Paradela, paso inexcusable del Camino a Compostela, está lleno de tesoros. Este concello del suroeste de la provincia de Lugo, con parte de su territorio en la Ribera Sacra, guarda en cada una de sus dieciocho parroquias importantes capítulos de historia y monumentos. Uno tiene especial relevancia en la peregrinación a la tumba del Apóstol, ya que la tradición apunta a que en el monasterio de Santa María de Loio nació la Orden de los Caballeros de Santiago, fundada para la protección de los caminantes durante el medievo.
Situado en la parroquia de As Cortes, en el lugar de Loio, el origen del cenobio podría estar en las fundaciones del período Alto Medieval de carácter familiar y dúplice, que incluso algunos autores vinculan a la figura de San Martiño de Dumio, en el siglo V, y posteriormente relacionan con la regla de San Fructuoso y el desarrollo del monacato de tradición visigoda. Como testimonios del pasado quedan restos de un sarcófago antropomorfo y algunos materiales de la etapa prerrománica.
Con el tiempo, el monasterio pasó a ser una de las propiedades del Arzobispado de Santiago, y de lo que fue abadía solo queda la iglesia de nave única, reformada a través de los siglos. En el interior de este pequeño templo una imagen de Santiago parece recordar el origen de la Orden del mismo nombre, nacida para proteger a los peregrinos y el sepulcro del Apóstol. Algunas fuentes aseguran que este fue el primer asentamiento donde se reunieron doce caballeros para consensuar las bases y estatutos de la congregación en Galicia, hacia el año de 1170.
Muy cerca pasa la ruta PRG 14, que sigue el curso del río Loio a través de puentes, bosques de ribera y cascadas como la de A Ruxidoira o molinos como el de A Retorta. Una derivación se acerca hasta las ruinas del viejo monasterio entre la fronda. Una pista asfaltada continúa hasta el puente de A Ribeira do Loio, junto al embalse de Belesar, donde finaliza el recorrido.
Guarda Paradela otras joyas como el monasterio de San Facundo de Ribas de Miño, considerado la primera manifestación del gótico en la península. Perfecta simbiosis entre naturaleza y patrimonio, el conjunto se funda en el siglo XII para acoger a los peregrinos que se dirigían a Santiago. Tan hermoso como el monumento es el paraje en el que se ubica, rodeado de viñedos que descienden por las laderas del monte da Trapa hasta el Miño.
QUÉ VER
Ruxidoira: conjunto etnográfico
No hace falta recorrer todo el sendero PRG 14 para conocer la cascada da Ruxidoira, ya que un paseo que parte de la capital del municipio accede al conjunto etnográfico formado por la fervenza y un viejo molino hidráulico. Santa María de Castro de Rei.
VISITA OBLIGADA
Castro de Rei: historia de una abadía
El nombre del lugar, Mosteirovello, alude al viejo cenobio que hubo. Del monasterio de Santa María de Castro de Rei queda la iglesia, con ábside románico y restos de pinturas en su interior. Guarda una valiosa cruz parroquial del siglo XVIII.
GASTRONOMÍA
Productos típicos: viña y huerto
En la mesa no faltan hortalizas ni verduras de la tierra, ni tampoco los ingredientes que dan sabor al típico cocido, cuando es temporada, acompañado con castañas. Sin que falten los vinos de la Ribeira Sacra o la tarta de Paradela.
