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Gallegos a la vanguardia

“Mi trabajo en Spotify me permite poner en valor la riqueza de los idiomas”

Martiño Prada Díaz lidera desde Nueva York el equipo encargado de traducir todos los contenidos de la plataforma de streaming de audio con más usuarios en el mundo

Martiño, en Dead Horse Point, en Canyonlands National Park. FdV

Se ha convertido en un gesto cotidiano para millones de personas en el mundo. Acceder a nuestra playlist personal nada más despertarnos para saltar de la cama con energía, dejarnos llevar por recomendaciones tan sugerentes como “Tus recuerdos de verano” en el autobús que nos lleva hasta el trabajo o acabar la estresante jornada con una prometedora cena mientras, de fondo, suenan los éxitos incluidos bajo el título “Más que amigos”. La música nos acompaña en cada momento de nuestro día a día gracias a Spotify y al trabajo de Martiño Prada Díaz, responsable del equipo encargado de traducir los contenidos de la plataforma para todos los idiomas.

Tras una década de experiencia laboral en California dentro de multinacionales como GoPro y Netflix, en enero de este año se incorporaba a la oficina de Nueva York de la plataforma de streaming de audio con más usuarios en el mundo: 320 millones. “Me pareció muy atractivo poder liderar al equipo que traduce todos los contenidos globales de la marca, contar con libertad para decidir estrategias y tener la suerte de conocer todas las partes del negocio. Y es muy motivador y bonito que lo que haces tenga tanta visibilidad y permita que tanta gente disfrute de la música y podcasts en su propio idioma”, celebra.

"Nueva York es una ciudad mágica y espectacular. Las calles vacías durante el confinamiento daban miedo"

Martiño nació en Ourense (1979), pero desde crío vivió entre Cangas y Vigo hasta que puso rumbo a EE UU. Y en la localidad morracense sigue residiendo su familia, por eso él se considera ciudadano “de la Ría”, comenta entre risas, y, por supuesto, celtista. Así que durante la conversación telefónica surge la duda, ¿estará el himno incluido en la popular plataforma? Una rápida búsqueda lo confirma. “No nos ha defraudado”, bromea.

En Spotify lidera un grupo de diez profesionales repartidos entre la Gran Manzana y Estocolmo, donde están los cuarteles generales de Spotify, pero los procesos de traducción implican a centenares de personas en cada uno de los diferentes países en los que está presente la aplicación multiplataforma sueca. Y además de rápido y eficiente desde el punto de vista económico, el resultado debe ser de calidad para llegar con éxito al usuario.

“Soy filólogo y traductor y siempre educo a los equipos con los que colaboro sobre la importancia de respetar las diferencias y de no asumir que todo el mundo habla inglés y se comporta según los estándares europeo o americano. Representamos a nuestros usuarios globales. Es una parte de mi trabajo de la que estoy muy orgulloso, porque me permite poner en valor la riqueza de los idiomas desde el punto de vista cultural y lingüístico”, defiende.

Una labor que todavía está muy lejos del alcance de los algoritmos de los traductores automáticos cuando lo que se persigue es el rigor y el respeto por las identidades de los diferentes países y culturas. Y cuando además se antoja vital para que cualquier empresa conquiste cada vez más usuarios en un mercado global. “Spotify lo tiene muy claro y me propuso llevar este programa al siguiente nivel. Es muy intenso y exigente, pero también supone un privilegio poder tener este impacto global. Siempre me ha gustado la responsabilidad”, reconoce Martiño.  

"Hay una tensión social grande en EEUU y espero que las elecciones la relajen. estamos ante un punto de inflexión"

Su nuevo reto profesional también le ha permitido unir el trabajo con una de sus pasiones. “La música siempre ha sido muy importante en mi vida. Toqué en algún grupo y tuve un par de programas de radio en emisoras pirata de Vigo. Trato de elegir empresas que signifiquen algo para mí y encajen con mis valores y aficiones”, revela.

El salto de costa, además de un importante crecimiento profesional, también ofrecía el atractivo de Nueva York: “Todo el mundo me decía que tenía que vivir aquí. Como turista impresiona, pero no aprecias toda su energía, que es brutal. Es una ciudad mágica y espectacular. Y eso que a mí me ha tocado una época muy dura y el confinamiento”.

“Era descorazonador”, recuerda, ”Nueva York es su gente y las calles vacías daban miedo”, relata sobre los meses de cierre total. Todavía mantiene la modalidad de teletrabajo y no ha vuelto a las impresionantes oficinas de Spotify, situadas en el World Trade Center y con unas “increíbles vistas” de la ciudad que incluyen la Estatua de la Libertad. Pero, al menos, ha recuperado los espacios urbanos junto al resto de ciudadanos.

“Nueva York lo hizo muy bien cuando las cosas estaban muy mal. Y el verano fue muy divertido, hubo una explosión de vida brutal. Se cerraron calles por primera vez para hacerlas peatonales y se instalaron terrazas, un concepto superinnovador para ellos. Ahora están aumentando los contagios de nuevo y estamos en esa tensión entre la salud de la economía y la de las personas”, comenta sobre la segunda ola que también sufre Europa.

La pandemia compite en los titulares de EE UU con las elecciones presidenciales, que Martiño sigue con interés. Cuando llegó a California en 2009, Obama se estrenaba en la Casa Blanca: “He vivido los dos extremos. Lo de Trump no parece tan increíble cuando viajas por el país y conoces todo lo comprendido entre las dos costas. EE UU no es solo San Francisco y Nueva York, hay muchas diferencias y es muy complejo. Él fue capaz de capitalizar la frustración de una parte de la población. Es un síntoma de un problema que venía de largo y espero que ahora se corrija”.

Martiño no oculta su preocupación. “La diversidad de este país es enorme y el 99% de la gente convive de forma pacífica. Ojalá me equivoque, pero es la primera vez que percibo cierto riesgo. Hay una tensión social grande y espero que las elecciones la relajen. Estamos ante un punto de inflexión pase lo que pase el 3 de noviembre”, sostiene.

En todo caso, él ya piensa en el próximo verano. Este año prefirió no volver a Galicia por seguridad, pero ya sueña con su plan de vacaciones: “En una playa de O Morrazo, con una Estrella en la mano y con el Celta en Primera”.

Responsable de los títulos de NETFLIX


Sacrificio y trabajo no faltan en la carrera de Martiño desde que obtuvo dos licenciaturas en la Universidad de Vigo, Filología Inglesa e Hispánica. Fue profesor de español en Chicago durante un año y, tras regresar a Vigo, cursó un máster de Traducción Lingüística, empezó su carrera como traductor y comenzó un doctorado en Localización de Videojuegos. Después consiguió una beca de LaCaixa para estudiar un máster en el Middlebury Institute of International Studies, en Monterey (California), e inició una nueva trayectoria profesional en el mundo de la traducción y la localización (que también tiene en cuanta los aspectos culturales del país de destino del producto y aspectos técnicos). Su primer gran cliente fue PlayStation y después fichó como responsable del programa de localización de GoPro hasta llegar a Netflix.


La plataforma líder de series en el mundo lo puso al frente del programa que debía establecer las pautas y las herramientas para localizar-traducir los títulos de todos sus productos a todos los idiomas que se ofrecen en el servicio: “La intensidad y la dedicación eran una locura, pero aprendí muchísimo. Fue una experiencia muy enriquecedora”.


El título de una serie no es, ni mucho menos, una decisión baladí. “Tiene un impacto significativo en el número de personas que deciden ver una serie o una película, así que la presión es muy grande y exige una mezcla de creatividad, investigación y negocio. Hay que estudiar los efectos en los espectadores de cada país, tener en cuenta la opinión de los creadores del show... Es muy complejo”.


Durante esa etapa, Martiño también coordinaba el programa que localizaba todas las producciones de Asia e India para el resto del mundo. Entre ellas, la exitosa serie coreana “Kingdom” o la japonesa “El director desnudo”. “El puesto implicaba también viajar mucho por la región y tuve la suerte de conocer Bollywood, Es fascinante”, comenta Martiño Prada.

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