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Nos hemos separado (2)

@A2C_ILUSTRACIONS

En pasadas ediciones, nos dedicamos a abrir este melón; algunas personas comentaron si escribía sobre este tema porque estaban cerca las fiestas navideñas, con sus luces y sombras correspondientes, pero os puedo prometer y os prometo que ha sido casualidad. No obstante, investigaremos un poco sobre la relación navidad-parejas, que siempre hay cositas interesantes, y os lo mostraremos próximamente.

Como os decía, el primer propósito de esta “saga” no era analizar la causas de las separaciones sino todos los eventos y situaciones que se dan una vez que ya nos hemos separado; y uno de los más importantes a mi entender es comunicárselo a las personas más cercanas: hoy vamos a centrarlo en la comunicación a las hijas e hijos.

Es muy habitual escuchar en consulta estas expresiones “nosotros estamos fatal, pero NUNCA hemos discutido delante de los niños”, “mi hija se va a sorprender, porque no tiene ni idea de que nos va mal” etc… Pues nada más lejos de la realidad, los niños y niñas (y adolescentes desde luego) son los primeros en enterarse; tened en cuenta que os conocen muy bien, y son observadores de las personas más importantes de sus vidas que sois vosotros. La cuestión es que su nivel de desarrollo, su mundo interior y sus interpretaciones no son iguales que las de los adultos y, por lo tanto, van a percibir pero no entenderlo de la misma manera que nosotros. Ocultar los conflictos genera más incertidumbre en ellos, por lo que en ese periodo en el que suceden las discusiones se puede aclarar con este tipo de frases: “estoy enfadada con papá/mamá, y un poco triste, porque no estoy de acuerdo con algunas cosas de mayores”. Creo que esto aclara más y no genera tanta ansiedad porque los niños a veces piensan que son ellas/ellos los culpables de que sus padres estén tristes y/o enfadados.

Finalizado este período, como os decía, vamos con el proceso de comunicar la decisión ya tomada:” Nos hemos separado”.

Elementos básicos para comunicarlo en todas las edades

  • Es esencial hacerlo de forma conjunta, nunca por separado. Esto favorece que no se busquen “culpables”.
  • El mensaje a transmitir es que no podemos seguir viviendo juntos como pareja pero que vamos a seguir siendo felices con la nueva situación.
  • No bloquear sus emociones, ya que puede que en el momento sientan rabia, miedo, incertidumbre, frustración. No invalidar esas emociones, dejarles llorar o manifestarlas, y ofrecerles la posibilidad de preguntar y expresar sus pensamientos.
  • No dejar la noticia para el último día, es necesario un proceso de adaptación de al menos un par de semanas para que puedan adaptarse al cambio.
  • Importante resaltar que ellos/ellas son esenciales en vuestras vidas y su nacimiento ha sido algo que os ha hecho muy felices.

Menores de 3 años

Lo más importante en estas edades tempranas es “estar presente”, sobre todo entre los 2-3 años. Un apego seguro donde los cuidados siguen estando de la forma habitual facilita el cambio, y por otro lado, ten en cuenta que los bebés son máquinas de copiar, si tú vives con angustia se la vas a transmitir, al igual que la tensión, el miedo etc. Dentro de lo posible, mantén la calma y el equilibrio.

También es fundamental mantener las rutinas de sueño y comidas con horarios establecidos que se mantengan en el tiempo.

Entre 3 y 5 años

En este periodo y al comunicar la noticia pueden ocurrir episodios curiosos como que los niños tengan reacciones físicas (dolores de tripa, vómitos, dolor articular etc.); este tipo de cosas suceden porque a estas edades les cuesta mucho identificar y manifestar sus emociones, por eso el cuerpo puede reaccionar de esa manera. No os lo toméis como algo preocupante o grave, simplemente os informa de que se está adaptando a la situación. Son típicas las fantasías de que sus padres se van a reconciliar, eso sucede en muchas ocasiones porque no se facilita la información suficiente, así que atención a esta conducta.

Por otro lado, si observáis un aumento de las rabietas y la ira con otras niñas/os o compañeros o con vosotros, puede ser debido a la percepción que tienen de falta de atención; y, por último, el sentimiento de culpa que también se resuelve explicándoles que no son culpables ni responsables de lo que ha pasado.

En estas edades se puede acompañar como refuerzo a la noticia la lectura de libros que hablan del tema, os recomiendo “El divorcio de mamá y papá oso” y “Vivo en dos casas”.

En la próxima entrega seguiremos explicando, por tramos de edad y hasta el período adulto, las recomendaciones más esenciales para comunicar este hecho vital, que debemos normalizar para aprender en el camino.

Gracias por todas vuestras interacciones, placeres! Nos leemos como siempre en nuestra web www.saludplacer.com.

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