Entrevista | David Barros García Biólogo molecular

“Hay nuevas especies de peces por descubrir frente a galicia”

El biólogo molecular ourensano David Barros García investiga los curiosos moradores de las aguas abisales en el CIIMAR de Oporto

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Las misteriosas criaturas que habitan el océano profundo pueden ayudar a los científicos a colocar piezas todavía desconocidas en el árbol evolutivo y anticipar respuestas ante el cambio climático. El biólogo molecular David Barros García (Ourense, 1985) analiza los peces de aguas abisales y su adaptación desde una perspectiva genética en el CIIMAR (Centro Interdisciplinario de Investigación Marina y Medioambiental) de Oporto, donde lidera su propia línea de investigación dentro del grupo de Evolución y Ecología Acuática. “No hace falta irse al medio del Pacífico, frente a las costas de Galicia, Portugal o Irlanda hay nuevas especies por descubrir. Queda mucho trabajo por hacer”, asegura.

David llegó al centro portugués tras doctorarse en la UVigo con una tesis sobre peces de aguas profundas en el Atlántico norte y en el Mediterráneo que recibió el premio extraordinario. Su trabajo combinó el DNA barcoding y el análisis taxonómico con la genética de poblaciones y los estudios de evolución. Y durante unos meses hizo una estancia en el CIIMAR que tuvo mucho que ver en su posterior fichaje por el centro portugués. “En cuanto sales de las especies comerciales o que habitan en aguas costeras te encuentras un agujero negro. Hay grupos que llevan cien años sin revisar y especies crípticas que se parecen mucho morfológicamente y se consideran la misma hasta que analizas el ADN”, apunta.

 Tras incorporarse al grupo liderado por Elsa Branco Froufe, consiguió un contrato CEEC (Concurso Estímulo al Empleo Científico) como investigador junior que está financiado por la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FCT) de Portugal y tiene una duración de seis años. Su actual línea de trabajo supone ir “un paso más allá” respecto al doctorado y se centra en investigar la relación entre el hábitat y el ADN, es decir, cómo las distintas especies y organismos ganan o pierden genes y cómo éstos adquieren funciones diferentes a lo largo del tiempo.

"Mi primera campaña fue una gran experiencia y con compañeros increíbles. Es muy intenso y hay mucho trabajo pero merece la pena"

“Las aguas profundas son muy interesantes porque constituyen un ambiente muy extremo. Es muy frío, no hay luz, la comida es muy escasa y la presión muy grande. Quiero estudiar cómo el hábitat define el ADN y establecer relaciones. Además, estos trabajos también son muy interesantes de cara al futuro. Respecto al cambio climático, por ejemplo, nos pueden dar una idea de si los peces y otros organismos tendrán capacidad de adaptarse o no”, destaca.

"Estos trabajos nos dan una idea de si los peces pueden adaptarse al cambio climático en el futuro o no"

“Debido al calentamiento del mar, los peces se van desplazando hacia aguas más profundas y frías. Pero no todas las especies podrán soportar de la misma manera la falta de luz y el aumento de la presión. Unas bajarán menos y otras no podrán hacerlo en absoluto y desaparecerán de ese lugar porque ya no tendrán unas condiciones óptimas de vida. En Galicia, que es una zona de transición, las especies de aguas frías son cada vez más raras”, explica.

David ha empezado este año el proyecto PerSeave, sustentado por la FCT y cuyo objetivo es determinar los efectos de la actividad humana en la visión y el olfato de los peces abisales. Analizará el impacto que generan desde el cambio climático a la minería en el fondo del mar y utilizará como organismo modelo el Notacanthus bonaparte o anguila espinosa.

“Básicamente son fósiles vivientes que llevan millones de años viviendo en aguas profundas y de los que apenas se sabe nada. De hecho, en nuestro grupo descubrimos una nueva especie el año pasado y ahora estamos describiendo otras dos. Y en este proyecto voy a estudiar cómo les puede afectar la llegada hasta sus ecosistemas de la actividad humana. Es algo sobre lo que no hay nada absolutamente hecho”, subraya David, que el próximo año reforzará su línea de estudio dentro del grupo con alumnos de doctorado propios.

Parte de sus estudios están relacionados con los genes Hox, que son claves en el desarrollo embrionario de todos los animales, incluido el ser humano, y determinan, entre otras cosas, la morfología. “Durante millones de años, cada grupo de peces ha ido conservando unos genes y perdiendo otros y los Hox se pueden relacionar con las diferentes formas de cada uno. Los notacanthiformes son el grupo más primitivo de los peces teleósteos [que suponen el 96% de todo el conjunto] y hay un vacío en esa parte del árbol de la evolución que yo estoy tratando de llenar para que la fotografía sea más completa y así poder ver patrones a gran escala entre miles de especies”, detalla.

Notacanthus bonaparte (Notacanthidae)

Notacanthus bonaparte (Notacanthidae)

David sigue colaborando activamente con su director de tesis, el profesor de la UVigo Alejandro de Carlos Villamarín, y con el experto en taxonomía Rafael Bañón. En su doctorado analizó muestras cedidas por el IEO y el CSIC, pero el año pasado tuvo la oportunidad de participar a bordo del Vizconde de Eza en la campaña anual que el Instituto Español de Oceanografía lleva a cabo en el banco de Porcupine, en aguas irlandesas, para evaluar los recursos pesqueros.

“Iba muy asustado y llevaba como ocho cajas de pastillas para el mareo. Mi mayor experiencia marinera hasta entonces había sido navegar hasta Cíes e iba a pasar 40 días en un barco”, relata entre risas. Por suerte, la ayuda farmacológica no fue necesaria y disfrutó de “una gran experiencia y con compañeros increíbles” que confía en volver a repetir.

“Es muy intenso y hay mucho trabajo, pero merece la pena. Tuve la suerte de que en la parte final de la campaña pudimos hacer una pesca a más profundidad y fue una fiesta para mí porque empezaron a aparecer cosas muy raras que podrían ser nuevas especies. Hice fotos y conservo muestras de tejido para hacer análisis de ADN y ARN y de morfología, además de ejemplares completos. Tengo varios conservados en frascos para las actividades de divulgación que suelo hacer con niños y les llaman mucho la atención”, comenta.

Aunque en su grupo es el único, la presencia de gallegos y de españoles en general en el CIIMAR de Oporto es muy elevada: “Es un centro muy internacional y muy dinámico. El ambiente es muy bueno y la gente siempre está dispuesta a colaborar. Y además para un gallego Portugal es otro país y no lo es”. 

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