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Estela
Pepe Viyuela Actor

“La patria es cada uno, lo que te compone”

“Necesitamos distanciarnos de los otros y sentirnos superiores a los demás. Ese mundo pretendido de igualdad absoluta es imposible”

Pepe Viyela, en un fotograma de “García y García”. | // FILMAX

¿Y si a partir de un día le confundiesen con otra persona en una situación económica y social mejor y se le abriesen todas las puertas? Esta es la tesitura en la que se encuentra el personaje de Pepe Viyuela en “García y García”, una comedia dirigida por Ana Murugarren y coprotagonizada por José Mota que se estrenará en cines el 27 de este mes.

Sobre el filme, su proyecto en el Sáhara, sus deseos en política (recuerden que fue en las listas de Podemos con Errejón) y la viralidad que cosechó en Twitter por una opinión sobre Vox, reflexiona Pepe Viyuela en esta conversación.

– Pregunta obligada para un estreno, ¿posee su personaje de García algún punto de coincidencia con usted?

– Yo creo que no tiene nada que ver conmigo aunque, en el fondo, todos los seres humanos tenemos que ver con todos. Es un señor al que la vida no le va muy bien. Está pasando por un mal momento. Su mujer murió, ha perdido el trabajo y se encuentra en una situación económica bastante precaria. Necesita agarrarse a un clavo ardiendo para seguir adelante. Al comienzo de la película, mi García está tan desesperado que llega al límite, casi a la delincuencia y, de repente, surge un chispazo, la aparición de un trabajo y eso parece que va a solucionar todos sus problemas. Ahí se produce una confusión entre dos Garcías distintos. En ese momento cambia su vida. La consideración que se le tiene es completamente diferente a la que tenía antes. Su vida mejora. A medida que pasa el tiempo las cosas le van mejor, no sé si me pasará a mí en la vida.

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– Si tuviese que resumir el mensaje de la película, ¿qué diría?

– Es una historia de amistad, de dos personas que no se conocían de antes y que al conocerse se dan cuenta de que las vidas de ambos pueden ir mejor precisamente por el hecho de ayudarse y de estar una al lado de la otra. Lo que no hay que perder de vista es que es una comedia, pensada y dirigida para hacer pasar un buen rato a la gente. En ese sentido, sí que me gustaría tener que ver algo con mi García.

Pepe Viyuela sobre el escenario con su espectáculo humorístico "Encerrona", en el teatro Marta G. Brea

– ¿Fue un rodaje difícil por la situación sanitaria actual?

– El rodaje fue complicado porque veníamos del confinamiento. La película estaba pensada para rodar en el tiempo en el que estábamos confinados. Había mucha incertidumbre, miedo, por si cualquiera en el equipo se contagiaba y había que parar el rodaje. Había mucha tensión pero también era muy emocionante, cada día era como intentar superar una prueba al tiempo que se le iba arañando espacio a la esperanza. Creo que fueron muy valientes por rodar en esas circunstancias pero ayudó a abrir las ventanas a volver a trabajar. Fueron dos meses de disfrute permanente.

– Si apareciese ante usted un genio en una lámpara o un hada madrina ofreciéndole cambiarse por alguien, ¿a quién escogería?

– Yo me cambiaría por mi padre o mi padre, aunque fuera unos instantes dentro de su consciencia. Sería una manera de reencontrarme con mi padre. Mi madre todavía vive pero mi padre no. No aspiro a ninguna vivencia extranatural.

– Pero ¿porque son sus padres o por la personalidad o trayectoria que tuvieron?

– Supongo que porque son mis padres. Cada ser humano, si tuvo la suerte de tener unos padres normales, tiene en ellos un referente maravilloso. Nos marcan muchísimo los padres. Los elijo no porque fueran extraordinarios en ningún sentido. Sería como remontar el río y situarme en un lugar desconocido pero querido.

– ¿Su patria es también la infancia o sigue buscando su Ítaca?

– La patria, creo, es el lugar donde uno se siente cómodo y donde quiere estar. Hay muchas patrias. Mi familia es una, aquellos años de la infancia, también, así como el futuro que ansío y que espero sea como dese: lleno de calma y tranquilidad, rodeado de buenos amigos y familiares. Probablemente, la patria de cada uno sea uno mismo, lo que te compone. Además, estamos siempre buscándonos, preguntándonos quiénes somos, qué anhelamos en la vida...

“Necesitamos distanciarnos de los otros y sentirnos superiores a los demás. Ese mundo pretendido de igualdad absoluta es imposible”

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– Volviendo a su García, él logra cambiar de estamento social. ¿Desdibujar las líneas de la estructura social es una utopía alcanzable?

– Lamentablemente es muy utópico y absolutamente imposible. Las diferencias entre los seres humanos han existido desde que tenemos uso de razón y conciencia. Necesitamos distanciarnos de los otros y sentirnos superiores a los demás. Ese mundo pretendido de igualdad absoluta es imposible en los parámetros del ser humano, que ha nacido para la competitividad, la lucha. La cultura nos ha intentado llevar por el camino de la solidaridad y cooperación pero parece que prima más la competitividad. Me parece imposible pensar en una sociedad igualitaria al 100%. Cada hay más ricos más ricos y más pobres más pobres.

"No se puede ser apolítico y quien dice que lo es está inventado algo que no existe”

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– ¿No teme que la carrera política pueda pasarle factura a su carrera como artista?

– Ahí te corrijo. No estoy en una carrera política, estoy viviendo en un país, en un mundo, en el que pasan cosas. Yo no tengo ninguna ambición de ostentar un cargo político, no quiero ser presidente o consejero de nada porque, entre otras cosas, creo que no estoy capacitado para ello. Lo que ocurre es que tampoco es posible sustraerse al hecho de pertenecer a un lugar y de querer opinar sobre las cosas. No puedo renunciar a eso. Creo que también todo es política, lo que nos afecta en la sanidad, educación, en la estructura de las ciudades, en cómo se reparten los bienes, cómo se pagan y se utilizan los impuestos. No se puede ser apolítico y quien dice que lo es está inventando algo que no existe. El problema es considerar la política como una parcela que solo la pueden pisar los que se dedican profesionalmente a ella.

"Hay que aprender a respetar sabiendo que los demás no tienen que pensar como nosotros”

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– Recientemente, usted fue trending topic en Twitter a raíz de su columna “Teoría y práctica del odio”. ¿Cree que la metástasis del odio en España que estamos viviendo en los últimos años que parará o irá in crescendo? Hay expertos que dicen que la llegada de la extrema derecha a los gobiernos de España y otros países es insalvable.

– No sé. No soy experto, ni sociólogo, ni politólogo. Soy un ciudadano que ve como todos y que tiene la oportunidad de opinar en un medio de comunicación. El primero sorprendido de la respuesta tan exacerbada a lo que he escrito soy yo. No imaginé que iba a provocar esa viralidad y virulencia. No quiero contribuir a ello. Lo que tenga que ver con la confrontación social no me gusta. Creo que la mayor parte de la gente no lo ha leído, lo que ocurre mucho en este momento que vivimos. Opinamos sin informarnos demasiado. Yo mismo reconozco que puedo no estar bien informado, pero el problema que tenemos ahora mismo es que hay una polarización exacerbada que no contribuye a una convivencia sana. Hay que aprender a respetar sabiendo que los demás no tienen que pensar como nosotros. Sobre un gobierno de extrema derecha, no me gustaría y no me parece una solución saludable para nadie.

– En cuanto al cine, como arte con espectadores presenciales, ¿decaerá en detrimento de las series en casa?

– Hay una tendencia más clara de las salas de cine a tener supervivencia. El cine como mejor se disfruta es en comunidad. En casa, estás más solo que la una. Todo lo que tenga que ver con la comunidad es más saludable.

– ¿Con qué proyectos está ahora entre manos?

– Estoy con una obra de teatro, el “Tartufo” de Molière que estrenaremos en septiembre en Madrid donde estará hasta noviembre para después salir de gira hasta junio de 2022. Por otra parte, tengo previsto estrenar un documental sobre refugiados que se llama “Un viaje hacia nosotros”.

– ¿Es el director?

– No, yo he trabajado como productor y guionista. También aparezco como conductor de la historia.

– ¿Fueron a Lesbos, a Siria, a alguna parte de Europa?

– No, fuimos al Sáhara, al campamento de Tinduf. Ya lo conocía. Es un tema que me mueve mucho. Tengo bastantes amigos saharauis y he participado en el programa Vacaciones en Paz invitando a nuestra casa a una niña saharaui durante dos años. Estoy bastante sensibilizado.

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