Atapuma se ha convertido tras la quinta etapa en el primer ciclista que logra mantener el maillot rojo, una emoción que asegura que es difícil explicar con palabras, porque "solo se siente en el corazón". Darwin Atapuma (Túquerres, Nariño, 28 años) es uno de los corredores que han vuelto a poner en primer plano del mapa mundial al ciclismo colombiano.

Se trata de un corredor acostumbrado a salvar problemas. Las dificultades le han curtido. En el Tour 2014, el 'Puma' se cayó y tuvo que pasar por el quirófano para reducir una fractura del fémur izquierdo. Se perdió el resto de la temporada.

No empezó con noticias agradables 2015. Atapuma estaba entrenándose por las carreteras de Nariño cuando fue asaltado. Se enfrentó a los ladrones porque no quería perder la bicicleta. Uno de los ladrones lo hirió con un cuchillo en la mano y la muñeca izquierda.

El infortunio seguía cebado con él. El 9 de mayo de ese año se presentó en la salida del Giro entre lágrimas. Horas antes le habían comunicado la noticia del fallecimiento de su madre. Su primera decisión fue subirse en un avión, pero el Giro estaba a punto de comenzar y no quiso dejar tirado a su equipo. Atapuma habló con su director y decidió quedarse y correr.

Cuando era preadolescente el pequeño Darwin se topó con Jesús, el hijo de su hermana Carmen, unos meses más joven que él. Fueron amigos inseparables. Un día a Jesús se le ocurrió ir en bicicleta a El Espino y fue atropellado. Tenía 14 años, la misma edad de Darwin. Ese suceso fue su primer contacto con la muerte. Lloró por dentro, sufrió en silencio, y terminó aceptando lo inevitable.

Darwin vivía en Túquerres, Nariño, con su hermano Remijio. La bicicleta era la única opción de la familia para tener un ciclista profesional en casa. Pero él no quería ser ciclista. Se escondía en su finca para que no lo encontraran y decía que quería trabajar el campo y que no le interesaba nada más. Las victorias prematuras en categorías superiores aceleraron el proceso.

Remijio le construyó la primera bicicleta de ruta a Darwin. Consiguió un marco de acero, lo cortó a la medida exacta, lo pintó de un azul aguamarina, y le puso unas llantas aptas para el uso. Con esa bici ganó sus primeras carreras y por fin entendió que ser ciclista era su mejor opción de vida. Darwin Atapuma es fruto del esfuerzo de toda una familia. Era su destino y no el de campesino.