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Cuatro tumbas sin cabeza

Francisco de Goya es la única persona en el mundo que cuenta con cuatro tumbas… y ninguna cabeza

Detalle de 'Vanitas', el óleo de Dionisio Fierros que supuestamente retrata el cráneo de Goya

Cuando el aragonés falleció en Burdeos en 1828, fue enterrado junto a su consuegro Miguel Martín Goicoechea (muerto en 1825) en el cementerio de La Grande Charteruse y cayó en el olvido, tanto que es un hecho probado que su tumba sufrió saqueos durante muchas décadas hasta que 50 años después se dio la voz de alarma en el gobierno español que empezó a moverse para intentar repatriar sus restos.

No sería hasta finales de ese siglo, concretamente, el 5 de junio de 1899 cuando definitivamente los restos mortales (o como veremos más adelante, lo que quedaban de ellos), fueron trasladados a España (la primera exhumación se hizo en 1888) tras la petición del país en unos trámites iniciados por Joaquín Pereyra (que fue el que alertó de la sepultura doble del pintor) casi 20 años antes, en 1980, cónsul español en la ciudad francesa.

Los restos tras su fallecimiento

La tumba original donde se enterró a Goya en Burdeos junto al torreón que se conserva en la plaza del Pilar; el óleo de Dionisio Fierros que supuestamente retrata el cráneo del propio Goya, y la sepultura actual del aragonés en San Antonio de la Florida en Madrid.

Cuando se abrió la tumba original, se encontraron con los restos de dos personas tan mezclados que era imposible separarlos y decidir cuáles eran de quién así que los restos de Goya se trasladaron conjuntamente con los de consuegro y se ubicaron entonces en el cementerio madrileño de San Isidro en el panteón de los ilustres junto a Juan Donoso Cortés, Leandro Fernández Moratín y Juan Meléndez Valdés. La sepultura conjunta está datada en mayo de 1900 y fue Joaquín de la Concha Alcalde el que diseñó una estructura que tuvo además una parte escultórica realizada por Ricardo Bellver.

Sin embargo, como si la inquietud que tuvo en vida todavía le acompañara en la muerte, los restos mortales de Goya apenas duraron dos décadas en ese emplazamiento ya que en 1919, se trasladaron a su ubicación definitiva (por lo menos, a día de hoy), en la iglesia de San Antonio de la Florida, cuya bóveda conviene no olvidar pintó el propio artista nacido en Fuendetodos, en 1798. Así, el 29 de noviembre de 1919, se produjo el traslado de los restos en una ceremonia a la que acudieron el marqués de Torrecilla, en representación del rey Alfonso XIII; el ministro de Instrucción Pública, el alcalde de Madrid (Luis Garrido Juaristi), Eduardo Dato, el conde de Romanones y Joaquín Sorolla, entre otras personalidades de la época.

En ella, cuentan que se introdujo en la sepultura un pergamino, firmado por Alfonso XIII, con el siguiente texto: “Falta en el esqueleto la calavera, porque al morir el gran pintor, su cabeza, según es fama, fue confiada a un médico para su estudio científico sin que después se restituyera a la sepultura ni, por tanto, se encontrara al verificarse la exhumación en aquella ciudad francesa”

Pero aún hay una tumba más… y es que la plaza del Pilar de Zaragoza (enfrente de la Lonja y junto a la escultura del pintor) cuenta con uno de los torreones que conformaban la primera tumba de Goya en Burdeos regalada por el consistorio de aquella ciudad que originalmente se instaló en el ya desaparecido Rincón de Goya en el parque Grande y que ahora está en la plaza donde, para muchos de los visitantes, pasa desapercibida. Burdeos, por su parte, cuenta con una copia que le regaló la ciudad de la capital aragonesa.

Hasta aquí la historia bastante ajetreada de los huesos de Goya pero aún falta el giro argumental que ha envuelto de misterio a Goya desde que se abriera la tumba de Burdeos a finales del siglo XIX… y es que su cabeza había desaparecido. Eso dio pie a un montón de leyendas sobre su cráneo pero la teoría más extendida es que fuera sustraído para hacer estudios frenológicos, algo muy habitual en la época ya que se creía que, con el cráneo, se podía estudiar la personalidad de una persona.

Óleo de Dionisio Fierros

Detalle de 'Vanitas', el óleo de Dionisio Fierros que supuestamente retrata el cráneo de Goya

Pero las vicisitudes no acaban aquí ya que en el Museo de Zaragoza se guarda un cuadro de Dionisio Fierros en el que supuestamente está pintado el cráneo de Goya fechado en… ¡1849! Eso supondría que él tenía la cabeza de Goya o, al menos, que habría tenido acceso a ella, lo que desató muchas leyendas como incluso una que decía que estaba en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca donde acabó explotando al realizar una serie de prácticas con ella. La realidad que parece que se está imponiendo es que la inscripción que hay en el óleo que indica que es un cráneo de Goya es probablemente mucho posterior y no se trate más que de un intento de engaño, tal y como recoge el propio Museo de Zaragoza: “Todo hace pensar en un letrero añadido posteriormente, verosímilmente en época reciente y con ánimo de revalorizar el óleo, engañando. La obra fue presentada (tras su compra) con gran ceremonia en el Museo de Zaragoza por su donante, D. Hilarión Gimeno, notable personaje y benefactor del Museo de Zaragoza sobre el que volveremos en otra entrega. Queda en la duda la intención del apócrifo letrero identificando el cráneo de Goya y sobre todo las ocultas intenciones de dicha acción, producida en un momento de revalorización importante de la figura de Goya”.

El año pasado, la historia dio un giro más que todavía está pendiente de resolución. Y es que en el 2019 se descubrió el cuerpo del ensayista Michel de Montaigne en Burdeos y, junto a su féretro, había un cráneo que se desconoce de quién puede ser por lo que dio pie a un sinfín de especulaciones con que finalmente podría haber aparecido la cabeza de Goya. Se anunció entonces que se iban a realizar pruebas de ADN sin que de momento se conozca nada más sobre el asunto.

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