Masonería en Galicia: desvelando el misterio

Integrantes de dos de las cinco logias existentes en la comunidad autónoma nos explican detalles sobre esta organización perseguida históricamente por la Iglesia, Franco y el comunismo soviético

“Nos ha prohibido Franco, la Iglesia Católica y la Tercera Internacional Comunista”. David Alonso, maestro venerable de la logia Obradoiro 80 de Vigo, achaca esta persecución histórica a la masonería al hecho de que esta organización de carácter internacional no abrace ningún dogma. “La masonería ha sido clave en los grandes proyectos de la humanidad: los derechos humanos, la fundación de Estados Unidos, la independencia de las colonias en América Latina, la propia Sociedad de la Naciones o la Cruz Roja han tenido su origen en ella”, expone el exparlamentario europeo y diputado del PSOE durante el gobierno de Felipe González José Vázquez Fouz, uno de los masones en activo más veteranos de Galicia, actual integrante de la logia Atlántica 84 de Vigo. “Nuestra misión es la mejora del individuo y a través de ella, de la de la sociedad, bajo las bases del progreso, la libertad, la democracia y la igualdad”, explica Vázquez Fouz, añadiendo varias premisas a las tres por las que fue fundada la masonería en el siglo XVIII: libertad, igualdad y fraternidad.

Tres siglos después de su origen, este movimiento sigue vivo en todo el mundo. En Galicia hay actualmente cinco logias en activo, dos en la ciudad de A Coruña, Renacimiento 54, y Ara Solis 1; y tres en Vigo, Obradoiro 80, Atlántica 84 y Khalid 4, además de un triángulo en la ciudad de Lugo. Las logias, grupos independientes y soberanos, han de tener como mínimo siete integrantes para funcionar y 70 como máximo para ser operativas. Cuando no se reúne esa cantidad de miembros deben abatir columnas (cerrar) y los componentes se unen a otras logias o forman grupos más pequeños como los triángulos.

Aunque se habla de una única masonería, en la práctica existen varias pertenecientes a diversas obediencias (asociaciones y federaciones territoriales, normalmente estatales). Las más seguidas en España son la “regular”, representada por la Gran Logia de España, con unos 2.500 miembros en activo y que solo acepta grupos masculinos (a la que pertenecen las gallegas Renacimiento 54 y Atlántica 84); la mixta, que contempla la existencia de logias mixtas, representada por la Gran Logia Simbólica de España, con unos mil miembros, a la que pertenece Obradoiro; y la Gran Logia Femenina de España, con unas doscientas integrantes y sin presencia en Galicia. Otras organizaciones existentes en territorio gallego son el Gran Oriente Ibérico, con central para todo el mundo en A Coruña y a la que pertenece Ara Solis. La logia viguesa Khalid 4 observa una obediencia basada en otro rito (el de Memphis Mizrain). El resto contemplan el escocés, el francés o el emulado, más laicos que el inglés, deísta y con plegarias.

Pilar Abuín en el templo de la logia Obradoiro 80. // Ricardo Grobas

Pilar Abuín en el templo de la logia Obradoiro 80. / Ricardo Grobas

Dejando aparte las diferencias, la masonería tiene como finalidad el crecimiento personal de los individuos que la conforman. “Se puede decir que el proyecto de la logia es formar buenas personas y así, cambiando individuos, contribuir al progreso de la sociedad, que es lo contrario a hacer proselitismo o ser un grupo de presión social o político como mucha gente cree erróneamente”, comenta Pilar Abuín, maestra y primera vigilante de Obradoiro.

"El proyecto de la logia es formar buenas personas y así contribuir al progreso de la sociedad"

Pilar Abuín

— Maestra logia Obradoiro

Acceder a una logia es más complicado que salir, tal y como coinciden en señalar los masones gallegos consultados en este reportaje. Los candidatos deben solicitar el ingreso, que en el caso de la logia Obradoiro está disponible a través de un formulario en su web. Los requisitos que se piden para entrar son ser una persona libre y de buenas costumbres. “Ha de ser libre intelectualmente, capaz de tener sus propias ideas y pensamiento crítico, y económicamente, porque ha de pagar una cuota (35 euros al mes) para el alquiler del local y se pide que antes de ocuparte de ti te ocupes de tu familia”, explica Pilar Abuín.

“Nosotros también hacemos un pase bajo venda, en el que el candidato viene aquí con los ojos tapados y se somete a preguntas de la logia reunida”

Para ser admitido en la logia, el candidato ha de superar tres entrevistas hechas por tres maestros diferentes. “Nosotros también hacemos un pase bajo venda, en el que el candidato viene aquí con los ojos tapados y se somete a preguntas de la logia reunida”, dice Abuín. Si resulta aceptado, vivirá su ritual de iniciación, “algo inolvidable en la vida de cualquier masón”, según dice Vázquez Fouz. Aunque los masones prefieren no dar más detalles sobre esa ceremonia para preservar la sorpresa, el exparlamentario europeo dice: “En el mío me tuvieron tres horas meditando en el cuarto de reflexión porque se habían olvidado de mí y estuvieron debatiendo otros temas; sólo diré que en esa cámara estrecha había una calavera y la luz de una vela”.

Las motivaciones para entrar en una logia son variadas y se relacionan con el crecimiento personal o inquietudes intelectuales. “Una compañera dijo que estaba harta de reafirmar sus ideas con su marido, que necesitaba debatir con gente que le mostrase la otra cara de la moneda; y eso es lo que encuentras aquí: personas con diferentes opiniones a las que estás obligado a escuchar con respeto”, comenta David Alonso. “Hay un momento en la vida en qué necesitas pararte y hacerte preguntas, en el que quieres ser mejor persona, y esa es una de las razones por las que la masonería no va a pasar nunca de moda”, secunda Pilar Abuín.

Claudia Virgós, maestra de la logia Obradoiro de Vigo.// Ricardo Grobas

Claudia Virgós, maestra de la logia Obradoiro de Vigo. / Ricardo Grobas

“Mi abuelo era masón en Cuba y mi abuela, que era matemática, nunca entendió por qué ella no podía serlo. Cuando viví en Estados Unidos, había logias femeninas pero no me valían, así que no me inicié hasta que vine a España y vi que en Vigo sí había una mixta. Estamos aquí para debatir y no puedes prescindir de una mitad de la sociedad”, tercia Claudia Virgós, maestra y venerable electa de Obradoiro, que tomará las riendas de esa logia el próximo mes de septiembre. “Afortunadamente, la masonería moderna también contempla que haya logias femeninas y mixtas y cada uno puede escoger la que quiera”, dice Vázquez Fouz, que pertenece a una logia masculina.

La masonería moderna es heredera de la fundada en el siglo XVIII por maestros constructores de catedrales y por ello posee una rica simbología asociada al oficio de los canteros. El Gran Arquitecto del Universo, representado gráficamente por un ojo introducido en un triángulo, preside los templos, como el que la logia Obradoiro tiene en un local de la viguesa Avenida de Madrid. Se trata de un elemento ecuménico elegido en su origen para unir a distintas ramas creyentes dentro del cristianismo y que hoy en día ha cambiado de significado. “Es el principio creador: para un creyente, su dios, para un ateo, el origen de la vida”, explica Abuín.

La Biblia es el libro sobre el que tradicionalmente los masones realizan su juramento, aunque hoy en día también existe la posibilidad de hacerlo sobre otros textos como el Corán, el libro del profeta Zaratustra o la Declaración de los Derechos Humanos, entre otros.

Interior de un templo masónico en Vigo

Interior de un templo masónico en Vigo / Ricardo Grobas

La estancia que hace las veces de templo masónico de la logia Obradoiro está repleta de elementos simbólicos. Un damero dibujado en el suelo con cuadrados negros y blancos nos remite a los opuestos, al bien y al mal, del mismo modo que en las iglesias denota que nos encontramos sobre un espacio sagrado. Sobre él se disponen tres columnas griegas con velas sobre ellas que se corresponden con las tres principales autoridades del lugar y las virtudes que se les supone a cada una de ellas: el maestro y la sabiduría, el primer vigilante y la fuerza y el segundo vigilante y la belleza. Esos tres pilares son de los tres principales estilos arquitectónicos griegos y también aluden a los tres rangos de los masones, que son de menor a mayor complejidad: dórico, en alusión al aprendiz; jónico, referido al compañero; y corintio, reservado para el maestro.

De las veinte sillas dispuestas en la estancia, hay una que la preside, la del venerable, la máxima autoridad, que es elegido cada curso o solsticio de verano. Delante de su silla, una mesa con un menorá, candelabro de siete brazos, y un mallete (mazo) para dirigir los turnos de palabra, y tras ella, en la pared, tres lonas: una con la representación del Gran Arquitecto y las tras dos con la luna y el sol. En el resto de las sillas, algunos miembros han dejado sus bandas con las “joyas” que aluden a su función en la logia: las llaves del tesorero, la plomada del primer vigilante, la escuadra del venerable... Se reparten por la sala otras herramientas de cantero, entre las que se encuentra una piedra bruta y el martillo, que simboliza al aprendiz, y una piedra labrada acompañada de un cincel.

La interpretación de los símbolos no es un dogma y se deja abierta a que cada hermano le dé su significado, aunque el aprendiz no deja se serlo hasta que haya trabajado sobre todos ellos. Será el segundo vigilante, su tutor formativo, el que diga cuándo está listo para ascender a compañero, del mismo modo que el primer vigilante decide cuándo un compañero puede ser elevado a maestro.

José Vázquez Fouz, uno de los veteranos de la masonería en Galicia. // Iñaki Abella

José Vázquez Fouz, uno de los veteranos de la masonería en Galicia. / Iñaki Abella

Las reuniones de los masones se llaman tenidas y se celebran periódicamente, normalmente cada tres semanas o una vez al mes. Hay un orden del día y un tema a tratar a propuesta del orador. Puede ser cualquier asunto de corte social, humanístico, filosófico o metafísico. Solo hay dos temas prohibidos, de los que no se puede hablar ni debatir: la política –“con muy buen criterio y lo digo yo que he sido político durante 50 años”, dice Vázquez Fouz– y la religión. También hay otro tipo de conversación en estos encuentros, la referida a los símbolos masónicos, “que tienen tantos significados como personas los interpretan”, indica David Alonso, quien además de venerable de la logia Obradoiro, es autor del libro “Historia sobre la masonería en Galicia tras la dictadura”.

Pese a que los principios sobre los que se asentó la masonería –libertad, igualdad y fraternidad– ya han sido conquistados socialmente en Occidente tras la revolución francesa, sus adeptos argumentan que el movimiento no ha perdido ni un ápice de vigencia y que su reto es saber adaptarse a las demandas de la sociedad actual, según dice Vázquez Fouz: “Nuestra obligación es estar en conexión con la sociedad en la que vivimos, no continuar en la utopía de un mundo que ya fue, los tiempos pasados no siempre fueron mejores, eso puede valer para la poesía de Jorge Manrique”.

La logia Atlántica, a la que actualmente pertenece Vázquez Fouz, cuenta con 16 integrantes varones, más “los profanos que están llamando a la puerta para ser iniciados en los misterios de la orden”, añade Vázquez Fouz. La preside un médico italiano y cuenta entre sus miembros con profesionales liberales, funcionarios, trabajadores autónomos, empleados por cuenta ajena y jubilados, “un reflejo de la sociedad”, subraya Vázquez Fouz. Por su parte, la logia Obradoiro, con 16 componentes, es más heterogénea en su perfil, ya que la forman hombres y mujeres entre los 24 y 75 años, con una media de edad de 40, y ocupaciones diversas, entre estudiantes, maestros, psicólogos, médicos y jubilados.

El halo de secretismo y misterio que envuelve a la masonería en España se debe, según sus miembros, a la leyenda extendida durante la dictadura franquista que los tachaba de amenaza conspiranoica y ofrecía una imagen de ella oscura, la que se puede ver en el Archivo de Salamanca. “Hemos sido borrados durante cuarenta años de la historia de España. Los masones fueron perseguidos, ejecutados, represaliados o exiliados y sus bienes apropiados, comenta Pilar Abuín. “En gente mayor de 50 años aún persiste esa leyenda oscura, y las personas más jóvenes desconocen qué es la masonería”, añade.

"En Estados Unidos ser masón es un orgullo y se pone en el currículum. En España hay personas que tienen metido en la cabeza el cuento de que es una secta”

Claudia Virgós

— Maestra logia obradoiro

Eso es algo que sorprende a Claudia Virgós, quien asegura que en Estados Unidos, donde ella vivió, “ser masón es un orgullo y hasta se pone en el currículum como algo positivo; en cambio en España hay compañeros que no quieren salir del armario para no entrar en conflicto con personas mayores que tienen en su cabeza metido ese cuento de que es una secta”.

El esoterismo que rodea a la masonería es real en lo que se refiere a la definición de esa palabra en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que recoge la acepción de esotérico como “algo oculto o impenetrable para los no iniciados”, aunque en los últimos tiempos las logias están haciendo un trabajo divulgativo para darse a conocer y esperan poder ofrecer una imagen más ajustada a la realidad en el futuro espacio que se les dedique en el museo de la memoria histórica de Salamanca. “Queremos que cuenten con nosotros a la hora de preparar ese espacio”, dice Pilar Abuín, quien tiene un cargo en la Gran Logia Simbólica Española.

“La masonería tiene en sus concepciones dos perfiles: uno iniciático y otro esotérico. Eso en sí mismo no es malo, en algunos casos se trata de cultivar y seguir en las llamadas ciencias olvidadas, que en su momento existieron pero el tiempo las fue desplazando hacia otras”, argumenta Vázquez Fouz.

Masones gallegos ilustres han sido Curros Enríquez, García Barbón y Casares Quiroga, entre otros muchos que dan nombre a calles de ciudades gallegas.

Los símbolos más representativos

  • El damero y las columnas griegas

    El damero dibujado en el suelo del templo simboliza el bien y el mal. Sobre él se disponen tres columnas griegas de estilo dórico, jónico y corintio que aluden a la construcción del edificio personal que se acomete en la logia.

  • Cuadro de Logia

    El cuadro de logia del primer grado es un compendio de los símbolos básicos que se trabajan en el grado de aprendiz y aluden a la construcción del Templo de Salomón como metáfora de construcción de la humanidad. Se despliega en el suelo cuando se celebra una tenida (reunión) y replica los símbolos presentes en el templo.

  • Rocas y cinceles

    La piedra bruta y el martillo simbolizan el inicio del trabajo del recién iniciado, que comienza así su labor para ser mejor persona. También hay cinceles y piedras ya talladas en alusión al trabajo de perfeccionamiento personal que se realiza en la logia.

  • Plancha de trazo

    La plancha de trazo es una herramienta de los maestros. Evoca a la figura del arquitecto, quien realiza los planos de la construcción de un edificio, mientras los aprendices trabajan la piedra manualmente.

  • Mandil

    Los miembros de la logia se ponen un mandil en las tenidas. El de los aprendices es blanco, con la parte superior levantada; el de los compañeros, blanco sin plegar; y el de los maestros tiene un borde rojo. Es el atuendo del que trabaja la piedra para no dañarse mientras lo hace.

  • Los collares del maestro

    Las bandas llamadas collares del maestro distinguen la función que desempeña su portador en la logia. Cada “joya” colgante hace alusión a los cargos de venerable, primer vigilante (el de la foto), segundo vigilante, secretario, tesorero, orador, experto y maestro de ceremonias.

  • Juramento “sagrado”

    Los masones realizan un juramento sobre la Biblia, el Corán, la Declaración de Derechos Humanos o el texto que permita cada obediencia (asociación de masones) y que puede escoger la persona dentro de la logia. En la imagen, sobre la Biblia, una escuadra y un compás.

  • El Gran Arquitecto universal

    La imagen del Gran Arquitecto Universal preside el templo y alude al principio creador, que puede ser una deidad para los creyentes o el origen de la vida para un ateo. Es un ojo dentro de un triángulo y en este caso le acompañan las tres máximas de la masonería.

  • El compás y la escuadra

    El compás, herramientas de los maestros masones, simboliza el espíritu, la mesura y la flexibilidad. La escuadra representa lo material, la rectitud, la conciliación de opuestos y la ciencia. Ambos elementos son necesarios en la construcción de un ser humano.

Suscríbete para seguir leyendo