En la comarca de A Paradanta, limítrofe con Portugal y con el Miño serpenteando como telón de fondo, Crecente es concello de pródiga naturaleza y legado milenario con una vía romana y un itinerario del Camino portugués a Compostela. Abundan los monumentos, las viñas y miradores como el del Pozo do Inferno, donde el río Ribadil discurre formando pozas y hermosas cascadas. El lugar fue acondicionado con pasarelas y una pequeña plataforma metálica desde las que disfrutar las vistas del paraje. Una de las piscinas más profundas parece atravesar la tierra y sumergirse en la negrura del averno, de ahí el nombre atribuido en el imaginario popular.
Por ser afluente del Miño, el Ribadil está integrado en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del Baixo Miño, que engloba toda la margen gallega miñota, incluyendo sus riberas, desde la presa de Frieira hasta la desembocadura en A Guarda. Pertenece también a la Red Natura, en una zona caracterizada por la presencia de robles, alcornoques, laureles, sauces y otras especies típicas de los bosques de ribera.
La zona forma parte del Sendeiro de Vilar y en el transcurso aparecen diversos elementos de interés. Cerca del viaducto conocido como A Ponte se encuentran los restos de lo que antiguamente fue una central eléctrica que suministraba energía a las localidades vecinas y ejerció también de aserradero en otra época, se supone. Todavía se puede observar el gran canal que llegaba hasta esta industria hidráulica.
Junto al Pozo do Inferno existe un antiguo molino harinero de larga existencia, lo mismo que otros ingenios que aparecen en el trayecto, algunos en buen estado de conservación. Una vieja aldea con casas de piedra, cruceiros y capillas son otros elementos que surgen en este itinerario en el que el agua es todo un espectáculo en forma de rápidos, fervenzas y remolinos, además del rumor constante que acompaña el camino. Las piedras cubiertas de musgo y la vegetación que colorea el entorno añaden aspecto de bosque encantado a esta ruta de baja dificultad.
El sendero es uno de los muchos atractivos de Crecente, concello que tiene en la torre de Fornelos una de sus señas de identidad, junto a otros elementos patrimoniales como la iglesia de San Pedro o la ermita de la Virgen del Camino. Del pasado solariego quedan como testigos los pazos da Fraga y de Barreiros. Hay otros miradores, como el conocido Coto da Cruz y otras sendas posibles, como la del Miño o la de la lamprea.
La ruta: Sendeiro do vilar
Duración: 2 h. 20 min.
Dificultad: Fácil/media
Ruta: Señalizada
Coordenadas: 42°09’′09’’″N 8°13’′21’’″O
Desnivel medio: 200 metros
Longitud: 9,2 kilómetros (con variantes)
Qué ver: miradores- Balcones al Miño
Crecente cuenta con diversos miradores con vistas espectaculares, como el de As Fichocas, desde el que se divisa todo el valle y los pueblos limítrofes de Portugal y España. También el de Coto da Cruz o el del Alto de Guillade.
Visita obligada: virgen del camino- Ermita secular
Existen numerosas iglesias y capillas en todo el municipio, todas dignas de visita. En una antigua ruta del itinerario jacobeo se encuentra la capilla de la Virgen del Camino, con un cruceiro románico de gran valor. La iglesia es del siglo XIV.
Gastronomía: lamprea y vino- Sabores miñotos
Si hay un plato famoso en estas tierras rayanas es la lamprea, que, además de en temporada, puede consumirse a lo largo del año en su modalidad seca. Acompañada de los vinos de la zona, que tienen D.O. Rias Baixas.