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MindfulSEX

@a2c_ilustracions

En la pasada entrega de Salud&Placer os hablamos de una técnica psicológica que ayuda a aumentar el deseo sexual: el mindfulness. Nos habéis escrito preguntando en qué consiste, así que, como nos encanta “com-placer”, ¡aquí va una buena sesión de “mindfulSEX”!

Os pongo en antecedentes: en el año 2016, la investigadora canadiense Lori Brotto y su equipo se propusieron investigar las respuestas de la terapia de mindfulness en 79 mujeres con bajo deseo sexual o dificultades para excitarse.

Plantearon preguntas e hipótesis como que, con la aplicación de estas terapias, el impulso sexual y el deseo de estas mujeres aumentarían tanto de forma psicológica (la que manifestaban las participantes) como física. Para comprobar lo segundo usaron un fotopletismógrafo, un instrumento que mide las cantidades de flujo sanguíneo, para medir el que se acumulaba en las zonas genitales relacionadas con la excitación. Además, la investigación señalaba una relación directa entre la angustia provocada por las relaciones sexuales y la falta de deseo y establecía la hipótesis de que, al emplear esta terapia, se rebajaría esa angustia y regresarían el deseo y la excitación.

Os hago un spoiler de los resultados: con esta terapia se consiguió un aumento significativo del deseo sexual y una gran disminución de la ansiedad relacionada con el sexo.

Como con todos los términos que se ponen de moda, reconocemos la palabra mindfulness, pero seguramente no sepamos bien a qué se refiere. Aún no tenemos una definición científica y única de lo que es el mindfulness, pero se suele definir como la atención plena o conciencia plena; la capacidad que tenemos los seres humanos de focalizar nuestra atención en el presente y centrarnos en la experiencia o circunstancia que estamos viviendo en ese momento.

Si lo pensamos bien, no vivimos en una época de atención plena: tenemos grandes fuentes de distracción, como el teléfono móvil, que hacen imposible que nos centremos en los estímulos que percibimos del entorno y en cómo estos se relacionan con nuestro cuerpo. Es probable que esta relación extraña con los agentes externos esté incluso perjudicando a nuestras relaciones sexuales. “Follamos menos por culpa de Netflix e Instagram”: no me lo estoy inventando, esta frase la he escuchado en nuestro gabinete. Pues bien, ya sabemos qué NO es el mindfulness. Ahora toca saber qué puede ofrecernos.

¿Mindfulness y terapia sexual?

El mindfulness puede aplicarse a muchas cosas y, como os digo, no hay rigurosidad científica a día de hoy, pero en Salud&Placer nos apoyamos en las investigaciones más recientes, añadimos a esta terapia la psicoeducación sexual y aplicamos mindfulSEX en 5 pasos:

1. Me paro, respiro y observo mi cuerpo.

Con diversas técnicas y herramientas de entrenamiento en relajación y respiración, aprendo a conectar con mi cuerpo y mi mente y a observar mi cuerpo desde otra perspectiva. Este paso es fundamental y súper interesante, y se ha usado con éxito para cambiar el estilo de vida de una persona o para tratamientos contra la obesidad.

2. Me focalizo en mis genitales.

Una vez entrenada mi respiración y el resto de mi cuerpo, me paro a observar mis genitales física y mentalmente. Usamos la técnica del espejo y técnicas mentales como la de la mariposa, la de la rosa, la de la barra de hierro… ¡La imaginación y las metáforas en esta área nos han dado para mucho!

3. Me detengo y reviso lo que tengo.

Vuelvo a parar y observo lo que tengo como forma de ver la vida. Fijarse en lo que no tengo es demasiado agotador y frustrante para mi mente, así que le doy un respiro pensando cosas como “tengo unas sábanas nuevas preciosas”, “tengo una piel suave”, “tengo ganas de cambiar”… en vez de comerme el coco con pensamientos negativos como “no tengo un cuerpo perfecto”, “no tengo 20 años”, etc.

4. Utilizo un enfoque multisensorial.

Me fijo en todo lo que entra por mis sentidos. Una de las tareas que proponemos es taparte los ojos con un antifaz y degustar de esta manera un trozo de chocolate, fijándote en cómo huele, qué tacto tiene, cómo cruje al morderlo… Después, anota todas esas sensaciones.

5. Juego y fantaseo plenamente.

Este es mi paso favorito: ejercicios relacionados con fantasías sexuales, control corporal y de la respiración; hacer un análisis profundo de la experiencia con juguetes sexuales; experimentar con diferentes texturas, geles y aceites en contacto con la piel… Además de divertida, esta fase es súper importante porque amplía nuestro repertorio sexual y nos ofrece una nueva perspectiva de prácticas que igual ya habíamos probado pero que, con el filtro mindfulSEX, se convierten en algo totalmente nuevo. Para finalizar esta fase, como en los pasos anteriores, hay que tomar nota y escribir a modo de diario las sensaciones y cambios que hemos experimentado.

Este sería un pequeño resumen de lo que es el mindfulSEX. Es un camino entretenido y largo; requiere de mucha atención, de dejar a un lado el estrés y otras ocupaciones y también de un compromiso personal para crecer psicológicamente. No obstante, quien lo ha probado puede decir que, a la vista de los resultados, ¡¡vale la pena!!

Nos vemos en próximas entregas. Hasta entonces, os deseamos mucha salud y placer y os esperamos en nuestra web, www.saludplacer.com.

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