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Juan Tallón - Escritor

“No salimos mejores de los grandes retos”

“La vida consiste en estar tropezando continuamente en los mismo errores; nos gusta decirnos que a la siguiente no pasará, pero sí pasa, volvemos al ritmo de la noria”

El escritor y periodista ourensano Juan Tallón

Una explosión en un piso de Lyon habitado por una familia de origen marroquí se cobra la vida de varios jóvenes, algunos de ellos estudiantes Erasmus que celebraban una fiesta en otra vivienda del mismo edificio. Este acontecimiento es el punto de partida de “Rewind”, la cuarta novela del escritor, licenciado en Filosofía y periodista gallego Juan Tallón (Vilardevós, 1975), que aborda el duelo narrado tres años después por testigos y víctimas del suceso. La fragilidad del ser humano, su capacidad para rehacerse tras romperse en pedazos, los fantasmas del pasado y la imposibilidad o posibilidad de rebobinar son algunos de los temas que el autor trata en esta obra.

– La novela “Rewind” se publicó antes de la pandemia y trata sobre cómo sobrevivir a una hecatombe, ¿tiene algo de visionario?

– Salió a la venta en las librerías en febrero de 2020 y un mes y medio después millones de personas en el mundo estábamos confinadas. En ese sentido las circunstancias hicieron no que se volviera profética pero sí que adquiriera una nueva lectura, ya que habla de un futuro inesperado que no tiene nada que ver con el pasado, de como la vida cambia para siempre en pocos segundos para un grupo de personas.

– Primero escogió la estructura multinarrativa- contada por cinco personajes- y luego la historia, ¿lo hizo por el placer de experimentar?

– Es un modo muy extraño de trabajar, poco recomendable y no académico, pero a veces la literatura consiste en hacer frente a circunstancias de gestación poco comunes. Sabía que quería escribir una historia en multiperspectiva, en la que distintos personajes y por tanto distintas miradas nos contasen algo común. Ese era mi punto de partida, pero no tenía el acontecimiento que los personajes iban a referir. Primero fue el cómo y luego en un proceso de reflexión fui ideando el qué, el dónde y el cuándo.

– Así que en lugar de suceder una explosión relacionada con el fundamentalismo islámico podría haber sido un accidente de avión.

– Sin duda. Es una explosión en una casa en la que viven una serie de personas que tienen relación con grupos extremistas, pero la novela no quiere responder a esa pregunta, no es relevante que haya sido un atentado o un accidente. Decidí que fuese una explosión por una carga explosiva y no por una bombona de butano. Situé la novela en Francia porque ha sufrido en los últimos años una serie de ataques terroristas con ese origen y en Lyon porque es un ciudad universitaria y quería que los protagonistas fuesen un grupo de amigos Erasmus. La novela quiere ser una oda a la amistad y a la juventud, que se cree indestructible y desconoce lo frágil que es la vida: Habla de como pese a ser frágiles, somos casi indestructibles, nos rompemos en mil trocitos y no por ello caemos derrotados; somos capaces de rehacernos. La vida nos manda retos y después de cada golpe sacamos una nueva versión de nosotros mismos.

"Tenemos más acceso a la información que nunca, pero ante tantos datos seleccionamos como verdad la versión de los hechos que amamos; Hemos creado la ficción de que somos más libres que nunca"

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– ¿Qué le ofreció la narración en multiperspectiva y qué dificultades encontró para meterse en la piel de personajes psicológica, social y culturalmente tan diferentes?

– En esas dificultades se verifica, a mis ojos, la belleza de la literatura. Resolver una dificultad es un microacontecimiento de gran vértigo y emoción como escritor. Cada uno de los narradores tiene algo muy particular y muestra un carácter, profundidad distinta a la de los otros, ha de tener su propia idiosincrasia y aportar a la historia algo diferente. Diría que la mayor dificultad fue dosificar la información, que cada personaje la vaya dando lentamente, para mantener el interés del lector.

– Como filósofo y pensador, ¿cómo cree que saldrá el ser humano de esta pandemia y qué ha aprendido usted?

– Uno no aprende de un modo consciente de los retos que le envía la vida. He constado lo frágiles que somos, lo inciertas que son las seguridades que tenemos, que estamos solos pero a la vez acompañados y, en general, que las personas no aprendemos, es decir, no salimos mejores de los grandes retos, simplemente salimos adelante como podemos y con el paso del tiempo olvidamos lo que nos costó, volvemos a estar rodando en la noria de la vida, nos sometemos a su velocidad. La vida consiste en estar tropezando continuamente, a veces en los mismos errores. Nos gusta decirnos que a la siguiente no pasará, pero sí pasa. No sé realmente qué he aprendido, simplemente he hecho lo que he podido para salir adelante y sin poder evitar que dentro de un tiempo incurra en los fallos de siempre.

El escritor y periodista ourensano Juan Tallón Pablo Araujo

"En mi etapa como corresponsal en Santiago. El discurso político (Fraga y Beiras) todavía aún no se había empobrecido ni degenerado, La vulgaridad no copaba los espacios de poder"

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– Y como periodista, ¿qué opina del tratamiento informativo en esta crisis, las fakes, la desinformación, las redes sociales, ...

– Estamos sometidos a este mundo complejo al que nos ha llevado el progreso. Es cierto que tenemos más acceso a la información que nunca pero al generar tantos datos se crea también confusión y cada vez tenemos más dificultades para separar lo cierto de lo que no lo es. La verdad parece ser una cuestión de amor y si tú amas una versión de los hechos para ti eso es la verdad. También hay una gran regresión, hemos creado la ficción de que somos más libres que nunca, hemos originado a los nuevos ofendidos y, víctimas del miedo, nos sometemos a niveles de autocensura que no conocíamos desde hace años .

–¿ De su época como periodista qué lugar ocupa cuando cubría la información de Manuel Fraga?

– Creo que ahí toqué techo y desde entonces mi vida profesional no ha sido más que una caída por la pendiente. Vivo en una perpetua nostalgia, recuerdo esa etapa de corresponsal de un periódico de provincia en Santiago como mis mejores años. Pasaban cosas capaces de enriquecerme, el discurso político todavía no se había empobrecido ni degenerado. La vulgaridad y la mediocridad aún no habían copado todos los espacios de poder político como ocurre ahora. Fraga, con todo lo que significaba, tenía un discurso; y frente a él estaba Beiras. Sigo escribiendo en los medios, aunque estoy desencantado con la profesión periodística, para dedicarle el mayor tiempo posible a lo que realmente me gusta hacer: que es la literatura y la ficción. Todo en mi vida esta planeado para preservar esa felicidad.

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