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Chica de Ipanema

Helô Piñeiro (de verdadero nombre Heloísa Eneida Menezes Paes Pintos) tiene en la actualidad 75 años de edad y regenta una cadena de tiendas de biquinis en Río de Janeiro. De extracción social humilde, su calidad de vida mejoró notablemente cuando, maestra de escuela, en 1965 se casó con Fernando Pinheiro, empresario de una compañía de hierro y acero que, sin embargo, cayó en desgracia, lo cual derivó en que ella tuviera que hacerse cargo de los cuatro hijos que tuvo con su marido. Para ello, decidió probar en el mundo del espectáculo, en el de la moda y consecuentemente en el de la televisión, en los cuales, entre otras cosas, actuó en tres telenovelas, presentó otros tantos programas, hizo anuncios, supervisó un concurso de belleza y hasta protagonizó una serie cómica. Llegó, incluso, a ser portada de la revista Play Boy en dos ocasiones: la primera en 1987 y, la segunda, en 2003, esta vez en compañía de una de sus hijas, Ticiane, modelo profesional.

Algunos de estos hechos tienen su origen en uno de los paseos que, entre los 15 y 16 años de edad, Helô solía realizar camino de la playa de Ipanema. Concretamente al de un día en que Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes se tomaban unas copas en un bar, desde el cual vieron pasar a la chica. Ambos estaban dándole vueltas a la letra de una canción que estaban componiendo y que se iba a titular “Menina que passa”. Pero aquel día, a Vinicius de Moraes se le iluminó la bombilla de la inspiración y debió exclamar algo así como el equivalente a un “Eureka, ya los tengo!” en referencia a los primeros versos de la canción, que deben ser muy aproximados a lo que le comentó a Jobim cuando advirtió la presencia de la joven: Olha que cousa mais linda, mais chea de graça/ É ela a menina que ven e que passa/ Nun doce balanço caminho do mar. Así nació, en 1962, “La Chica de Ipanema” (“Garota de Ipanema”) que, según las estadísticas, es la segunda canción más interpretada de la historia, solo por detrás de “Yesterday” de los Beatles.

Helô ignoró que ella era la protagonista de la canción, ya convertida en un éxito, hasta que Jobim y Vinicius se lo confesaron en 1965. Sobre este encuentro, Helô ha contado que Tom Jobim se enamoró de ella y le pidió el matrimonio, pero ella lo rechazó, precisa y principalmente porque ya estaba comprometida con Pinheiro. Ambos, no obstante, mantuvieron una buena amistad que se consolidó todavía más cuando el célebre músico accedió a ser el padrino de la boda. A pesar de ello, la familia de Tom la demandó en 2001, tras la muerte de éste, por utilizar el nombre de Garota de Ipanema para sus tiendas de biquinis.

Y, en fin, hasta aquí la historia de esta chica de Ipanema que hechizó a dos genios y de la que, dicen, hogaño es una incondicional votante de Bolsonaro, ínclito presidente de Brasil.

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