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La violencia de género: un problema de salud pública

La violencia de género: un problema de salud pública @a2c_ilustracions

Todavía resuenan los ecos del 25N, y seguimos teniendo la obligación de visibilizarlo y no guardarlo al fondo del cajón, primero como profesionales del sector sanitario y luego como terapeutas y personas razonables. Tristemente, en algunos frentes (como ciertos sectores muy localizados de atención primaria) parece que se olvidan del día y ni siquiera lo mencionan en sus redes ni páginas web, quizá porque piensan que es una lucha exclusivamente política.

No voy a negar que la política está muy metida en este tema, pero esto es algo que nos afecta como sociedad, que no entiende de colores políticos, ni de modas, ni de posturas radicalizadas: es un problema de salud pública y, aunque la actitud de un par de insensatos sea de ocultar, no queremos que este hecho desdibuje el grandísimo trabajo que realiza la atención primaria con este problema.

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Os cuento: la Organización Mundial de la Salud declaró la violencia de género como un problema de salud pública hace cerca de 25 años. Como tal, las administraciones sanitarias tienen la obligación de realizar tareas de promoción y prevención de la misma para detectarla cuanto antes. Existe un real decreto que incluye esta atención en tu centro de salud.

El centro de salud es un lugar privilegiado por muchos motivos: se tiene más confianza con el o la profesional que te atiende porque te conoce, y las mujeres víctimas de violencia de género tienen más necesidad de atención sanitaria, ya que enferman más.

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Violencia de género y COVID-19

Durante estos meses de pandemia han aumentado los casos de violencia de género y su gravedad: crecen los conflictos intrafamiliares; las mujeres tienen menos autonomía y, por lo tanto, mayores dificultades para pedir ayuda; estar tanto tiempo en casa aumenta la exposición de menores y personas dependientes a la violencia de género. También se ha agravado la situación de las mujeres prostituidas y objeto de trata.

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Objetivo: aumentar la detección precoz

En atención primaria se realizan tests de cribado y entrevistas cuando se tienen sospechas. Si la mujer reconoce que existe el problema, se trabaja en equipo, intentando que la persona maltratada no quede fuera de su comunidad y de sus redes de apoyo fundamentales. Es un trabajo de acompañamiento, respeto y apoyo.

Muchas veces vemos la medicina como prescriptora; sentarte delante de una persona con bata blanca puede imponer, pero en este caso es maravilloso ver el protocolo de estos profesionales que, muchas veces, están en el rural de aquí para allá con su coche, o que solo tienen cinco minutos por paciente y que aun así tienen actitudes de escucha, empatía y comprensión.

Este estupendo trabajo lo hacen en los centros de salud, y ahora ¿qué podemos hacer nosotras y nosotros? Si encuentras algún caso en el que sospeches que existe violencia de género, las actitudes más importantes que debes tener en mente son:

  1. –Escuchar atentamente, tratar de empatizar y no juzgar.
  2. –Ayudarla a eliminar el sentimiento de culpa, muy común en los casos de maltrato (sobre todo si hay hijos).
  3. –Preguntar si necesita algo: ¿qué necesitas?, ¿en qué te puedo ayudar?
  4. –Mostrar comprensión y hacerle ver que no está sola.
  5. –Animarla a que use los servicios de apoyo.
  6. –Respetar su confidencialidad y mostrar discreción.
  7. –No presionarla a tomar medidas: si insistes demasiado, puedes hacer efecto rebote.

Si aportamos nuestro pequeño granito de arena, acabaremos poco a poco con esta lacra social.

Me gustaría agradecer y dedicar hoy estas líneas a Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) y, en especial, a la Dra. Guerrero por toda la información, la entrega y el espacio dedicado a la sexualidad en todas sus dimensiones.

Para más información relacionada con este y otros temas, estamos disponibles en www.saludplacer.com. ¡Hasta pronto!

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