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El retratista de Berlín

El Reina Sofía acoge por primera vez en España la mayor retrospectiva del fotógrafo alemán Michael Schmidt, una muestra de más de 50 años

Fotografías de Michael Schmidt

Sorprende que una obra tan extensa y de tanta calidad como la del fotógrafo alemán Michael Schmidt (1945-2014) no sea conocida en España más que por minorías muy especializadas, cuando constituye uno de los documentos más valiosos para conocer la sociedad europea de la posguerra a través un personal enfoque descriptivo de la realidad. En España se vieron algunas fotos de Schmidt en una exposición colectiva en el Círculo de Bellas Artes de Madrid dentro de PhotoEspaña 2016 titulada “Diez años que trastornaron Europa”, en la que también se mostraban obras de Bernd y Hilda Becher, Paul Graham, Martin Parr y Cándida Höfer entre otros. Ahora llega al Museo Reina Sofía una amplísima retrospectiva de Schmidt (340 obras) que recoge todas sus etapas y los géneros a los que dedicó su trabajo en el mundo de la fotografía durante 50 años: paisajes rurales y urbanos, retratos, autorretratos y naturalezas muertas, en los que el fotógrafo se preocupa por destacar la historia, la identidad femenina y la importancia de la naturaleza.

Michael Schmidt nació en Berlín, en el barrio obrero de Kruzberg, situado en el distrito oriental de la capital alemana. Sus padres se arruinaron al no poder acceder al negocio familiar situado al otro lado cuando se levantó el muro de Berlín, lo que le impidió recibir una educación superior. En su juventud fue policía de la RFA y descubrió la fotografía ejerciendo esta profesión. No contó con apenas ninguna formación académica en el ámbito de la fotografía y fue sobre todo un autodidacta que buscó desde siempre un estilo personal. En 1973 las autoridades de Kreuzberg le encargaron un libro sobre este barrio donde había nacido y donde impartía lecciones de fotografía para adultos. El éxito de este trabajo le facilitó encargos sobre otros barrios, como Wedding y Friedrichstadt, en los que mostraba la atmósfera del Berlín occidental de la posguerra, entre la fotografía social y artística, influido por el documentalismo norteamericano. Su prestigio internacional le llegó con una exposición y un fotolibro titulados “Tregua” (1985-1987), un estudio sicológico sobre la ciudad de Berlín dividida por el muro. En la siguiente época Schmidt se centró en “Arquitecturas” y “Retratos”, que interpreta con un lenguaje muy personal. Esta serie interesó al MoMA de Nueva York, que la mostró en 1988 dentro de una exposición colectiva. Schmidt venía practicando el retrato desde 1974, con series como “La mujer trabajadora” y “Ancianos en Berlín” que se expuso en un pasillo de la estación de metro de Möckernbrücke. En “Retratos” recoge los numerosos que hizo a mujeres y hombres jóvenes, vestidos y desnudos, en los que trató de reflejar la relación de estas personas con sus cuerpos y cómo las normas afectaban a su individualidad, manifestada en la elección de indumentarias, ropa interior y estilización de los cuerpos.

Tras la caída del muro realiza “89/90”, sobre las huellas visuales de aquel acontecimiento, y la serie “U-ni-dad”, de 1996, donde examina el proceso de reunificación de Alemania tras la caída del muro, con una mirada histórica hacia los sistemas que dominaron esos territorios desde 1933, el nacionalsocialismo, el comunismo y la democracia. “U-ni-dad”, en la que se incluyen algunas “fotografías de fotografías” publicadas en periódicos y revistas, llegó también al MoMA en 1996, ya como exposición individual, la primera de un fotógrafo alemán en este museo.

De la serie U-ni-dad (1989-94).

En los primeros años del 2000 Schmidt dirige su mirada hacia las personas, preferentemente mujeres (“Frauen”), y el mundo rural alemán (“En alguna parte”), que recorrió con su mujer en 16 viajes en caravana. Poco antes de morir reunió sus trabajos sobre paisajes rurales en el libro “Naturaleza”. Su último trabajo lo centró en los medios para la vida (“Alimentos”), dedicado a denunciar a las industrias de la alimentación y a las contradicciones entre la sobreproducción y el despilfarro de alimentos en un mundo en el que una gran parte de la población muere de hambre. Son fotografías tomadas en varios países europeos, entre ellos España, Noruega, Italia y Alemania. En esta serie Schmidt utilizó por primera vez el color, en parte para denunciar el empleo de colorantes en la industria alimentaria. Tres días antes de su muerte en 2014 en el barrio de Kreuzberg, donde había nacido, esta serie de Schmidt recibió el Prix Pictet, uno de los premios internacionales de fotografía más prestigiosos.

  • Michael Schmidt. Fotografías 1965-2014

    Lugar: Museo Reina Sofía. Madrid
    Fechas: Hasta el 28 de febrero de 2022

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