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Luis Tosar: ”Hay que haber sufrido para entender a los que sufren”

“Hace bastante tiempo, mucho antes del Covid, que tengo la sensación de que ya vivimos en la sociedad controlada de Gran Hermano”

El actor gallego Luis Tosar Manu Gutiérrez

Dos décadas después de su participación en “Mareas Vivas” de TVG, Luis Tosar protagoniza una serie de televisión, algo que no había hecho desde entonces. Se titula “Los favoritos de Midas” y se ha convertido en uno de los éxitos del año de la plataforma Netflix. La trama tiene un arranque fulgurante: un poderoso hombre de negocios, Víctor Genovés (Tosar) recibe una carta de advertencia y amenaza: o paga una cantidad determinada de dinero (una millonada) o sus remitentes comenzarán indiscriminadamente a matar personas anónimas en las mismas narices del propio empresario.

-Una de las razones que le animaron a protagonizar “Los favoritos de Midas” es que la dirige Mateo Díez. ¿Se esperaba encontrar con el tipo de director que imaginaba o le han sorprendido algunos detalles de su manera de dirigir?

-Mateo es un director que tiene muy claro lo que quiere transmitir, que es extremadamente meticuloso, y que trata con un cuidado muy especial hasta el detalle más mínimo, lo cual es una característica que me atrae mucho, entre otras razones porque en este cuidado por el pequeño detalle reside en gran parte lo que diferencia los grandes trabajos audiovisuales de los que simplemente son buenos e incluso mediocres. Mateo es muy ambicioso en sus proyectos y nunca utiliza la brocha gorda, siempre opta por el pincel, hila muy fino, y es capaz de construir historias muy complejas partiendo de pequeñas cosas. Supongo que esto tiene mucho que ver con su condición de magnífico guionista, algo que se nota en sus películas y por supuesto que también en “Los favoritos de Midas”.

"No tengo ningún reparo moral en interpretar cualquier personaje, por muy repudiable sea, siempre que la obra concuerde con mi ética personal”

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-Su personaje, Víctor Genovés, no es precisamente un ejemplo moral a seguir: tiene el dinero para pagar a los que lo amenazan, pero.... Javier Bardem decía que nunca interpretaría a un etarra, y su compañero de reparto, Willy Toledo, sostiene que jamás encarnaría a un personaje que ensalzase el fascismo. ¿Qué tipo de límites éticos pone usted a los personajes que le proponen interpretar?

-Coincido con Javier y Willy, pero con un matiz. Yo sí interpretaría a un etarra siempre y cuando el mensaje de la obra fuese pacifista y antiviolencia, aunque el etarra fuese en sí mismo un personaje violento y repudiable. Así pues, en lo que puedo diferenciarme, en este aspecto, de lo que ellos dicen, es en que yo no hago especial énfasis en la catadura moral del personaje sino en lo que quiere transmitir la obra en conjunto, y en que ese mensaje, esa ideología de la obra, concuerde con mis principios morales. Estando de acuerdo con ese mensaje, no pongo ningún reparo a interpretar cualquier tipo de personaje que me atraiga profesionalmente. Yo nunca me involucraría, por ejemplo, en un proyecto en el que se hiciese apología de la violencia o de la xenofobia.

-Jack London escribió la novela en que se basa la serie hace más de cien años. ¿Cree que hace un siglo hubiese habido muchas más personas dispuestas a pagar lo que se les pide que ahora mismo; es decir, que en general, hoy por hoy, somos más del “Sálvese quien pueda”, que somos más egoístas e insolidarios?

-De lo que dudo es de que hoy en día seamos mejores, sí. De hecho, tengo la sensación de que el ser humano no ha evolucionado de manera especialmente positiva a lo largo del último siglo. Pero lo que también es cierto es que las circunstancias cambian y es verdad que, en la actualidad, estamos más protegidos por el anonimato debido a este mundo virtual en el que vivimos y que nos “protege” de los malos actos que pudiéramos cometer. Pero, por otro lado, también estamos más expuestos, somos más vulnerables, estamos más en el punto de mira si se nos quiere señalar y, por lo tanto, corremos mayor riesgo de convertirnos en chivos expiatorios. Víctor Genovés es un tipo que, por un lado, se puede escaquear y traspasar las responsabilidades a otros, pero, por otro, está más expuesto. Yo creo que hace cien años la gente era más comunitaria que hoy en día, donde quizás tengamos una falsa sensación de comunidad o, si lo prefieres, de que nuestro sentido de pertenencia a la comunidad es más virtual que real.

"Nuestros datos personales están rodando por el mundo desde el momento en que compramos un teléfono móvil"

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-En “Los favoritos de Midas” se plantea la cuestión del control social: ¿Vivimos ya en el Mundo de Gran Hermano que adelantó Orwell y no nos hemos enterado?

-La verdad es que hace tiempo que tengo la sensación de que vivimos en ese tipo de sociedad. Nuestros datos personales están rodando por el mundo desde el momento en que compramos un teléfono móvil. Pero sí que nos hemos dado cuenta, lo que ocurre es que intentamos seguir porque tenemos una necesidad de adaptarnos a eso, y en ese proceso estamos. Hay que asumir que la realidad es así, el dilema es cómo actuamos ante ello.

-Toda violencia, todo terrorismo, todo asesinato es, en principio, execrable, y más si proviene de los poderosos, gente como estos “favoritos de Midas”….pero ¿existe el derecho legítimo a utilizar la violencia ante una situación injusta?

-A mí es que no me gusta ni me gustará nunca la violencia, y lo digo sincera y radicalmente. No me parece legítima ni asumible ningún tipo de violencia. Otra cosa es que yo pueda comprender los estallidos de violencia provocada por la presión que se ejerce en la sociedad en muchos ámbitos, pero ni aún así lo apruebo, no me gusta que la gente reivindique sus derechos utilizando la violencia. De todas formas, reconozco que es muy cómodo hacer este tipo de cábalas cuando se está muy cómodamente en casa, pero si uno vive bajo un régimen represor, dictatorial, hermético, seguramente habría que plantearse qué hacer, qué medidas tomar, pero en todo caso serían medidas extremas para acabar con situaciones extremas en las que está en juego la propia supervivencia.

"Debemos tropezar varias veces en la misma piedra, sufrir en nuestras propias carnes para darnos de cuenta de lo que le pasa a otros y para poder comprenderlos"

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-Todo parece indicar que habrá pronto una vacuna contra el Covid. ¿Qué tipo de vacuna haría falta para detener la corrupción, la desigualdad, la intolerancia, la insolidaridad, la destrucción del planeta…?

-Me parece que una vacuna no vale en estos casos, porque una de las ideas características de las vacuna es que nos inoculan el virus dentro de nosotros. A mí lo que me parece es que los seres humanos somos así, y que debemos tropezar varias veces en la misma piedra, sufrir en nuestras propias carnes para darnos de cuenta de lo que le pasa a otros y para poder comprenderlos. Hay que haber sufrido para entender qué le pasa a los que sufren y, aún así, no se garantiza el éxito porque, sinceramente, somos una raza muy complicada.

"En cuanto la pandemia termine, volveremos a ver películas en las salas de cine tal y como antes"

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-¿Intuye que esta pandemia es el prólogo del fin a la costumbre de ir al cine (con sus ritos, su café, sus charlas entre amigos tras la proyección)…y que quienes hacen películas deber ser conscientes de que mayormente van a ser vistas desde casa?

-Es que no tengo claro que la manera de ver cine vaya a cambiar tan radicalmente, soy más optimista en ese sentido. Es cierto que el mercado cinematográfico viene cambiando desde hace tiempo, pero entiendo que, en cuanto la pandemia termine, volveremos a ver películas en las salas de cine tal y como antes.

-¿Y será el mismo tipo de cine?

-Pues no, pero esto viene ocurriendo desde hace ya bastantes años: ya no se podrá hacer el mismo cine ni el tipo de cine que se hacía antes, pero no antes de la pandemia, sino antes incluso del siglo XXI. Me inclino a pensar que se va a polarizar el tipo de producciones, que se abrirán más los contenidos y que, a nivel artístico, entiendo que será un cine más contructivo, más abierto y más culturalmente diverso.

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-¿También las series formarán parte de ese cine del siglo XXI?

-No, las series son y seguirán siendo series. Lo que sí ha cambiado es el propio formato de las series. “Los favoritos de Midas” es un ejemplo de este cambio, con un reparto potente tanto actoral como de dirección y técnicos. Ya pocos se plantean en el mundo de la televisión que las series tengan que durar años y más años porque en eso consistía su éxito. Digamos que estamos en el tiempo de las miniseries, que no sólo han ganado al público, sino que también dan prestigio a los que las emiten y a los que participan en ellas.

-Desde el punto de vista del actor ¿en qué cambia su trabajo en función de que esté rodando una película o una serie?

-En nuestro caso, no cambia mucho. En “Los favoritos de Midas” prácticamente no cambia nada, ni siquiera en estructura logística. Ha sido como si estuviésemos rodando un largometraje.

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-Poco que ver con lo que hacía en “Mareas Vivas” hace ya más de veinte años.

-Poco no, casi nada, y aquí ya no me refiero a los contenidos, sino al modus operandi. La dinámica en “Mareas Vivas” era absolutamente distinta. Aquello era televisión pura y dura, lo digo en cuanto a logística y dinámica del trabajo.

-Chano Piñeiro soñaba con un cine gallego, en gallego y con industria cinematográfica propia. Usted cree que el actual prestigio de que gozan los actores y actrices gallegos, los directores, los técnicos…¿es una manera de ver cumplido ese sueño?

-Estamos todavía muy lejos de que el sueño de Chano se cumpla tal cual, pero lo cierto es que hemos conseguidos muchas cosas en estos últimos años, entre ellas colocar la marca Galicia en el cine español e internacional y darle salida a muchas producciones gallegas que,hoy en día, tienen más fácil su difusión, y su éxito, que hace 10 o 15 años. Es un camino en la que hay que seguir avanzando.

El director Chano Piñeiro en 1992 Magar

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