La pesca china

Pesqueros chinos.

Pesqueros chinos. / FDV

Antonio Figueras

Antonio Figueras

Durante las últimas dos décadas, China ha construido la flota pesquera de aguas profundas más grande del mundo, casi 3.000 barcos.

El consumo de pescado continúa aumentando. Al mismo tiempo, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, las poblaciones de la mayoría de las especies capturadas continúan disminuyendo.

La UE es el principal importador de productos pesqueros, con un 34 por ciento de la cuota mundial. ¿Cuánto procede de la pesca de barcos propios y de otros países como China?

La Dirección General MARE de la Unión Europea tiene como objetivos: garantizar la utilización sostenible de los recursos de los océanos y un futuro próspero a las comunidades costeras y al sector de la pesca; promover las políticas marítimas y fomentar una economía azul sostenible; promover la gobernanza internacional de los océanos.

Recientemente la DG MARE vetó la pesca de fondo en 87 áreas del atlántico para salvaguardar el ecosistema de zonas vulnerables a unas profundidades de entre 400 y 800 metros a partir del 9 de octubre.

La medida afecta a 16.400 kilómetros cuadrados que se extienden desde el Golfo de Cádiz a toda la costa atlántica, cantábrica, el Golfo de Vizcaya y Gran Sol. Esta decisión impedirá la actividad de buena parte de la flota gallega de arrastre y de palangre, así como de artes menores. Se mantendrá esa misma actividad, sin embargo, para los buques holandeses en aguas de Reino Unido, Dinamarca o Alemania.

Los problemas de la pesca no son europeos; son globales

Habiendo agotado severamente las poblaciones en sus propias aguas costeras, China pesca ahora en cualquier océano del mundo, a una escala que eclipsa a las flotas enteras de países cerca de sus propias aguas.

El impacto se detecta desde el Océano Índico hasta el Pacífico Sur, desde las costas de África hasta las de América del Sur, una muestra en alta mar del poderío económico global de China.

La flota también se ha relacionado con la invasión de aguas territoriales de otros países, abusos laborales y la captura de especies en peligro de extinción. En 2017, Ecuador apresó un buque frigorífico, el Fu Yuan Yu Leng 999, que transportaba un cargamento ilícito de 6.620 tiburones, cuyas aletas son un manjar en China.

Sin embargo, gran parte de lo que hace China es legal o no está regulado. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), a la que tanto China como Ecuador se han adherido, regula que los Estados tienen el derecho exclusivo de los recursos en una zona de 200 millas náuticas (aproximadamente 370 km) frente a sus costas.

La flota de embarcaciones de aguas profundas de China, que en la actualidad incluye a más de 17. 000 embarcaciones, sobrepesca, captura deliberada y accidental de especies protegidas, usa redes de arrastre y marinas, y otras prácticas que aceleran el colapso de las poblaciones explotadas.

La organización Oceana afirma que 18 de las 22 embarcaciones frente a las costas chilenas, pescando ilegalmente en el área protegida de Nazca-Desventuradas desde 2018, son chinas.

No obstante, la pesca china va más allá de violar las ZEE nacionales.

La demanda china por la vejiga natatoria de la totoaba, que tiene un efecto farmacológico similar a la cocaína, casi ha provocado la extinción de la marsopa conocida como vaquita marina, en el mar de Cortés en México, que queda atrapada en las redes empleadas para pescar totoaba.

"Transferir la captura a otro barco no es ilegal, pero según los expertos, el uso de los buques nodriza facilita la subdeclaración de la captura y disfrazar sus orígenes"

China puede pescar a tal escala industrial gracias a buques como el Hai Feng 718, un carguero refrigerado construido en Japón en 1996. Está registrado en Panamá y es administrado por una empresa en Beijing llamada Zhongyu Global Seafood Corporation. Su propietario es una empresa estatal: la Corporación Nacional de Pesca de China.

Hai Feng 718 es un buque de transporte o nave nodriza. Dispone de bodegas refrigeradas para conservar grandes capturas. También transporta combustible y otros suministros para barcos más pequeños que pueden descargar sus lances y reabastecer a sus tripulaciones en el mar. Como resultado, los otros barcos no necesitan perder tiempo regresando a puerto, lo que les permite pescar casi continuamente.

Estas operaciones han permitido, por ejemplo, un gran incremento en las capturas de calamar. Entre 1990 y 2019, la cantidad de barcos pescando calamar en aguas profundas se disparó de seis a 528, mientras que la captura anual reportada aumentó de unas 5.000 toneladas a 278.000, según un informe de este año de Global Fishing Watch. En 2019, casi todos los barcos de calamar que operan en el Pacífico Sur eran de China.

Transferir la captura a otro barco no es ilegal, pero según los expertos, el uso de los buques nodriza facilita la subdeclaración de la captura y disfrazar sus orígenes. Japón, Corea del Sur y Taiwán tienen flotas de aguas profundas pero no a la escala de China.

El impacto sobre ciertas especies como el calamar frente a las costas de América del Sur es difícil de medir con exactitud. En algunas regiones, como el Pacífico Sur, los acuerdos internacionales exigen que los países informen sobre sus capturas, aunque se cree que la notificación insuficiente es común. En el Atlántico Sur, no existe tal acuerdo.

Hay ya signos preocupantes que podrían presagiar un colapso más amplio.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

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