Con el calor, también llegan las temidas plagas típicas del verano, aunque en el caso del actual multiplicadas por la persistencia de las altas temperaturas. Los insectos, como las moscas, los mosquitos, las hormigas, las cucarachas o las avispas son compañeros casi inseparables en esta época. En algunos casos, son solo algo molestos, pero no pican, sin embargo, en otros sí hay que vigilar las picaduras.
En general, podemos dividir los insectos que pican en venenosos, como las avispas o las abejas -pican para defenderse o por instinto, pero no para alimentarse-. Y chupadores, como los mosquitos, las pulgas y las garrapatas que se alimentan de sangre.
El riesgo de las picaduras radica en que pueden transmitir alguna enfermedad grave, tanto a humanos como a animales. Por ejemplo, las garrapatas pueden transmitir la Enfermedad de Lyme que produce fiebre, escalofríos y dolores musculares y, si no se trata, se puede extender al corazón, las articulaciones y el sistema nervioso. Muchas de las enfermedades transmitidas por estos insectos son ajenas a España y, por lo tanto, poco frecuentes. Es el caso, por ejemplo, del Mal de Chagas, una enfermedad crónica que transmiten las chinches y que es propia de algunos países latinoamericanos. Pero las molestias de las picaduras y las posibles reacciones alérgicas sí son un riesgo muy real en esta época del año. Según datos que maneja www.dosfarma.com, en torno al 3 % de la población tiene alergia al veneno de avispas y abejas.
La tasa de mortalidad es bastante baja, pero se calcula que unas 3 o 4 personas al año podrían fallecer por este motivo en España.
Cómo evitar y curar las picaduras en verano
Los insectos se acumulan donde se estanca el agua. Por ejemplo, los mosquitos usan las zonas con agua para depositar los huevos. En cambio, otros insectos, como la mosca negra, prefieren las zonas de agua corriente, como los ríos.
Para prevenir las picaduras, lo mejor es evitar llevar la piel expuesta. Por ello, siempre que se pueda, es recomendable usar ropa ligera y de colores claros que cubra lo máximo posible, especialmente por las noches, que es cuando más actividad tienen.
Los animales son los otros grandes afectados. Hay distintos tipos de productos antiparasitarios para ellos que pueden combinarse entre sí para una protección más completa, especialmente si van a estar al aire libre: collares, pipetas y espráis repelentes. En el caso de las garrapatas, hay que tener cuidado a la hora de retirarlas porque se quedan enganchadas en la piel. La mejor forma de hacerlo es con unas pinzas pequeñas, como las que se usan para depilar, y agarrarla lo más cerca posible de la piel para no aplastarla. Hay que tirar de ella hacia arriba, lentamente, hasta que se desenganche. Después, hay que lavarse bien las manos, limpiar la zona con agua tibia y jabón y curarla con alcohol sanitario o povidona yodada.
El repelente debe ser nuestro compañero inseparable durante el verano, especialmente para los niños y si vamos a pasar tiempo al aire libre o en zonas con vegetación. En el caso de la mosca negra, los más efectivos son aquellos que contienen Dietiltoluamida (DEET) con una concentración mínima del 45 %.
Por ejemplo, la citronela es una de las más eficaces contra todo tipo de insectos, pero hay muchas más: albahaca para los mosquitos y las moscas, lavanda para las pulgas, menta para los mosquitos y las hormigas o romero para mosquitos y polillas.
Poca gente sabe que la vitamina B es capaz de repeler los mosquitos. Por lo que, tomar alimentos ricos en este nutriente como arroz, legumbres, hígado, salmón, sardinas, huevos, cereales integrales y verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli) o multivitamínicos que lo incluyan consiguen que el sudor se vuelva más ácido y desprenda un olor que resulta desagradable para los insectos.
Si ya nos han picado, lo primero que debemos recordar es no rascarnos para evitar posibles infecciones. Hay que lavar la zona con agua y jabón y poner un poco de hielo para bajar la inflamación. Después, se puede aplicar una pomada o crema para aliviar el picor. Una gotita de aceite de árbol de té sobre la picadura también ayuda a minimizar la molestia. Si continúan las molestias, se puede recurrir a una pomada o crema antiinflamatoria o antihistamínica.