Su fama se extiende a lo largo de todo el mundo y en su haber acumulan distinciones de las más prestigiosas catas. Son los vinos de la Denominación de Orixe Rías Baixas, ideales para ser saboreados sorbo a sorbo en el aperitivo o formando parte de la más refinada liturgia gastronómica; excepcionales para acompañar cualquier plato de la cocina del mar.

Aunque la más conocida es la uva albariño, la denominación de origen cuenta con otra tres variedades preferentes blancas (Albariño, Loureira blanca o Marqués, Treixadura y Caiño blanco) y cuatro tintas (Caiño tinto, Espadeiro, Loureira tinta y Sousón).

Los blancos Rías Baixas son unos vinos secos, de aromas punzantes, florales e intensamente afrutados, con un retrogusto muy fino y prolongado.

Los vinos monovarietales del tipo Albariño presentan un color amarillo-pajizo, brillante, con irisaciones doradas y verdes. En nariz poseen aromas florales y frutales finos y distinguidos, que impresionan agradablemente, de intensidad media y potente duración medio-larga. En boca son frescos y suaves, con suficiente cuerpo y grado alcohólico, acidez equilibrada, armoniosos y de amplios matices. Su retrogusto es placentero, elegante y completo.

Los vinos de tipo Rosal y Condado do Tea están personalizados por llevar en su composición las variedades Loureira y Treixadura, respectivamente. Son vinos de intensos aromas y ligera acidez, plenos en la boca, agradables y atractivos.

Última vendimia

Finalizada la vendimia el pasado 14 de octubre, desde el Consello Regulador informaban de que la cosecha de este año se situaba como la tercera mayor en la historia de esta denominación de origen, superando los 33.300.000 kilos.

Con esta cantidad de uva recogida se espera poder elaborar unos 22 millones de litros de vino certificado, una cantidad que permitirá a la denominación atender demanda de los vinos Rías Baixas en los mercados gallego, español e internacional. En la actualidad, las exportaciones suponen más del 28% de la producción de la D.O. Rías Baixas, mientras que el mercado gallego y nacional acaparan el resto de la producción.

La vendimia se caracterizó por un muy buen estado fitosanitario de la uva, obteniendo una cosecha con unos parámetros de calidad muy elevados, un excelente equilibrio entre grado y acidez, así como unos perfiles muy aromáticos.

Por variedades de uva, la albariño ha vuelto a representar más de un 95% de la cosecha, mientras que otras blancas suponen un 4% y, las diversas variedades tintas alcanzan cerca del 1% de esta vendimia. En cuanto a las subzonas, el 60% de la producción -más de 20 millones de kilos- se concentra en O Salnés.