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Elísabet Benavent Escritora

“Viviría el éxito sin temor a fallar”

La autora de comedia romántica con más de 3,5 millones de ejemplares vendidos publica su vigésimo segunda novela en nueve años. “Ojalá fuera la Corín Tellado del siglo XXI, pero ella era mucho más prolífica que yo”, dice

Elísabet Benavent estará en Club FARO el 17 de junio. JUAN DE LOS MARES

Nueve años después de publicar su primera novela y con 3,5 millones de ejemplares vendidos, Elísabet Benavent (Valencia, 1984) acaba de lanzar su vigésimo segundo libro, “Todas esas cosas que te diré mañana” (Suma). La autora de comedia romántica triunfa en Netflix, plataforma para la que prepara la tercera temporada de la serie Valeria, basada en una de sus sagas de novelas y donde ha estrenado la película “Fuimos canciones”. El próximo viernes 17 estará en Club FARO a partir de las 19:30 horas.

– Presenta su vigésimo segunda novela publicada en nueve años, ¿es la nueva Corín Tellado del siglo XXI?

– Ojalá. Sería muy buena noticia, aunque ella fue muchísimo más prolífica que yo. Desde hace cuatro años voy a un libro por año. Antes tenia varios escritos y solo faltaba el proceso de edición. Han sido años vertiginosos en los que todo ha sucedido muy rápido. De todas maneras duermo poco y eso es compatible con dedicarme en exclusiva a la escritura y todo lo que le rodea, proyectos audiovisuales, mi podcast.

– ¿Es de esas autoras a las que le da la inspiración y se queda una noche escribiendo frente al ordenador?

– Soy una amante del caos , creo que de él salen cosas preciosas, pero trabajo en un caos controlado. Desde que he profesionalizado la literatura y me tengo que enfrentar a fechas de entrega y viajes para promocionar libros -en un mismo año he estado presentando uno en Latinoamérica y otro en España, a la vez que estoy inmersa en mi próxima novela- hay algunas rutinas que una tiene que respetar para hacerse la vida más fácil.

– En su última obra plantea un viaje en el tiempo para revisar los momentos en que falló una relación, ¿cómo surgió esa idea?

– Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una mezcla de géneros literarios, algo a lo que se presta muy bien la comedia romántica con la ciencia ficción. A mí como consumidora de cine y libros siempre me han fascinado los viajes en el tiempo y pensé que era una buena manera para tratar un tema -un proceso de duelo- que a mí siempre me había interesado y que narrado de una manera más lineal podría resultar más duro, complicado o aburrido. Fue poco un salto al vacío, una manera de retarme, de no quedarte en la zona de confort, y empezar a ponérmelo más difícil a mí misma.

– La novela la narra la protagonista femenina, Miranda, y en ocasiones el personaje principal masculino, ¿le resulta complicado meterse en la piel de un varón?

– Suelo preguntar a mis amigos, les planteo si harían la opción “a” o “b” ante una situación y es gracioso porque muchas veces me dicen “z”.

"Tengo una relación muy especial con Galicia, la siento muy mía. Vigo me pareció una ciudad preciosa desde la primera vez que la visité"

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– Tristán, el coprotagonista, es un chico de Vigo y parte de la historia transcurre en esta ciudad, ¿por qué la ha escogido?

– Soy muy mala mediterránea, mis padres me dicen que me van a quitar el carné de valenciana. Soy una enamorada del norte, siempre que puedo me cojo cuatro o cinco días para irme sola al País Vasco, Galicia o Asturias. Tengo una relación muy especial con Galicia, no sé porque la siento muy mía, quizás sea por el clima, que me encanta. Y Vigo me parece una ciudad preciosa desde la primera vez que la visité. Los verdes que tiene son muy difíciles de encontrar en otra parte del mundo, y la ciudad me parece señorial. También tengo una amiga de ahí y me parecía una manera de darle un abrazo desde el libro.

– ¿Qué hay de Elísabet en el personaje de Miranda?

– La pasión por su trabajo, la vocación que encontró, quizás de manera sorprendente, y que no está dispuesta a priorizar ciertas cosas por encima de su pasión. También tengo claro que no quiero ser madre y el amor por mi familia y amigos.

– ¿Si pudiera volver al pasado, a qué lugar le gustaría volver y quécambiaría?

– Si volviera atrás, disfrutaría más de estos últimos años de éxito, los viviría de forma más relajada. Los he vivido con temor a fallar, desde el punto de vista del síndrome de la impostora del que ahora se habla tanto.

– ¿Cómo gestiona el hecho de ser un fenómeno superventas?

– Siempre he tenido la obligación interna de vivirlo sin despegarme demasiado del suelo, lo cual es bueno porque me permite ser consciente de que me muevo en un mundo volátil y tomar buenas decisiones para que en un futuro en que el éxito se pase pueda seguir escribiendo independientemente del número de ejemplares que venda. La parte mala es que no tengo esa inconsciencia que me permite disfrutar más del momento.

– ¿Le sorprende que sigan destacando la naturalidad con la que aborda el placer sexual femenino?

– Eso significa que “ladran, pues nos movemos”. Llegará un momento en que se interiorice que la mujer es objeto deseante, no solo objeto de deseo como se la ha tratado tradicionalmente.

– ¿Se ve escribiendo otro género diferente a la comedia romántica?

– Me siento cómoda en ella porque me divierte muchísimo y es importante no perder ese cosquilleo, esa sensación de “qué bien me lo paso trabajando”. La comedia romántica se parece mucho al modo cómo yo me enfrento a la vida, no perdiendo el punto de vista humorístico hasta en los dramas más grandes.

– ¿Y a lectores masculinos consumiendo mayoritariamente sus novelas?

– El problema es que hay mucho prejuicio adherido a la comedia romántica, a la que históricamente se la ha tratado como un género chico, con connotaciones peyorativas. No creo que haya géneros para mujeres y para hombres; la literatura, como el amor, es universal. Recomiendo a quien non se ha acercado al género que se libere de los clichés, que son grilletes que nos condicionan, que lean la sinopsis de un libro y, si les genera curiosidad, que se lo lean. Si no te gusta, no repites.

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