-Ahora hay, incluso, laboratorios especializados que ofrecen leer el genoma para que el paciente tenga una información detallada de cuáles son los riesgos que le pueden esperar en el futuro. ¿Van, entonces, los tiros por ahí?

-Eso va más en dirección con la medicina personalizada que nombrábamos antes y que consiste en saber desde el principio cuáles son los factores genéticos que van a afectar a la enfermedad. Es una información que es muy útil. Se está avanzando mucho, pero tiene una serie de cuestiones éticas que aún se deben analizar y debatir. Pero, indudablemente, por ahí va el camino, en identificar las probabilidades de enfermar, en conocer los mejores tratamientos para determinadas personas, porque no todo el mundo responde igual a los tratamientos.

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