Sé muy poco de cine pero tengo interlocutores amigos que me dan las pistas para afirmar con solvencia que el cine gallego está en su mejor momento, una larga primavera ya que cada año sigue dando que hablar. Por ejemplo. Hoy concluye el Festival Márgenes, encuentro de cine que se ha ganado un respeto (mucho antes de la aceleración digital por el Coronavirus) por ser el referente del mejor festival internacional online de cine independiente, que resiste desde hace diez años apostando por el cine más autoral y combina proyecciones en la Red con presenciales en salas de Madrid. Y gracias a margenes.org (y a su director Diego Rodríguez) en esta edición fue posible ver online películas como la recién estrenada Lúa Vermella , del vigués Lois Patiño, Ons, de Alfonso Zarauza, de quien hablé la semana pasada y que se estrenará en los cines el 18 de diciembre (con pase privado hoy en el vigués Museo del Mar), o Nación, de mi amiga la veterana siempre joven y rebelde Margarita Ledo, que viene de recibir el Premio a Mejor Dirección en el Festival de Sevilla. Estas dos últimas, Ons y Nación, las pudimos ver en la sección Scáner.
Y en la sección de este festival Más allá del espejo, donde dialogan las películas más disidentes e importantes de la década, volvimos a encontrar otros títulos gallegos como Las altas presiones de Angel Santos (que habita Vigo y tomó para esa peli localizaciones de la ría), o de Eloy Domínguez Serén, su No cow on the ice rodada en Suecia sobre su experiencia emigrante allí), o la multipremiada Costa da Morte de Lois Patiño, o de Eloy Enciso su Longa Noite, de la que he hablado en varias ocasiones porque conozco muy bien a su productora, la guardesa Beli Martínez. Y el premio especial Márgenes se lo otorgaron a este año a nuestro gran Oliver Laxe. Se trata de una nueva ola en todo regla la de nuestro cine, una fiebre de talento que no cesa y se renueva. Hoy todo festival de cine de autor que se precie incluye títulos del Novo Cinema Galego. Y este cine es nuestra mejor carta de presentación, cine gourmet, auténtico, sin concesiones,que da a conocer Galicia sobre todo fuera de Galicia.
Pero siguiendo con el cine llevo unos días queriendo hablar de 9 Fugas, de Fon Cortizo, que se ha hecho con el premio a Mejor Película en la Sección Retueyos del Festival Internacional de Cine de Gijón. Se trata de una obra innovadora, un documental con estrategias de ficción y performativas, y al tiempo un musical contemporáneo, híbrido novedoso y libre en sus formas. Y sobre todo, muy, muy vigués. Una película que tiene como base la improvisación de una orquesta de músicos originalísimos, creadores experimentales como Macarena Montesinos, David Santos, Lar Legido o Xabier Bértolo, que Fon Cortizo aprovecha como hilo conductor de esos 9 capítulos que son derivas, fugas, islas sorprendentemente bien hiladas que tratan temas como la memoria, el tiempo, la opresión.
En localizaciones como A Illa de San Simón, astilleros o la zona portuaria, con actores afincados en Vigo como Maria Roja o la bailarina Olga Cameselle, o las integrantes de A Panadaría que se formaron en la ESAD. Todos huyen, es una película que es movimiento continuo y huida. Fon Cortizo es joven pero de tanto currar ya es un veterano, como diría Godard “un obrero del cine”, que pone su foco en la lengua y la palabra en trabajos anteriores que ya obtuvieron reconocimiento como Contrafaces, Aysha o Americano.
Que en un período de tiempo tan corto tantas películas gallegas estén ganando tantos premios o, simplemente, estén presentes en tantos festivales prestigiosos no puede ser por azar. El tiempo aquí no me permite citar más que lo más presente, y me he centrado sobre todo en cineastas de Vigo. Preparando este artículo me cuentan que Álvaro Gago está preparando un largometraje que parte de su corto Matria, aquel sobre las trabajadoras de la conserva premiado en el mismísimo Festival de Sundance, y de que Noemí Chantada, cineasta viguesa también sigue recogiendo premios con su corto Xoves de Comadres, sobre la soledad y el abandono de la tercera edad. Forest fortuna adiuvat. La fortuna sonríe a los valientes.
