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Los viejos oficios: Álvaro Leiro, cestero

Corozas de pasarela

Cestos, trajes de junco y otras piezas ancestrales a punto de desaparecer las mantiene vivas el artesano Álvaro Leiro en su taller de Pazos de Borbén. Sus trabajos han llamado la atención de importantes marcas de moda, que llevan su artesanía por el mundo

Álvaro Leiro con una de sus corozas y uno de los bolsos inspirados en esta prenda milenaria, que llamó la atención de Loewe. RICARDO GROBAS

Hubo un tiempo en que todo se hacía a mano. La ropa, los aperos, las herramientas… y, entre todas las artesanías, la cestería es sin duda una de las creaciones humanas más milenarias. Las técnicas también son numerosas; la más antigua es la de espiral cosida. Todo esto –y mucho más– lo sabe el cesteiro Álvaro Leiro, a la sazón fotógrafo que quiso ir retratando los viejos oficios gallegos para que no se perdieran. Fue así como se encariñó con un arte primitivo que hoy luce en marcas de moda, revistas y galerías.

Unos quince años le llevó a Leiro recorrer pueblos y aldeas olvidados de Galicia buscando técnicas artesanas en vías de desaparición. Todo eso lo registró con su cámara pero a la vez pensó que la mejor manera de que algunos oficios no se diluyesen para siempre era empezar a trabajar él mismo con las manos, hacer visibles piezas ancestrales que antiguamente servían para transportar grano, agua o alimentos.

Una de las piezas de Álvaro Leiro Ricardo Grobas

Participó en exposiciones con sus fotos, pero también hizo realidad lo que las imágenes dejaban ver al espectador. En su taller de Moscoso (Pazos de Borbén) comenzó a trenzar pajas de centeno y tiras de zarza para crear cestas y, poco tiempo después, ya participaba en ferias haciendo demostraciones de la ancestral artesanía. Un día de 2018, durante una muestra artesana en A Golada, llamó la atención de uno de los responsables de la sección de desarrollo de Loewe, quien le preguntó si la misma pieza en la que se había fijado era capaz de reproducirla en cuero y junco. Fue dicho y hecho, porque a los cinco días ese bolso ya estaba en París.

Álvaro Leiro, trabajando en su taller de Moscoso

Desde entonces los diseños de Leiro forman parte del catálogo de bolsos y complementos de la marca, que lleva a pasarelas como Milán esencia gallega. Este verano el desfile tuvo un protagonismo especial con los bolsos inspirados en las corozas que presentó el artesano de Moscoso.

Álvaro Leiro con una de sus corozas y uno de los bolsos inspirados en esta prenda milenaria, que llamó la atención de Loewe.

Álvaro Leiro con una de sus corozas y uno de los bolsos inspirados en esta prenda milenaria, que llamó la atención de Loewe. R. Grobas

Estas vestimentas hechas con juncos para los días de lluvia son objeto de investigación de este reputado cestero desde hace tiempo. Cada comarca tenía una coroza diferente, elaborada según los materiales cercanos, y esa información es la que está tratando de rescatar para que no se pierda. Lleva ya documentados más de catorce modelos diferentes.

Álvaro Leiro con una de sus corozas. R. Grobas

Para Álvaro Leiro es fundamental preservar la sabiduría milenaria acumulada, que además se puede trasladar a la actualidad, como ha hecho él, y que pueda convivir lo antiguo y contemporáneo. Preservar para tener constancia de dónde venimos. Su trabajo de campo no se limita a la cestería, también a la toponimia –tiene un trabajo en el que están recogidos 500 nombres de la parroquia- o la ornitología para la salvaguarda de especies. Sus piezas han estado en galerías de arte y en su dilatado curriculum figura la presencia reciente en la Homo Faber de Venecia, organizada por la fundación Michelangelo, que reúne la mejor artesanía del mundo y a sus creadores.

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