La hoy zona vieja de la ciudad fue el escenario en el que se desarrollaron los hechos de la Reconquista, pero por su trascendencia el cronista oficial de la ciudad Lalo Vázquez Xil, destaca unos pocos enclaves.

Las calles Oliva, Palma e Imperial

El 24 de enero de 1809 una manifestación recorrió las calles de Oliva, Palma e Imperial (hoy Joaquín Yáñez), para protestar contra el Comandante Militar el coronel Francisco de La Rocque y el alcalde Alonso Cayro, por la inacción de las autoridades locales ante la inminente invasión francesa.

Ambos cargos, afrancesados, despertaban recelos entre la población y, de hecho, La Rocque acabó en la prisión del Castro junto a otras autoridades civiles.

Praza da Pedra

Se convirtió en el punto de reunión de los amotinados, donde se decidió sustituir a la corporación de Alonso Cayro y crear un nuevo equipo de gobierno, con Francisco Javier Vázquez Varela a la cabeza. Además nombraron comandante militar de la plaza a Juan de Villavicencio, personaje marcado por el infortunio, pues tuvo que entregar la villa a los franceses para evitar una matanza. Tras la guerra estuvo en la cárcel y fue juzgado por traidor aunque un consejo militar lo declaró inocente a tenor de las circunstancias.

Areal

El 31 de enero de 1809, la plaza de Vigo era entregada a los franceses, que esperaban la rendición en el Areal. Meses después allí se asentó el cuartel de la reconquista, donde se estableció el capitán portugués Almeida con sus hombres.

Porta da Gamboa

Por ella entraron los victoriosos los invasores el 31 de enero. Buena parte de la tropa local, compuesta por 39 soldados de caballería, 18 oficiales y unos 300 milicianos se marchó -pues la capitulación así lo permitía- y el resto se quedó obligada. Sin caer en la resignación se dedicó a minar desde dentro al enemigo.

El 28 de marzo esta entrada de la muralla volvió a ser protagonista excepcional de los hechos. La Gamboa era la puerta de más fácil acceso y conscientes de ello, los galos tenían el lugar bien defendido. Allí se desencadenó la gran batalla, que apenas duró dos horas pero que hizo pasar a Vigo a la historia como primera plaza liberada del invasor francés.

La mítica puerta, escenario irremplazable en las representaciones, está sin embargo lejos de su emplazamiento original, que sería bastante más abajo. Desapareció en 1869 para ampliar la calle Carral ante la necesidad de tirar partes de la muralla para ampliar la ciudad y de acercarla al puerto.

Porta del Sol

Se llama así por dar al leste, por donde sale el astro cada madrugada. Por ella entró el grueso de la tropa francesa el día 1 de febrero, con 1200 soldados. Al poco se pondrían al frente de este destacamento el coronel Chalot y el general Limousin.

Concello

Situado en una vieja casa cercana a la actual Casa da Cultura Galega (que es, a su vez, el antiguo ayuntamiento). En él tuvo lugar el traspaso de poderes a los franceses, aunque mantuvieron a la corporación dirigida por Vázquez Varela para que continuase administrando la villa. En él se juró obediencia al nuevo rey José Bonaparte, "Pepe Botella".

Convento Franciscano de Santa Marta

Actualmente desaparecido, se levantaba en la ribera del Berbés. Durante la ocupación francesa se transformó en hospital y cuartel: allí se atendía a los heridos y guardaban caballos, armas, víveres y municiones.

Los frailes de Santa Marta sustraían armas y munición a los galos para hacérsela llegar a escondidas a la milicia viguesa.

Puerta y batería de A Laxe

Por ella abandonaron la villa los invasores, ante la presencia de los exultantes vigueses. Las fragatas inglesas Venus e Lively acogieron a los derrotados, 39 oficiales y casi 1500 soldados, con los generales Limousin y Chalot, que fueron despedidos por el coronel Pablo Morillo.