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Los gases de efecto invernadero de los aeropuertos equivalen a los de una cementera

Aena, empresa pública y gestora de los 46 aeropuertos españoles, informa de que la huella de carbono de toda su red es de 242.789 toneladas equivalentes de CO2 en 2018. Es un dato de contaminación equiparable al de una fábrica de cemento pequeña o a toda la actividad industrial de una provincia como Zamora, según la información de instalaciones contaminantes del Ministerio de Transición Ecológica. Los aeropuertos asumen como propias las emisiones vinculadas a la climatización, iluminación y servicios similares, ya que los movimientos de despegue y aterrizaje de aviones se computan a las aerolíneas.

El ente gestor ha incluido ocho de los principales aeródromos en el programa Airport Carbon Accreditation (ACA), mediante el que mide la huella de carbono de cada instalación y se compromete a reducirla anualmente. Así, en 2018, el volumen de gases de efecto invernadero del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid fue de 81.901 teq CO2, mientras que El Prat de Barcelona emitió 41.492. La lista se completa con Palma de Mallorca (19.837), Málaga-Costa del Sol (16.088), Alicante-Elche (9.227), Santiago (4.664), Menorca (2.452) y Lanzarote (2.291).

Aena destaca también que, dentro del paquete de emisiones globales, el 2% son atribuibles a la aviación.

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