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Más tiempo, sigue sin ser más

Más tiempo,  sigue sin ser más /@A2C_ILUSTRACIONS

Más tiempo, sigue sin ser más /@A2C_ILUSTRACIONS / emma placer

Emma Placer

Emma Placer

Retomamos la segunda parte sobre una disfunción sexual poco conocida como es la Eyaculación Retardada. En anteriores ediciones, os hablábamos sobre las respuestas del orgasmo masculino, los tipos de eyaculación retardada que existen y planteamos la pregunta de cuánto tiempo es demasiado. Una vez llegado al acuerdo de que mucho tiempo es aquel que genera frustración en la persona y su falta de control, hoy abordaremos el posible origen de esta disfunción y los tratamientos que la sexología ha estudiado.

Los motivos que llevan a que aparezca este problema pueden ser por algún problema orgánico-médico, como infecciones que provocan una obstrucción en las vías seminales impidiendo así el flujo eyaculatorio normal; en este caso, un tratamiento farmacológico adecuado debería hacer que remita el problema. Sin embargo, existen otras alteraciones que se alargan en el tiempo, como cuando se sufre algún tipo de enfermedad medular, diabética o el uso de fármacos y drogas, que pueden provocar una pérdida del movimiento de las vías seminales por sí mismas afectando así a la eyaculación; y por último, también se ven afectadas las personas con niveles altos de prolactina. En todos los casos anteriormente descritos, siempre, siempre, siempre pide ayuda a un profesional médico.

La estadística y la experiencia en consulta nos dice que, en muy pocas ocasiones, el origen de “no eyacular” o de hacerlo tarde es básicamente psicológico; los motivos psicológicos históricamente estudiados y principales son:

  • No desear tener descendencia
  • Problemas de pareja
  • Traumas
  • Problemas de deseo
  • Mal uso del “coitus interruptus”
  • Falsas creencias
  • Frustración

¿Cómo se trata?

En primer lugar, se analiza la “biografía sexual” de la persona, para partir de una referencia; y, aunque los motivos anteriormente descritos importan, lo más relevante es buscar la solución. Como en otras disfunciones, es muy útil realizar actividades orientadas a la fantasía y a la evolución erótica de la persona. Por ejemplo, imaginad a un hombre heterosexual que siempre usa los mismos recursos para excitarse, visión de la desnudez de su pareja, unas caricias rápidas en el pecho, cuatro besos y al coito, sin más. Esta persona nos cuenta que, como siempre le ha funcionado eso, para qué lo va a cambiar; en esta tesitura nos encontramos muchas veces en consulta sexual, muchas costumbres eróticas arraigadas, así que el primer paso sería que en ejercicios de masturbación use nuevas fantasías hasta conseguir la excitación y la eyaculación. Si consigue llegar simplemente con ese cambio, le recomendaremos algo tan sencillo como que cambie de mano para masturbarse, y así progresivamente incorporar nuevos cambios: lubricantes, masturbadores etc.

A partir de ahí se incorporan los ejercicios en pareja; este es un proceso complejo y variado pero uno de los ejercicios clave es masturbarse en la misma habitación donde está su pareja pero sin que esta participe en el proceso ni le observe directamente Es conveniente anotar todos los sentimientos que eso ha producido en ambos y los resultados, y poco a poco incorporar y hacer más partícipe a la pareja, por ejemplo masturbándose pero mirándose a los ojos, después participando con caricias etc. Hay que hacerlo con paciencia y registrando bien todo lo que pasa, sin miedo a fallar; esto no es más que un entrenamiento y el objetivo es a medio/largo plazo, así que no os preocupéis de la meta, lo importante es aprender y el camino recorrido, y con esta actitud se va avanzando hacia el contacto en la penetración. Se recomienda que las primeras veces en este tratamiento no se hagan cara a cara, es decir, buscaremos posturas adecuadas para que no sienta tanta presión o miradas que generen ansiedad por rendimiento.

Estas son unas pequeñas pinceladas de cómo se aborda este problema desde el estudio científico de la sexología, que nos aporta herramientas clínicas para tratarlo de la forma más conveniente. Me gustaría dar las gracias al equipo del Doctor Francisco Cabello por aportar tanto a este conocimiento.

Y a vosotras y vosotros, placeres, os espero próximamente con mucha salud y placer, en estas líneas, en nuestra web y redes sociales www.saludplacer.com 

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