico de Edgar Allan Poe, a mí irremediablemente me llevo ahí. Y es lo que tiene la imaginación: empecé a pensar en los autores malditos, tengo muy presente ese sentir tan atormentado, esa tragedia constante, ese descenso a los abismos, esa forma de escribir, ese modo de experiencia trágica. Así que construí a mi autor maldito, al que quise enfrentar dentro de la novela con un maldito autor, con un escritor asesino, que la historia también los tiene, con alguien que aspira a ser un maldito pero es todo lo contrario: es un psicópata, no tiene empatía. Unos retratan el mal, ven la oscuridad que hay en el universo y la hacen brillar mientras que los otros encarnan el mal, se regocijan en él.

– La definen como la nueva voz del thriller gallego, ¿se siente parte del colectivo de autores de novela negra encuadrados dentro de la llamada por algunos Galician Noir?

– Califico la novela negra como legítima defensa en los tiempos que vivimos. ¿Qué tiene Galicia para que sea justamente este territorio donde se da ese fenómeno? La ambientación, la forma de sentir, la forma de recrearnos en el paisaje y también cierta melancolía trágica que se va puliendo y diluyendo en nuestras rutinas pero que se percibe en los textos. El clima ayuda mucho, es una cuestión de percepción que hace que los autores gallegos tengamos un punto de vista interesante dentro de la novela negra.

"La maternidad me hizo valiente para emprender el sueño de escribir una novela y responsable para abordarla como un proyecto empresarial"

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– Dice que optar por este género es una decisión marcada por la situación actual, ¿no está escribiendo lo que le gustaría?

– Todo lo que escribo me gusta, lo que pasa es que me gustan muchas cosas. Soy omnívora como lectora y evidentemente tengo que serlo como escritora. Es cierto que tengo un estilo a la hora de narrar que se me nota que he estado mucho tiempo escribiendo poesía para mí misma. También es cierto que estudié un máster en empresa y empecé a escribir siendo madre, la maternidad, por una parte, me hizo valiente para querer emprender sueños, porque es lo que yo le quiero transmitir a mis hijos, pero, por otra parte, la responsabilidad de tener dos hijos que dependen de ti, me hizo emprender mis novelas como un proyecto empresarial. Puede parecer pragmático, pero yo lo disfruto muchísimo.

– ¿Qué tiene el mal para que nos atraiga tanto y sea un fenómeno superventas?

– Ya decía Freud que llevamos dentro la pulsión de muerte. Se tiende a querer conocer qué llevamos dentro, el porqué. Justamente la literatura esta para iluminar ese universo tan oscuro que cuando ya se avista el cielo hay más oscuridad que estrellas, por eso es tan importante no apartar la mirada de ellas. El porqué de nuestra atracción por el mal lo llevan estudiando desde siempre filósofos, poetas y ahora neurocientíficos. Querer conocer el Mal con mayúsculas responde a nuestro deseo de autoconocimiento y forma parte de la realización personal, y eso lo tenían presente los malditos. Por eso tabajarlo con cada una de mis novelas es un placer.

– Opta una vez más por presentar una protagonista femenina frágil y fuerte a la vez.

– Quiero presentar personajes lo más verosímiles posibles. Etiquetar a alguien como fuerte o débil no es verosímil, todo el mundo tiene momentos de fragilidad y de fortaleza, y eso le pasa a nuestra protagonista – una profesora de literatura de La Sorbona que llega a Galicia a estudiar el hallazgo de unos cuadernos inéditos de nuestro escritor maldito­–, que parte de una situación vulnerable debido a su divorcio y se va fortaleciendo a lo largo de la historia.

La autora santiaguesa Ángela Banzas. MARTA G. BREA

– Aborda otros temas, además de la dualidad, cómo el proceso posterior a una ruptura sentimental, con el mensaje de que la vida no se acaba tras un fracaso amoroso.

– De eso va la novela, de la madurez emocional. Aparte de contar historias que enganchen, hay que sembrar una semilita, y en esto me remito una vez más a mi maternidad: creo que a través de la literatura tenemos una responsabilidad con los que vienen detrás. Vivimos en unos tiempos en que parece que todo el mundos se posiciona al momento, y eso lo hemos visto en parejas mediáticas que han roto; me apetece aportar un poco de serenidad sobre esto, hay un momento en que la protagonista de la novela lo pasa mal, pero hay que madurar en todos los aspectos.

– La maternidad, a la que ha aludido varias veces en este entrevista, también está presente en su novela, ¿qué otros ingredientes tiene la historia?

– La protagonista tiene una hija adolescente, dicen que niños grandes, problemas grandes. Me apetecía empezar a entrar en esos problemas, aunque mis hijos son pequeños. También meto chascarrillos, puntos simpáticos, escenas costumbristas con las que se encuentra la protagonista al llegar de París a Galicia. Hay amor, hay pasiones humanas, como dice Rilke, tanto el gozo como el dolor alimentan la expresión artística. De ahí, el título, la rosa representa las pasiones, el afecto, lo romántico, y su sombra, a los ángeles caídos de la literatura, a esa parte atormentada y oscura.

– Uno de los personajes es redactor de FARO DE VIGO y trata también sobre el amarillismo en la prensa, ¿nos está acusando?

– No directamente a Faro de Vigo, uno de los periódicos más presentes en mi día a día. El relato está ubicado en 2002, la realidad ahora es otra, pero entonces había programas televisión y noticias de prensa, que rescatan de hemerotecas en las series actuales de true crime, que ves cómo analizaban los temas y las imágenes que daban y era excesivo. Reflexiono sobre cómo te endureces cuando los medios te bombardean con imágenes: la primera te impacta de manera muy violenta, pero luego a base de ver más y más te vuelves indiferente, y eso es justo lo que no debería pasar, buscamos generar una reacción para así avanzar.

– Y eso que situó el relato en 2002 cuando no había redes sociales.

– Para contar eso todavía no estoy preparada, espero que se regule para cuando mis hijos sean adolescentes porque pone los pelos de punta.

– Lleva tres novelas en tres años, ¿cómo hace para mantener ese ritmo?

– Intento organizarme, no soy de las que espera a que le vengan las musas, tengo un horario y desde que soy madre soy mucho más ejecutiva, he aprendido que cada minuto cuenta. Aunque parece que solo llevo tres años escribiendo, ya tenía muchas historias en mi cabeza y me está dando mucha energía ver cómo están siendo recibidas por los lectores.

– ¿Ve alguna de sus novelas convertida en serie o película?

– Sí, trabajo mucho con imágenes en la cabeza, tengo eso que los editores llaman golpes de efecto, que tendrían un buen trasvase a la pantalla. Me encantaría. Están ahí hablando con la editorial, pero yo no sé nada. Ojalá.

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