Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El desafío de los buenos empleos

La falta de trabajo estable, con unos salarios que sean suficientes para construir una vida de clase media, contribuye al aumento de la polarización política

Manifestación sindical por el derecho a un empleo digno en las calles de Vigo Archivo FdV

El reto principal de las sociedades desarrolladas es la creación de buenos trabajos, especialmente en aquellas comunidades que en las últimas décadas han perdido bienestar y oportunidades como consecuencia de la desaparición de empleos provocada por la deslocalización de empresas y la competencia de las importaciones procedentes de Asia. Mientras no se afronte este problema, el crecimiento económico estará por debajo su potencial, no tendremos prosperidad inclusiva, nuestras sociedades permanecerán malhumoradas y nuestras democracias estarán en riesgo de caer en manos de populistas autoritarios.

Las elecciones presidenciales norteamericanas han vuelto a poner de manifiesto la importancia de este factor a la hora de explicar el apoyo de muchos votantes de esos lugares a Donald Trump. Cuando escribo este artículo, el miércoles pasado, aún no se ha despejado la ansiedad y la incertidumbre sobre el resultado. Pero, sea cual sea, se ha vuelto a poner de manifiesto la importancia decisiva que tiene la falta de buenos empleos en la polarización política que experimentan las democracias de las sociedades desarrolladas.

La influencia de la falta de buenos trabajos en el apoyo electoral a dirigentes populistas autoritarios es un hecho que ha sido contrastado por las investigaciones de diferentes economistas. Así, David Autor, un economista del prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachutes), y sus colaboradores, han documentado de forma muy consistente como en aquellos condados (municipios) de Estados Unidos que más han sufrido el efecto de las importaciones chinas el voto a Trump es proporcionalmente más elevado.

Para evidenciarlo, construyen dos mapas. Uno recoge la perdida de empleos que han sufrido los condados desde los años noventa, fecha en que se intensificó el proceso de hiperglobalización y surgió la competencia de manufacturas chinas. Otro recoge la intensidad del voto a Donald Trump en esos municipios. Al superponerlos, se ve de forma clara que el voto a Trump es mayor en aquellos condados donde más empleos se han perdido por la competencia de las importaciones. Esto les permite identificar un “efecto China” tras la polarización que sufren las democracias liberales occidentales.

La influencia de la falta de buenos trabajos en el apoyo electoral a dirigentes populistas autoritarios es un hecho contrastado por los economistas

Comprueban que ha ocurrido lo mismo en el caso del Reino Unido con el Brexit. Utilizando la misma metodología de los dos mapas, los autores demuestran que el voto a favor del Brexit fue proporcionalmente más elevado en aquellas comunidades locales y ciudades que han sufrido con mayor intensidad el “efecto China”. Y esa misma influencia se manifiesta también en otros países europeos.

Este “efecto China” lleva a David Autor y colaboradores a hablar de una polarización política importada en las sociedades occidentales desarrolladas abiertas al libre comercio con los países asiáticos (“Importing Polítical Polarization? The Electoral Consequences of Rising Trade Exposure”). A la vista de esta evidencia, se entiende mejor porque las políticas comerciales contra las importaciones chinas de Donald Trump gozan de amplio apoyo dentro de la sociedad y la política norteamericana. Ocurre algo similar también con sus políticas anti inmigratorias, percibidas también como necesarias para la preservación de buenos empleos. 

El hecho de que Trump, lo mismo que otros dirigentes populistas europeos de extrema derecha, utilicen una retórica racista y la “guerra cultural” contra los valores liberales no debería hacernos perder de vista que es la falta de buenos empleos lo que hace que esa retórica extremista tenga éxito en una parte de la población. El racismo es un componente permanente de la sociedad norteamericana que se activa cuando la situación socioeconómica de la población empeora. El hecho de que haya sido a partir de la crisis financiera y económica de 2008 cuando los dirigentes autoritarios de extrema derecha han aumentado su apoyo electoral y se hayan acercado al poder es una contrastación clara de este vínculo.

El malhumor social por esta falta de buenos empleos es lo que supo percibir Donald Trump en las elecciones de 2016 y, por el contrario, no supo ver Hillary Clinton, la candidata demócrata. Ahora, a diferencia de lo ocurrido en 2016, Joe Biden y Kamala Harris, los candidatos demócratas a la presidencia y la vicepresidencia en estas elecciones, han aprendido la lección. Si se lee su programa electoral se comprueba como la creación de buenos empleos en las comunidades rurales y en los suburbios olvidados de las ciudades forma parte del núcleo de su oferta electoral. 

He traído este análisis de los vínculos entre falta de buenos empleos y polarización política porque creo que es una influencia que también se da en España y otros países de la UE. Por lo tanto, conviene que aprendamos en cabeza ajena. 

La definición de lo que son buenos empleos depende de las circunstancias de cada país. Pero, de una forma general, podemos convenir que se trata de empleos estables para todos aquellas personas que quieran trabajar, con unos salarios que, aunque no permitan hacerse rico, sean suficientes para construir una vida de clase media. Es decir, acceder a una vivienda, construir una familia, educar a los hijos, tener vacaciones y una cierta capacidad de ahorro. Eso fue lo que la economía de los años sesenta y setenta, en unas condiciones más duras, ofreció a mis padres. Y eso es lo que ahora los jóvenes no pueden lograr. 

En otra ocasión les hablaré de las estrategias más adecuadas para crear estos buenos empleos. Y del papel fundamental que en estas estrategias tienen los poderes públicos locales y regionales. Pero hoy lo que quería señalar es que la falta de buenos trabajos es la causa principal de la polarización política que sufren nuestras sociedades. Y que, por tanto, ese es el principal reto que tenemos delante si queremos cerrar el paso a los dirigentes políticos autoritarios.

Compartir el artículo

stats