Si hubiese que resumir los motivos por los que la Infanta seguirá imputada en el caso Nóos por los supuestos delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal, bastaría una palabra: Aizoon S.L. Esta empresa propiedad a mitades de la Infanta y su marido Iñaki Urdangarin fue creada a propósito para recoger los dineros públicos desviados por el Instituto Nóos, pagar menos impuestos a Hacienda por los duques de Palma, y obtener una cómoda fuente de financiación para los gastos particulares de esta familia.

1. Aizoon: el medio para conseguir el dinero

El juez Castro opina que Aizoon fue constituida por Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin con unos precisos objetivos: 1. Servir de cauce para que el segundo pudiera quedarse con los fondos públicos desviados de la Generalitat valenciana y el Govern balear. 2. Que Iñaki Urdangarin cobrase a través de ella por sus servicios en los consejos de administración de varias multinacionales. 3. Pagar menos impuesto de sociedades al cargar a la empresa gastos particulares de sus dueños. 4. Defraudar a Hacienda usando fondos de la empresa para fines particulares y sin repartir dividendos nunca, lo que evitó abonar a sus dueños más impuestos.

Doña Cristina, opina el instructor, estaría al tanto de este plan.

2. Empleados falsos pagados en negro

La duquesa de Palma aseguró en su declaración ante Castro que siempre permaneció ajena a la gestión y avatares de Aizoon, una empresa administrada y usada por su marido.

Sin embargo, el instructor postula que los dos únicos socios de la consultora son cónyuges; ambos se repartían temporalmente la presidencia de la empresa; ambos contrataban personal a sabiendas de que los contratados nunca habrían de prestar servicios para la sociedad y a los que se les adelantó que cobrarían en dinero negro; también cargaron gastos personales del matrimonio a la sociedad limitada, compartían tarjetas de crédito y establecieron la sede de la empresa en su palacete de Pedralbes.

Las peculiaridades de Aizoon, su carácter de pequeña empresa propiedad de unos esposos y regida por uno de ellos son indicios en contra de la Infanta.

3. Cómplice de su marido en los fraudes fiscales

El magistrado del caso Nóos y la acusación popular Manos Limpias, la única parte que quiere llevar a juicio a la hija del rey Juan Carlos, coinciden en atribuir a ésta la condición de cómplice en los delitos fiscales cometidos supuestamente por su marido.

Según la Agencia Tributaria, Iñaki Urdangarin perpetró dos delitos fiscales en sus declaraciones del impuesto de la renta de los años 2007 y 2008, al no declarar como ingresos personales los fondos que le pagaron varias multinacionales por sus consejos y asesoramientos.

Este dinero fue abonado a Aizoon como si hubiesen sido servicios de la empresa y no gestiones exclusivas de Iñaki Urdangarin.

Castro piensa que la duquesa de Palma, pese a su versión de que siempre fue ajena a la marcha de Aizoon, sabía, y toleró, que su esposo defraudara al fisco con aquel truco.

Manos Limpias y magistrado definen a la Infanta como una administradora de hecho de la empresa familiar, mientras que su cónyuge era el gestor de derecho.

¿Por qué doña Cristina no utilizó su poder en las juntas de socios de Aizoon para frenar el presunto fraude a Hacienda o regularizar la situación fiscal de la sociedad? Es una pregunta que la imputada no respondió adecuadamente durante su declaración judicial del pasado febrero en Palma y que pesará en su contra.

El hecho de ser propietaria de la mitad de la sociedad otorgó a la Infanta un "dominio efectivo", del que habría hecho dejación.

4. Se gastó dinero de origen ilícito ganado por Aizoon

Un hecho irrefutable por parte de la duquesa de Palma es que durante años dedicó dinero de Aizoon a numerosos y diversos gastos particulares, como viajes, libros, restaurantes, reforma y equipamiento de su palacete.

Los informes de la Agencia Tributaria y la Policía a ese respecto son demoledores.

En principio esa conducta, atribuida también a Iñaki Urdangarin, no es constitutiva de delito.

Sí que podría ser, de manera indirecta, generadora de delitos contra la Hacienda Pública, dado que Aizoon pagó menos por el impuesto de sociedades al deducirse por unos gastos ajenos a la empresa.

No obstante, la importancia de ese uso de la consultoría para gastos privados radica en que Aizoon únicamente tuvo dos fuentes de ingresos: los emolumentos que varias multinacionales pagaron durante años a Urdangarin a través de su consultora (y que Hacienda considera deberían haber tributado como rentas del trabajo) y el dinero público desviado por el Instituto Nóos.

El magistrado del caso Nóos tiene muy claro en este punto dos cosas: Aizoon funcionó como caja única durante toda su existencia, no repartió dividendos, y el dinero ingresado se fue acumulando y parte de esos fondos tenían un origen ilícito al provenir de la supuesta malversación de caudales cometida por Iñaki Urdangarin.

El Instituto Nóos, debido a su carácter de entidad sin ánimo de lucro, no podía repartir beneficios entre su cúpula. De ahí que Iñaki Urdangarin, y su exmano derecha Diego Torres, usaran Aizoon y otros empresas para poder disfrutar de su supuesto botín.

La conclusión es que doña Cristina habría estado blanqueando dinero negro, alegremente, al usar dinero de Aizoon para usos privados.

5. Andamiaje y colaboración silenciosa

José Castro ha diseñado un perfil muy preciso de la Infanta en relación al caso Nóos y Aizoon.

doña Cristina de Borbón, por una parte, ayudó a su marido a sacar del Instituto Nóos los fondos públicos desviados. La imputada se limitó a permanecer pasiva ante aquellos tejemanejes, pese a que podía haberlos abortado dada su posición en la empresa.

El instructor, en su auto de imputación de doña Cristina del 7 de enero, aseguró que Aizoon fue "el andamiaje imprescindible" para que el duque de Palma consiguiera ese dinero y tuviera más beneficios al defraudar después a Hacienda.

La Infanta, "mediante la colaboración silenciosa de su 50 por ciento de capital de Aizoon", se habría lucrado personalmente con el dinero ilícito captado por Nóos y con las sumas no pagadas a Hacienda, permitiendo a la vez que su esposo se beneficiara también de esos delitos.

La hija del exrey Juan Carlos, con sus evasivas, negaciones y balones fuera, no pudo desmontar ante el juez las sospechas que penden sobre ella.