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Gallegas a la vanguardia

“Disfruto cada concierto, son adrenalina”

Iria Folgado Dopico, natural de San Sadurniño, es solista de corno inglés en la Konzerthaus Orchester Berlin , una de las mayores de la capital alemana

La solista gallega Iria Folgado Dopico CEDIDA

Empezó a tocar con la Sinfónica de Galicia siendo una adolescente, a los 17 años ya giraba por toda Europa con la Joven Orquesta Gustav Mahler, y con 18 se mudó a Alemania para cursar sus estudios superiores en la Hochschule für Musik “Hans Eisler”, una de las mejores del continente. Desde hace dos años es la corno solista de la Konzerthaus Orchester Berlin , una de las mayores de la capital alemana: “Es genial. Lo disfruto mucho y me encanta esta vida. Desde muy joven hice todo lo posible por tener oportunidades y nunca me puse una pared delante. Por suerte funcionó, pero si no lo intentas no sabes lo que puede pasar”.

Tenía 9 años cuando inició su formación en el Conservatorio Profesional de Ferrol: “Desde el primer momento me gustó muchísimo y quise que mi vida estuviese relacionada con el oboe y la música. Pero cuando viví la experiencia de tocar con la Sinfónica de Galicia y con su Orquesta Joven me dije que quería dedicarme a aquello. Fue un puntazo. No podía imaginar que llegaría adonde estoy, aunque también creo que afortunadamente hay muchas maneras de realizar el sueño y nuestra vocación a pesar de que no sea al máximo nivel”.

La solista gallega Iria Folgado Dopico. CEDIDA

Iria es la primera profesional de la familia, sin embargo, asegura que por la vía paterna ya había “talento musical” y agradece el apoyo en sus inicios, cuando sus padres la llevaban a Santiago para formarse con el oboe solista de la Sinfónica, Casey Hill, o a las pruebas de las orquesta allí donde fueran. “Supone un gasto económico y de energía. Con el tiempo, valió la pena y espero que estén orgullosos”, añade entre risas.

En 2020 ganó su plaza de corno solista –un instrumento de la familia del oboe– entre más de medio centenar de aspirantes. Y compagina su trabajo con un máster de Interpretación Musical en la “Hans Eisler” tras el que quizá comience un doctorado –”Siento que puedo seguir aprendiendo y la decisión de empezar a valerte por ti misma sin un profesor es difícil”–. Además es academista de la “Karajan” de la Filarmónica de Berlín, una de las formaciones más importantes del mundo y con la que ha vuelto a actuar esta misma semana.

La solista gallega Iria Folgado. I.F.

“En Alemania casi todas las orquestas tienen su propia academia. Yo entré en la suya en 2019 y la tuve que dejar al entrar en mi actual orquesta, pero a los academistas nos siguen llamando cuando nos necesitan. En febrero también hice con ellos una gira por Viena, Zagreb y Liubliana”, revela.

“Tengo mucha flexibilidad y puedo tocar con otras formaciones y aprovechar la oportunidad de conocer gente y sistemas de trabajo diferentes”, destaca Iria, que en las últimas semanas también ha actuado con orquestas de Londres y Hannover.

“El proceso es duro. Desde pequeño le tienes que dedicar tiempo. Sobre todo, si quieres llegar a un nivel alto porque te estás enfrentando al resto del mundo. Los asiáticos empiezan a tocar instrumentos a los tres años y los niños alemanes también se inician pronto. Hay que ponerse las pilas. Pero la recompensa es muy buena y puedes tener una vida espectacular. Viajas y socializas muchísimo. Con 17 años me fui de gira por Europa con la Gustav Mahler. Y en 2018 participé en un festival en Japón y aproveché para recorrer el país con un amigo”, enumera Iria, que en marzo volverá al país nipón y a Corea con la Sinfónica de Berlín.

Más de un centenar de músicos integran la formación y su sede oficial, Konzerthaus, está en pleno centro, en la plaza de Gendarmenmarkt: “A igual que la ciudad, la orquesta es internacional, aunque yo soy la única española. Y una parte importante de nuestro público son turistas. El turismo cultural es muy importante en Alemania y en la capital hay varias formaciones de música clásica”.

Iria Folgado, delante del edificio del Konzerthaus. I.F.

Una tradición que no existe en España, donde los estudios musicales siguen sin formar parte de las universidades. “No es que la gente no entienda la música clásica, es que la mayoría de la gente no está familiarizada con ella. Simplemente es una cuestión de educación. Nos falta esa cultura. Para los alemanes es un honor tener a Bach, igual que si fuese Casillas o cualquier otro jugador de fútbol. Pero en España hay muchos que no conocen a Falla, un compositor tan importante y que es interpretado por muchas orquestas europeas”, compara Iria.

Ella anima a disfrutarla sin prejuicios: “La música está muy cerca de nosotros, nos acompaña en todo momento y todo el mundo se emociona escuchándola. Y, en el caso de la clásica, yo creo que incluso más porque es mucho más rica. Se relaciona con un mundo elitista, quizá por cómo vamos vestidos o porque es muy antigua. Pero la gente que no la escucha se lo esta perdiendo”.

Iria, felicitada por el director de su orquesta. I.F.

“De fiesta no me pongo clásica”, aclara divertida, “pero me hace sentir muchas cosas. Al final se trata de lo que te transmita, ya sea una canción de rock o una obra de Mozart. A mí, por suerte, me gusta todo tipo de música”.

La presencia del corno significa que va haber un solo durante el concierto y, aunque los nervios siempre están presentes dependiendo de la dificultad del repertorio, Iria goza sobre el escenario. “Siempre disfruto cada concierto, son adrenalina. Hay compositores que tienen tal magnitud y fortaleza de sonido que resulta impresionante. Hace unos años toqué la Sexta Sinfonía de Mahler con la Filarmónica de Berlín y su director titular, Kirill Petrenko ,y fue espectacular. Y en noviembre vamos a tocar la Segunda en Konterthaus y ya lo estoy deseando desde la temporada pasada. En el último movimiento es como si el sonido te despeinase. Es una barbaridad”, comenta entusiasmada.

Iria, tocando el corno inglés. I.F.

Tras un concierto así, los músicos de orquesta abandonan el escenario con idéntica emoción que una banda de rock. Aunque nunca llegarán a romper sus instrumentos. “La conexión con el público es la misma y sales con la adrenalina por las nubes, pero cuestan bastante más que una guitarra eléctrica”, bromea.

Iria Folgado, en Londres. I.F.

Iria también toca a menudo en Galicia. En noviembre actuará como solista con la Orquestra de Cámara Galega en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña y en verano visitará Vigo para interpretar el concierto de Strauss con la 430. “Siempre recibo mucho apoyo desde Galicia. Cuando consigo algo, siempre hay como una ola que se vuelca conmigo. No me puedo quejar”.

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