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La tristeza y el sexo

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@A2C_ILUSTRACIONS / emma placer

Emma Placer

Emma Placer

Seguimos explorando la maravillosa relación entre las emociones y la sexualidad. Hoy toca una de las que nos cuesta asociar con una vida sexual sana y positiva: la tristeza. Para abordar con un poco de contexto este tema, necesitamos saber un poco más sobre la tristeza. Está claro que todas y todos hemos sentido tristeza, pero ¿cúal es la función de esta emoción?: principalmente sirve para meditar, reflexionar, incluso parar!, algo muy necesario en esta sociedad tan turbulenta y en la que prima la rapidez, la productividad y la eficiencia. Podríamos decir que la tristeza tiene una doble función: reintegrarnos con nuestra vida, y llamar la atención. Me explico: un bebé puede hacer que le cambiemos el pañal o que le demos comida con sus gestos de tristeza, llantos y protestas; cuando muestran bienestar no les atendemos de forma tan intensa. En las personas adultas, mostrar esta emoción es una forma también de pedir ayuda, muy cooperativa y natural; somos seres sociales y eso es maravilloso.

¿Y dónde encaja el sexo en la tristeza?

Los estados de ánimo y la sexualidad se han estudiado científicamente desde el Instituto Kinsey. Según la documentación encontrada sobre el tema, se concluye que la tristeza o el estado de ánimo negativo influye en la actividad sexual en pareja, pero se encuentran diferencias notables entre orientación sexual, y entre hombres y mujeres.

La publicación de “The Journal of sex Research” (la revista de sexología científica por excelencia) nos explica que las últimas investigaciones concluyen que las mujeres (de todas las orientaciones) y hombres homosexuales tienen menos posibilidades de experimentar deseo y excitación sexual cuando sienten emociones de tristeza o depresión, con respecto a hombres heterosexuales, que no les afecta tanto a la hora de tener sexo este malestar.

-Yo no puedo follar cuando estoy triste.

-Pues yo me olvido de la tristeza cuando tengo sexo.

Esta es una conversación muy típica en la consulta, las mujeres manifiestan que con sensaciones de tristeza y enfado se bloquean y no existe el espacio para estar excitadas; sin embargo, algunos de ellos usan las relaciones sexuales o la masturbación para “tapar”/olvidarse de la tristeza.

Todos los estudios se ponen de acuerdo en que, en general, los estados de ánimo positivos están relacionados con mayor cantidad, calidad y experiencia subjetiva y objetiva satisfactoria de la vida sexual. Estas investigaciones no sólo se hacen preguntando a las personas que participan sino que también se usan estudios fisiológicos, o sea maquinitas que miden la excitación; sí, eso existe, y un día os hablaré de ellas, que tienen nombres raros pero un funcionamiento muy chulo.

Otra de las evidencias encontradas entre tristeza y sexo es que cuando estamos mal asumimos más riesgos sexuales; es decir, es posible que tengamos conductas peligrosas como no usar preservativo, o prácticas poco convenientes para nuestra salud... Por otro lado, la masturbación no se ve afectada en el mismo grado que las relaciones compartidas; es decir, si estamos tristes disminuye la masturbación pero no en la misma proporción que las relaciones en pareja.

La explicación a estas conclusiones va más allá de la lógica aparente; tenemos que tener en cuenta que nuestras queridas hormonas son responsables de parte de la excitación sexual, y así, a grandes rasgos, cuando estás triste descienden los niveles de dopamina y serotonina, y aumentan cuando estás alegre; y precisamente cuando sientes excitación es la dopamina y la serotonina las que aumentan junto con la oxitocina y la noradrenalina para que puedas llegar al orgasmo y sentir esa sensación de bienestar. Es como una espiral que, si sabemos controlar, nos puede mantener al menos en equilibrio; ya no digo felices, que eso es mucho más subjetivo.

Es muy importante tener en cuenta el estado de tristeza; no se puede banalizar por ejemplo, una depresión mayor, eso son palabras mayores, y hay que tratarlo con mucho más detenimiento. La tristeza es una emoción amiga que no hay que penalizar; si un día no te apetece sexo por estar triste, no te culpes; si ese día se convierte en un mes, pide ayuda, eso no te hace más débil, todo lo contrario. En estas líneas hablamos en general, pero es muy importante valorar las diferencias individuales de cada persona; en eso trabajamos cada día, somos diferentes. Qué maravilla, ¿verdad?.

Placeres, nos seguimos leyendo en próximas entregas, y para cualquier duda o consulta estamos en www.saludplacer.com.

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