En tierras de A Limia, en Porqueira la naturaleza y la historia conviven en armonía tanto para ofrecer monumentos de alto valor patrimonial como parajes sorprendentes. Uno de ellos es el que rodea las fervenzas de Fírbeda, donde las rocas afloran con formas caprichosas y entre la fronda habita variedad de fauna y flora. Una ruta permite acceder hasta la gran caída de agua.

Otro de los tesoros de este concello es la Torre da Forxa, en el lugar del mismo nombre, fortaleza medieval destinada a vigilar las incursiones invasoras, especialmente de portugueses e ingleses, así como el control de la laguna de Antela. Formaba parte del conjunto defensivo compuesto por otras torres como la de Sandiás, la da Pena, y la de Celme. La tradición dice que en ella pudo habitar el rey García I. Más tarde fue donada por Alfonso VII al obispado de Ourense y pasaría a ser monasterio de la Orden de San Jerónimo. De gran valor histórico, conserva su magnífico porte de más de veintitrés metros con cuatro plantas. Antaño permitía controlar todo el valle en su camino por la antigua Vía Nova romana. Cerca de la torre se encuentra un castaño centenario, probablemente testigo de múltiples avatares de la historia.

Torre da Forxa

A pocos metros de esta torre discurre el río Fírbeda –también con la grafía “v”–, donde hay que seguir la ruta ascendente que conduce a la fervenza del mismo nombre. La corriente debe atravesar un corto cañón por el que baja encajada formando un espectacular paisaje. Son diferentes los saltos de agua que surgen en el camino, componiendo diversos miradores naturales. En el trayecto aparecen viejos molinos hidráulicos varias veces centenarios. El bosque atlántico que rodea el río y el valle es otro de los muchos atractivos de estas tierras rayanas.

En A Forxa está el conjunto de hórreos rehabilitados en el centro del pueblo, con sus característicos pies de granito y madera en color rojo. Los hay de cuatro, seis y ocho pies. Los puentes son otros elementos monumentales en este hermoso concello ourensano. Entre ellos está A Ponte Vella, de cuatro vanos y calzada pétrea, junto al que existe un área recreativa y un espacio fluvial.

Este viaducto conduce a la iglesia parroquial de Santa María la Real, magnífico templo barroco de grandes dimensiones e interesantes detalles, tanto en el exterior como en el interior, donde se conservan los retablos rococós fechados en 1798. También son de interés las pinturas y las tallas, como las dedicadas a la Virgen de la Asunción, del Rosario, San Antonio o San Roque, entre otras.

Ponte Vella de A Forxa turismo.gal

Qué ver:

Esplendor monacal-Bon Xesús de Trandeiras

El cenobio del Bon Xesús data del siglo XVI y fue abandonado tras la invasión francesa. Aún pueden verse los restos de las cuadras, las bodegas y otros espacios, además del jardín con el imponente claustro. Su tamaño denota su antiguo esplendor.

Visita obligada:

Castelaus-Carballeiras

En este lugar existen carballeiras de frondoso y largo pasado. Una ruta une las carballeiras de Castelaus, en Calvos de Randín, con las fervenzas del río Fírbeda, en Porqueira. Puentes de madera y bosques de cuento acompañan el camino.

Gastronomía:

Productos autóctonos

Las razas limianas, además de sus buenas aptitudes para el campo, están consideradas unas de las mejores para la producción de carne. En la comarca también se elaboran embutidos y los y reputados productos de huerta del territorio.