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El cine gallego pone foco en las miradas femeninas

En la historia de los Oscar, solo dos mujeres han ganado el premio a mejor dirección. Este año, Jane Campion pugna por ser la tercera. En Galicia, realizadoras y productoras sueñan con mayor igualdad en un sector donde la discriminación positiva ha ayudado a avanzar

Desde arriba a la izquierda: Ángeles Huerta con el actor Tamar Novas, Beli Martínez, Emma Lustres, Paula Cons y Noelia Muiño

Si las quinielas se cumplen, Jane Campion podría convertirse en la tercera mujer en toda la historia de los premios Oscar en alzarse con el galardón a la mejor dirección por “El poder del perro”. Aunque no lo logre, la realizadora de este filme –que atesora 12 nominaciones en total este año– ya ha hecho rubricado un hito: es la única mujer en la historia de estos galardones que ha logrado que dos películas suyas sean finalistas al Oscar a mejor dirección.

A priori, no parece mala noticia pero al posar la lupa, la lente no consigue distorsionar la realidad: según el medio digital de entretenimiento “The wrap” menos de un tercio de las películas que aspiraron a los Oscar este año (el 27% concretamente) fueron dirigidas por mujeres. Resumen: no debemos lanzarnos a la euforia, hay mucho por conquistar.

Emma Lustres, en un rodaje.

De este lado del Atlántico, en el noroeste peninsular, Emma Lustres, productora gallega de la firma Vaca Films y uno de los referentes del cine para salas y plataformas en España no considera que en su carrera personal las cuestiones de género hayan sido “un obstáculo”.

“El sector audiovisual se ha hecho más sensible a la desigualdad que existía y que sigue existiendo”

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No obstante cree que en los últimos años “el sector audiovisual se ha hecho más sensible a la desigualdad que existía y que sigue existiendo”.

Para Lustres, “las políticas han contribuido a que haya una mayor visibilidad de mujeres participando como directoras en los proyectos y eso tiene un reflejo en el tipo de producciones que se hacen. A eso hay que sumar una mayor conciencia en todo el sector. Aún así se siguen viendo contenidos que podrían buscar más la igualdad”.

Emma Lustres, ha impulsado buena parte de los éxitos en el cine español de los últimos años: “Celda 211”, “Cien años de perdón”, “El desconocido”; y la exitosa serie en Netflix “El desorden que dejas”. Vaca Films

Defiende que el movimiento feminista ha hecho en España que “nos hagamos más conscientes e inteligentes como sociedad y eso se refleja en el audiovisual”. Esto se traduce en una manera diferente de leer los guiones, de codificarlos, atendiendo a detalles de posibles micromachismos que antes los pasarían por alto por falta de concienciación.

Ahora mismo, su productora tiene en los cines el filme “Código emperador”, con Luis Tosar interpretando a un agente de los servicios secretos españoles que llega a una disyuntiva con su vida y su trabajo ante la mafia en el poder.

Además, Vaca Films se encuentra trabajando en la serie “Hasta el cielo”. La película homónima que ella misma impulsó “fue número 1 en lo más visto en Netflix a nivel global”, explica Lustres quien añade que “la serie –que se estrenaría el próximo año– continúa la historia de la película unos meses después de lo acontecido en el final”.

El rodaje se realizará en cuatro países distintos –están grabando en Madrid y también habrá localizaciones de Galicia (A Coruña, Ferrol y Lugo), Lisboa, Algarve, París y Nigeria– y volverán a contar con Luis Tosar entre los protagonistas, acompañado por Asia Ortega, Álvaro Rico, Patricia Vico, y Fernando Cayo, en el elenco.

Otros dos proyectos son “Infiesto”, una película para Netflix cuya historia arranca el mismo día del anuncio del estado de alarma en el que la ciudadanía española tuvo que encerrarse en sus casas; y “Fatum” que se empieza a grabar ya bajo la dirección del gallego Juan Galiñanes en formato thriller, con la participación de TVE y Amazon.

La guardesa Beli Martínez ha producido algunos de los éxitos del cine gallego de autor de los últimos años seleccionados para los festivales de Cannes, Venecia o Locarno. G. Santos

La también productora Beli Martínez, de Filmika Galaika, –que ha logrado llevar obras gallegas al Festival de Cannes, Mostra de Venecia o el Festival de Locarno o la Mostra de Venecia– coincide con Lustres en que “la existencia de políticas de discriminación positiva ha favorecido la participación de las mujeres en el audiovisual”.

“Hasta hace unos pocos años –detalla– las mujeres tenían que autoproducirse y en estos momentos las políticas públicas favorecen que el primer o segundo largometraje no sea autoproducido sino que cuente con respaldo de una empresa productora”.

Martínez está convencida de que la “paridad se conseguirá. La última convocatoria de ayudas del ICAA (Instituto de Cinematografía) recoge que el 40% de las películas financiadas por este organismo tienen que estar dirigidas por mujeres. No habrá paridad pero es un avance aunque quien hace la ley, hace la trampa, y por lo tanto debería haber mecanismos de control”.

No obstante, reconoce que el cambio también se está efectuando incluso desde el comienzo de afrontar un proyecto: “Tenemos mucha más sensibilidad. Hace unos años no nos cuestionábamos cómo conformábamos los equipos, ahora muy pocas veces somos capaces de conformar un equipo totalmente masculino”.

Aún así, aclara que no siempre manda este criterio y que hay que atender a otros. “Acabamos de rematar el rodaje de “La parra”, de Alberto Gracia, una película sobre un cineasta fracasado que regresa a Ferrol para la herencia de su padre pero que finalmente no la tiene y ve una ciudad detenida en el tiempo. Esperamos presentarla el año que viene. Pues, en este filme, había mayoría masculina pero fue por la búsqueda de profesionales que convergiesen bien con el director”.

“Resistencia a dirigir”

Para Beli Martínez –que produce el nuevo largo de Patiño, “Ariel” y “Onte á noite conquistei Tebas”, que se rodará el próximo año–, “las cosas han cambiado mucho y rápidamente. Ha habido un cambio enorme en las mujeres. Antes, había como una resistencia a dirigir, a no reclamar el poder contar nuestra historia”.

Paula Cons, directora de “La isla de las mentiras”, película que arrasó en Filmin en su estreno en la pandemia o de la serie para Netflix “¿Dónde está Marta?”. Netflix

Pero esa lucha por el propio relato no ha sido ni es fácil. La gallega Paula Cons (directora de “La isla de las mentiras” y de la serie documental para Netflix sobre Marta del Castillo “¿Dónde está Marta?” ) confiesa que se tuvo que “convertir en productora ejecutiva, que no es precisamente lo que más me gusta. A mí me encanta dirigir y escribir pero tuve que ser productora de otros para al final sacar adelante proyectos míos”.

“Antes, prosigue, nunca estabas en la lista y no se te daba la oportunidad de dirigir”. Pero el trabajo que llevan haciendo “otras compañeras antes y organizaciones como CIMA, que consiguieron las medidas de discriminación positiva para estar en el punto donde estamos sí que facilitaron que llegado un punto busquen a mujeres directoras porque da puntos”.

"No creo que haya cine femenino pero sí hay una mirada que antes estaba callada”

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Estas políticas han repercutido en el público al hacerle llegar contenidos y visiones diferentes. “Se busca contar una historia desde una perspectiva que estaba hasta ahora callada. No creo que haya cine femenino pero sí hay una mirada que antes estaba callada”, recalca Cons quien pone el foco en el peso de ser mujer cineasta y madre.

“En la profesión de directora, explica, hay fases muy buenas para conciliar y otras terribles. Yo creo que el teletrabajo está siendo fantástico. La serie de Marta la monté a distancia, haciendo un esfuerzo para crear equipo y sinergias, pero compensa”.

¿Conciliación imposible?

Aún así, Cons reconoce que no todos los momentos de un filme son fáciles. “¿Qué fase es tremenda? El rodaje. Me encanta esa etapa pero desapareces ocho semanas a las que hay que sumar otras para buscar localizaciones, hacer ensayos... Ahí es muy complicado conciliar. Hay dos palabras que no paras de decir, las tienes tatuadas: Por favor y gracias. Por favor, cuídame al niño; gracias por cuidarme al niño”.

Ante esta situación, aboga por “pensar soluciones. Hay muchas dinámicas que se pueden probar. Hay festivales que están poniendo guarderías. Imagina tener que ir a un festival a China. ¿Qué haces con el niño? Acabo de ver una iniciativa para un taller de desarrollo de proyectos que ponía que fueras con los niños ya que habría un monitor para atenderlos”.

Y llegadas a este punto, “¿por qué tenemos que hablar de conciliación en mujeres y con los hombres no hay problema? A ningún director se le pregunta por esto. ¿Y no son padres ellos? Nosotras lo vemos de otra manera”, se autorresponde Paula Cons.

Para ella, el entramado social sigue pesando como una losa de granito: “El patriarcado es una cosa muy sofisticada que se lleva trabajando muchos siglos. Somos las mujeres las que tenemos que cuidar, si no cuidas todos te cuestionan”.

"Me encanta porque es una institución con ánimo de lucro que lo hace no por dar imagen sino porque le somos rentables y le interesa nuestra mirada”

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No obstante, ve luz en esta ardua travesía de la mano de plataformas como Netflix. “Percibo en ella una búsqueda de directoras y de valoración del talento femenino. Me encanta porque es una institución con ánimo de lucro que lo hace no por dar imagen sino porque le somos rentables y le interesa nuestra mirada”, opina esta directora que está desarrollando la serie de ficción “Oro negro”, un western sobre las hazañas del wolframio. Además, impulsa una película que presenta la historia de amor entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós: “Mi ilustrísima amigo”.

La directora Ángeles Huerta

Quien ya remató el rodaje de su última iniciativa es la también directora gallega Ángeles Huerta, “O corpo aberto”. Esta película fue rodada el pasado otoño en el Xurés y Gerés, en la raia portuguesa, inspirada en un relato de Ferrín. “Es una película gótica que le da muchas vueltas a la construcción social del género”, señala la realizadora.

Ahora, se encuentra montando el filme –con la banda sonora de Mercedes Peón– que espera estrenar antes de que finalice el año. 

Huerta aclara que ni quiere sonar “victimista” ni quiere ofrecer un mensaje “cansino” sobre la posición de la mujer en el cine. No obstante, reconoce que “el principal problema es la estructura patriarcal que tiene el cine como arte industrial, aunque patriarcal también es la sociedad”.

La directora Ángeles Huerta, con Tamar Novas en un rodaje

Esa estructura, reflexiona, “se reproduce en los sets de rodaje y en muchas ocasiones somos partícipes las mujeres. El modelo de gestión, desde los procesos de casting, a la gestión de los equipos es muy patriarcal”.

En cuanto a lo de ser madre y cineasta, aclara que no es un problema que le toque de cerca. Aún así, considera que hay sectores con peor situación para la conciliación, al tiempo que reflexiona: “el problema, creo, que si España tiene unos índices de natalidad tan bajos es por la precaridad laboral especialmente en las mujeres”.

La animación desierta

Si en el cine de ficción, aun no se ha logrado la igualdad, peor situación se vive en la animación, lamenta la directora gallega Noelia Muiño, quien trabaja para Skydance, la mayor empresa de animación de España y que a mediados de junio viajará al Annecy, el festival por antonomasia de la animación en Europa, para presentar y buscar apoyo para su largo “Viaje al bosque olvidado”.

En su radiografía, emite: “En animación prácticamente no hay directoras mujeres y si dices algo, tus compañeros hombres se molestan”.

Sin embargo, en su carrera, el género no ha sido la barricada más alta sino “la clase social”, se queja: “Yo procedo de una familia de aldea, con recursos justos. Tengo acento gallego. Hay un estigma si eres de aldea, como que no sabes. Los compañeros se reían de mí, me tomaban a broma. De verdad. Pueden ser tus amigos pero no llevan bien que tengas diez años menos y consigas más cosas. Menos mal que mi familia me ha apoyado muchísimo. Yo solo quiero contar las historias que creo que son importantes”.

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