El artista que quiso pintar de rojo el puente de Rande

Daniel Buren, uno de los artistas conceptuales franceses más cotizados, planteó intervenir en la construcción con motivo de la Volvo Ocean Race de 2005. El proyecto nunca llegó a realizarse por falta de apoyo de la Xunta. Un año después se llevó a cabo una actuación similar en el viaducto de La Salve sobre el Guggenheim de Bilbao

El puente de Rande, uno de los símbolos de la ingeniería moderna en Galicia, pudo haberse convertido además en referente artístico. El cotizado artista conceptual francés Daniel planeó revestirlo con sus famosas bandas de colores en su “Project para la Galice” que presentó en 2005 con motivo de la salida de la famosa regata transoceánica Volvo Ocean Race desde la ría de Vigo.

La intervención nunca llegó a realizarse por falta de apoyo de la Xunta. La exposición “Detrás do espello”, inaugurada esta semana en el museo Gaiás de la Cidade da Cultura de Compostela y dedicada a la huella que dejó Galicia en medio centenar de grandes figuras de la cultura universal, exhibe los bosquejos que Buren ideó para Rande, junto a una explicación de su proyecto.

El origen de la historia se sitúa en diciembre de 2004, cuando el artista francés recorrido durante cinco días Galicia en busca del espacio púbico que transformaría con su obra. En ese periplo le acompañaban los catedráticos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Vigo Xosé Antón Castro FernándezYolanda Herránz Pascual y Jesús Bravo, quienes relatan la experiencia en su trabajo “Daniel Buren, el campo amplio de la pintura, el lugar donde se diluyen los géneros. Proyecto de intervención en el Puente de Rande (Vigo)”, publicado en 2018 en la revista “Arte, individuo y sociedad” de la Universidad Complutense.

Tras recorrer y escudriñar los puertos de A Coruña, Sanxenxo y Baiona navegando en días grises, la comitiva de artistas recaló en la ría viguesa y Buren quedó fascinado por el carácter monumental y el enclave del puente de Rande, del que sus cicerones le explicaron la relevancia histórica y la leyenda del tesoro hundido bajo sus aguas que atrajo incluso a Julio Verne, quien hizo viajar al lugar al literario capitán Nemo a bordo del Nautilius en “Veinte mil leguas de viaje submarino”. 

Cinco meses después de esa visita, Buren envió a los catedráticos de arte en Galicia su proyecto de intervención sobre el puente de Rande junto con una carta en la que explicaba: “Reflexioné y trabajé mucho en el puente, y después de docenas de bocetos y varias posibilidades, decidí enviarles los dibujos adjuntos, que son una expresión de las ideas más sencillas e interesantes a las que llegué”.

El artista que quiso pintar de rojo el puente  de Rande

Boceto del “Project para la Galice” que Daniel Buren propuso para transformar visualmente el puente de Rande revistiéndolo con sus famosas rayas en color rojo, blanco y negro / Museo Gaiás

La propuesta plasmaba las constantes de su trabajo: las bandas de color y la afirmación de la obra como “transformación de un lugar”. La idea era pintar las partes de las estructuras verticales visibles para los conductores en blanco y negro, con bandas de una anchura de 8,7 o 9 centímetros. Para el resto del puente proponía rayas en blanco y rojo: el interior y exterior de los pilares y las plataformas irían en único tono rojo y los tubos que protegen los cables en blanco y rojo.

El artista que quiso pintar de rojo el puente  de Rande

Boceto del “Project para la Galice” que Daniel Buren propuso para transformar visualmente el puente de Rande / Ana Rodríguez

La elección del color la hace desde una posición puramente visual e intuitiva, teniendo en cuenta el revelador espacio de contrastes que quería evidenciar. “Resulta necesaria la elección de un color muy vivo y contrastado con el paisaje”, explicaba. Ofreció otras alternativas cromáticas, advirtiendo que la calidad final tendría que ser escogida con cuidado y no se veía reflejada en sus bocetos. Sus otras opciones eran “un hermoso naranja vivo” o “un azul eléctrico”. “La elección del color está abierta e incluso el blanco puede ser refulgente bajo el sol”, decía.

Pese a que Buren sostenía que la belleza y sencillez del puente le permitirían pintarlo sin grandes dificultades, el gobierno de la Xunta, patrocinador del proyecto, lo rechazó por su elevado costo y la compleja infraestructura humana para trabajar in situ, ya que implicaba operar desde el mar a cien metros de altura, además de cortar el tráfico del transitado puente.

Donde si cuajó un proyecto de similares características fue en el puente La Salve de Bilbao, el viaducto que pasa por encima del Gugghenheim, donde Daniel Buren ganaba el concurso de ideas para transformar la estructura un año después de su fallida propuesta gallega. La obra “Arcos rojos”, inaugurada oficialmente en 2007 en medio de un espectáculo pirotécnico con motivo del décimo aniversario del museo, consistió en la transformación del arco de acero del puente, “que no tiene la belleza que tienen otros” – según indicó el propio Daniel Buren–, cubriéndolo con una “piel” de fornica roja y acentuando así su forma de H como idea de puerta de entrada y salida a la ciudad de Bilbao. En esta intervención, el artista conceptual francés también escogió el rojo para jugar con el dorado y plateado del titanio que el museo tiene según le dé la luz.

El artista visual Daniel Buren, nacido en 1938

El artista visual Daniel Buren, nacido en 1938 / DIDIER PLOWY

Daniel Buren (Boulogne-Billancourt, 1938) es uno de los artistas visuales más demandados intencionalmente por instituciones y museos en todo el mundo. Ganador del León de Oro en la Bienale de Venecia en 1986 y del Premio Imperiale de Japón, el equivalente al cinematográfico Óscar en las artes visuales, es el autor de numerosas intervenciones monumentales en espacios públicos repartidos por todo el mundo.

Aunque concibe parte de su obra para mostrarse temporalmente y desaparecer tras su exhibición, tiene numerosas intervenciones que aún permanecen en calles, plazas, parques, puentes, puertos y edificios de numerosos países. Una de sus obras más polémicas es la instalación “Les deux plateaux” (Las dos bandejas) que realizó en 1985 para el Palais Royal de París, una serie de columnas modernistas de mármol blanco y negro instaladas en un espacio de tres mil metros cuadrados que permanece en la capital francesa como icono vanguardista de la mezcla entre estilo antiguo y moderno. Se las conoce coloquialmente como “Las columnas de Buren”.

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