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El otro Renacimiento español

El Museo del Prado muestra 44 pinturas y 25 esculturas de artistas españoles formados en Nápoles durante los primeros años del siglo XVI

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(De izda. a dcha.) San Sebastián (Diego de Siloe); San Mateo y el ángel (Bartolomé Ordóñez); y San Juan Bautista (Girolamo Santacroce). Montaje con fotos del Museo del Prado

En 1503 la ciudad de Nápoles pasó a formar parte del Reino de España gracias a la intervención de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que se hizo cargo del gobierno del nuevo virreinato en nombre de los Reyes Católicos. Tres años después, la visita de Fernando el Católico a las nuevas posesiones fue un acontecimiento que impulsó la actividad cultural de estos territorios. Nápoles era entonces la segunda ciudad más poblada de Europa y uno de los grandes centros culturales y humanistas de Italia, junto a Roma y Florencia, y el cambio político no mermó su actividad en este campo. Para la Península Ibérica supuso la gran oportunidad de recibir y difundir el Renacimiento en sus territorios.

Si bien ninguno de los grandes artistas del Renacimiento (Leonardo, Miguel Ángel, Rafael) tuvieron su sede en Nápoles, fue en esta ciudad donde cinco grandes artistas españoles iniciaron sus carreras siguiendo su estela: Pedro Fernández, Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloe, Pedro Machuca y Alonso Berruguete forjaron en Nápoles las bases creativas que posteriormente les sirvieron para trasladar a España el espíritu renacentista. Antes que ellos, el Maestro del Retablo de Bolea, cuyo nombre real se desconoce, ya iniciara una intensa labor artística en la ciudad. Una exposición en el Museo del Prado acoge las obras de todos estos artistas españoles junto a una nutrida representación de los pintores y escultores napolitanos e italianos de aquel momento. En el umbral de la exposición se muestra un dibujo de la fortaleza de Castel Nuovo junto a un busto de Gioviano Pontano y un retrato de Jacopo Sannazaro, dos de los protagonistas de la vida cultural y artística de la ciudad.

San Nicolás de Bari (Andrea Sabatini). Museo del Prado

Los modelos rupturistas de belleza impuestos en los siglos XV y XVI por Leonardo y Giorgione, y los de Miguel Ángel y Rafael, más idealizados, buscaban la perfección persiguiendo alcanzar el don divino de la Gracia. Fueron estos modelos los que los artistas españoles trajeron de Nápoles a España. “La Adoración de los pastores”, “El retablo de la Visitación, el “San Juan Bautista”, todos ellos de Pedro Fernández, y “La adoración del Niño”, del Maestro del Retablo de Bolea son claros ejemplos de esta asimilación.

Los años de gobierno del virrey Ramón Folch de Cardona fueron de un extraordinario florecimiento artístico. La obra “La Virgen del pez” de Rafael (uno de los grandes cuadros de esta exposición), que llegó a la ciudad en estos años, supuso un revulsivo para los artistas locales. Los españoles Diego de Siloe, Bartolomé Ordóñez, Alonso Berruguete y Pedro Machuca recogieron las influencias de Rafael, Leonardo y Miguel Ángel para trasladarlas a sus obras: “La Virgen de la leche”, “Llanto sobre Cristo muerto”, “San Sebastián”, “Virgen con el Niño”. Junto a las de estos artistas españoles se muestran las de los italianos Andrea Sabatini (“San Nicolás de Bari en cátedra”), Giovanni da Nola (“San Juan Bautista”), Girolano Santacroce (“Alegoría de la Justicia”) o Polidoro de Caravaggio (“Traslado de Cristo al sepulcro”).

Sagrada Familia con Rafael, Tobías y San Jerónimo / Virgen del pez (Rafael Sanzio). Museo del Prado

La exposición se cierra con la sección titulada “Las águilas del Renacimiento español”, dedicada a los años en los que los artistas españoles sentaron las bases de nuestro Renacimiento y a la obra que desarrollaron a su regreso a España. Bartolomé Ordóñez trabajó en Barcelona; Diego de Siloe en Burgos y Granada; Pedro Machuca entre Jaén, Granada y Toledo; Alonso Berruguete en Toledo y Valladolid, y el tallista Gabriel Joly, de origen francés, se instaló en Aragón. De esta época se pueden ver el “Retablo de Santa Elena”, de Pedro Fernández y Antoni Norri, “La adoración de los pastores” de Pedro Machuca, “El entierro de Cristo” de Alonso Berruguete, el “Cristo flagelado” de Diego de Siloe, los “San Sebastián” de Siloe y de Berruguete y el busto de un “Guerrero” de madera de Gabriel Joly hallado muy recientemente.

Retablo de Santa Elena (Pedro Fernández y Antoni Norri). Museo del Prado

Además de las pinturas y esculturas, se muestra un retablo y cinco libros (a destacar el breviario-misal de Fernando el Católico). Tras su estancia en El Prado, la exposición viajará al Museo e Real Bosco di Capodimonte de Nápoles.

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