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Marilyn Monroe, la última foto

Tres fotoperiodistas se disputan la autoría de la postrera sesión de posado que concedió la diva norteamericana

Una de las fotos de "La última sesión" de Bert Stern.

El estreno de “Blonde”, la película sobre la biografía de Marilyn Monroe protagonizada por la hispanocubana Ana de Armas y el reciente 60 aniversario de la muerte de la actriz traen de nuevo a la actualidad al personaje que la fotografía convirtió en uno de los iconos más divulgados del siglo XX. Pero ¿cuál fue el fotógrafo para quien posó Marilyn por última vez?

En 1962 Bert Stern, uno de los fotógrafos de moda más cotizados de Estados Unidos, retrató a Marilyn Monroe como nadie la había visto nunca, a pesar de que la actriz era ya uno de los personajes más fotografiados por los mejores profesionales del mundo del star system como André de Dienes (su primer novio), Sam Shaw, Tom Kelly, Matty Zimmerman o Milton H. Greene, con quien vivió durante cuatro años. A sus 36 años Marilyn Monroe posaba para Stern vestida de negro y, por primera vez en una sesión de larga duración, también desnuda, según el fotógrafo por iniciativa de la propia Marilyn. Al día siguiente de la muerte de Marilyn Monroe la revista Vogue publicó las fotografías de la actriz vestida, pero no se atrevió a publicar los desnudos que Stern le había hecho. Marilyn Monroe pasaba por un mal momento tras haber sido despedida del rodaje de la película de George Cukor “Something’s got to give”, acababa de divorciarse de Arthur Miller y se había sometido a una operación de vesícula que le dejó una desagradable cicatriz en el cuerpo. Años más tarde Stern cayó en la locura de las drogas, vivió en España casi un año y fue para superar su penosa situación económica cuando en 1982 decidió publicar con el título de “La última sesión” una primera selección de las 2.571 fotos de aquel posado de Marilyn de tres días en el hotel Bel-Air de Hollywood, una publicación que ya incluía algunos de los desnudos de la actriz. Otra edición del mismo fotolibro, publicada en París en 2007, ampliaba el número de imágenes de aquella sesión.

Uno de los rumores que se extendió tras la muerte de la actriz fue que el último número de teléfono que marcó Marilyn Monroe antes de morir fue el de Bert Stern.

Hasta hace poco se pensaba que las últimas fotografías de Marilyn Monroe eran las que Bert Stern le había hecho en aquellos posados de “La última sesión”. Sin embargo, en mayo de 2013 se publicaron unas fotografías que Lawrence Schiller le hizo a la actriz para el semanario París Match durante el rodaje de “Something’s got to give”. Tampoco los desnudos de Stern fueron los primeros, pues Schiller explicó cómo Marilyn se quitó el bikini y salió de la piscina para que el fotógrafo la retratase desnuda (en realidad ya en 1949 Tom Kelley le hacía una fotografía a Marilyn desnuda sobre una seda roja, imagen que ilustró la portada del primer número de de Playboy en 1953, el año del estreno de “Los caballeros las prefieren rubias”). Según cuenta Schiller, la iniciativa fue de la actriz, celosa por que la promoción hollywoodiense estuviera centrada en Elizabeth Taylor y en el estreno de la película “Cleopatra”. Pensaba que su desnudo sacudiría el mundo de Hollywood y lo orientaría hacia su persona. Dos de las fotografías de aquella sesión también fueron portada de la revista "Life". El fotógrafo ya había hecho imágenes de Marilyn para la revista Look durante el rodaje de “El multimillonario” en 1960 y fue una de las últimas personas que la vio viva cuando la víspera de la muerte de la actriz la visitó en su apartamento para que seleccionara las fotos del rodaje. Schiller escribió “Marilyn and me”, un libro de memorias sobre sus relaciones con la actriz (en Mondo Galería de Madrid se expuso en 2013 una muestra de estas fotografías con el título de “Marilyn and Me and More”). Pero ¿fueron las de Schiller las últimas fotografías de Marilyn Monroe?

Bert Stern y dos de las fotos de "La última sesión". A la derecha se aprecia la cicatriz de Monroe.

En 2017 la casa de subastas online Paddle8 ofreció, en tres lotes valorados entre 8.000 y 24.000 dólares, 150 fotos de una sesión que el fotógrafo George Barris, amigo de Marilyn Monroe, le había hecho en junio de 1962, menos de dos meses antes de la muerte de la actriz el 5 de agosto. Fueron unas sesiones que Barris hizo durante varias semanas en distintos lugares de Los Ángeles por encargo de la revista Cosmopolitan. Algunas de estas fotografías fueron publicadas entonces pero muchas otras Barris las vendió a un coleccionista privado y hasta entonces permanecían inéditas.

Dos de las fotos de Barris.

Barris había conocido a Marilyn Monroe en 1955 durante el rodaje de “La tentación vive arriba”, tras haber abandonado después de la Segunda Guerra Mundial su carrera de fotoperiodista para dedicarse a ser freelance en Hollywood.

Dos de las fotos de la sesión con Lawrence Schiller.

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