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Parajes

En compañía del mar

En la ruta de Laxe a Traba el Atlántico es un excepcional compañero de camino, con panorámicas como las que ofrece la capilla de Santa Rosa o el Peñón do Castro. El colofón lo pone la laguna natural rodeada de dunas

Panorámica de Laxe con su magnífica ensenada. turismolaxe.gal

En la comarca de Bergantiños, la costas recortadas de Laxe participan del abrigo de la ría, donde en el mismo corazón de la villa se abre una bella ensenada de aguas tranquilas y limpias que se extiende a lo largo de dos kilómetros. La franja costera de este territorio atlántico está protegida por la Red Natura 2000 debido a su gran valor medioambiental y desde aquí parten varias rutas en las que el mar acompaña la vista y los pasos. Una de ellas es la que se allega hasta la laguna de Traba, una joya natural protegida por más de dos kilómetros de dunas.

El sendero corresponde con el PRG 114, que puede comenzar partiendo del mismo paseo marítimo. Antes o después es obligada una visita a Santa María da Atalaia, templo de finales del siglo XIV ubicado en un alto donde antaño se asentaban los cañones que defendían la bahía. De estilo gótico marinero, consta de una nave con un ábside cuadrado y puertas ojivales.

Iglesia de Santa María da Atalaia. visitacosta

El camino comparte los primeros quinientos metros con el PR G 70, que finaliza en Punta Ínsua, otra parada para contemplar el paisaje. Dejando atrás las últimas casas del núcleo urbano y la Fonte de Arriba, la capilla de Santa Rosa se alza con su estructura sencilla y su mucha devoción popular. En las inmediaciones quedan los vestigios de lo que fue un molino que aprovechaba el viento de la costa para su funcionamiento. Estuvo en activo hasta 1934, cuando llegó la electricidad. Las piedras se utilizaron para construir la ermita, muy cerca también de la Cruz del Navegante, que ya existía desde el siglo XVII.

Mirador y área de Punta Ínsua. turismo.gal

Continuando el trayecto aparecen otros miradores como el Peñón do Castro, con vistas magníficas tanto hacia Soesto como hacia Punta Ínsua. La playa, el puente sobre el Rego de Soesto, Punta Catasol, Arnado y Campo de Almozarro son otros puntos que se atraviesan hasta que empiezan a asomar las primeras dunas de la playa de Traba, en la parroquia del mismo nombre. Contando con la vegetación que la rodea, la laguna ocupa unas doce hectáreas de superficie. Protegida del mar por más de dos kilómetros de cordón dunar, es una de las joyas naturales de Galicia.

Vista del puerto de Laxe. laxe.net

Este espacio protegido destaca por la gran cantidad de aves que lo visitan, poco frecuentes en el territorio, convirtiendo el lugar en una auténtica reserva ornitológica. Una de las muchas leyendas de la zona dice que bajo la laguna está Valverde, una villa hundida en castigo por desoír las palabras del Apóstol cuando predicaba por estos pagos.

La ruta: Laxe-Traba

Duración: 2 h. 50 min.

Dificultad: Fácil 

Ruta: Señalizada PRG 114

Coordenadas: 43º13’11.0’’N/ 9º00’18.7’’O

Desnivel medio: 90 metros

Longitud: 8,5 kilómetros

  • Qué ver: Iglesia de Santiago

    Retablo en piedra
    La iglesia de Santiago de Traba conserva su traza románica, aunque con el tiempo fue experimentando reformas. En el exterior destaca su fachada-retablo con columnas salomónicas y sus muchas y bien talladas figuras, como la de Santiago ecuestre en una hornacina o la de la Virgen subiendo al cielo con el Padre Santo recibiéndola, entre otras.

  • Visita obligada: penedos de traba

    Rocas monumentales
    A Pena dos Mouros, Pena Forcada, O Castelo y la Torre da Moa son las cuatro cumbres que rodean el valle del Traba, abierto al océano con la playa y la laguna. Cada uno con sus leyendas, sorprenden las formas caprichosas de las rocas.

  • Gastronomía: manjares de la ría

    Mariscos y pescados
    Viviendo de cara al mar, en la gastronomía de Laxe están a la mesa los más frescos manjares de la ría en forma de pescados y mariscos. En la comarca tienen fama los percebes, el longueirón y el pulpo, aparte de otros productos marinos.

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